31 diciembre 2011

LA CABAÑA DE PIEDRA

De los muchos y gratos recuerdos que guardo en la memoria de mi infancia vivida en La Zarza, con frecuencia acude a mi mente la estampa erguida y señorial de la típica cabaña de piedra que al correr de los años, en algunas de sus fincas rurales construyeron los labriegos en el campo para protegerse de las inclemencias del tiempo, que como es bien sabido, algunas veces, y con desagradable agresividad, azotaban a los desprotegidos pastores, ganaderos y resto de campesinos que pululaban por aquellos lugares y encontraban protección cobijándose en ellas, quedando así al amparo de cualquier tempestad en las zonas despobladas cuando las circunstancias no eran favorables.
La cabaña, es una vetusta construcción arquitectónica hecha sin más medios que las habilidosas manos labriegas de gentes con mucha y buena voluntad, pero con pocos conocimientos técnicos de la construcción, además que sus propias ideas, que sin duda eran y son dignas de encomio, y que, con paciencia y tenacidad, recogían las piedras del entorno al que luego se ubicarían y convertirlas en esa obra de arte llamada cabaña; que desde mi punto de vista, debería considerarse monumento rural protegido, no solamente por el servicio prestado en su momento, que fue mucho, bueno y oportuno, sino porque ahora son una obra de arte que como tal debería considerarse, si es que sabemos apreciar en ellas, el valor sentimental y social que albergan.Desafortunadamente, y, como consecuencia de los cambios establecidos en la agricultura y la ganadería, así como motivado por la despoblación habida en las zonas más o menos rurales, las cabañas dejaron de tener la utilidad práctica para la que fueron concebidas, sin embargo, y posiblemente, sin que sus autores lo consideraran como tal en aquel entonces, es un legado cultural que debemos agradecer a nuestros antepasados y saberlo valorar en su justa dimensión.
A la cabaña de piedra zarceña, no sé con exactitud la valoración que nuestras autoridades municipales le habrán otorgado, ni el concepto que tendrán de ella, pero, si en algo les puede despertar interés mi humilde opinión personal, les aconsejaría que la cuiden y la mimen como si fuera la primera novia o novio, porque, junto con algunos rincones de piedra, arcos, pórticos, porches o soportales, las pozas, el pilar, etc. que hay (o había en mi infancia) en el pueblo, son los que le dan personalidad e identidad a los lugares que en nuestra aldea son (o eran) abundantes a pesar de que la población es pequeña y está en cuarto menguante.
Las construcciones arcaicas de piedra, que afortunadamente son frecuentes en distintos puntos de nuestro pueblo, son un claro signo de identidad y un grato recuerdo y legado, que además, nos muestra el arte, la sabiduría, la línea de pensamiento y forma de vida en la que se desenvolvían nuestros predecesores, a los que, si somos bien nacidos, les deberemos estar agradecidos por todo lo que hemos recibido de ellos. Por ello, sería acertado por nuestra parte, que le apreciemos y estimemos su esfuerzo.
A lo largo de mi peregrina vida, no sé por qué razón, afloran a mi mente los recuerdos de algunas cabañas de piedra que, en mi infancia tuve la suerte de poder contemplar y jugar en ellas, para que afortunadamente me quedara el recuerdo grabado para siempre, de su bizarra estampa gallarda, plantándole cara al viento.
Sé bien que las arcas municipales andan escasas de recursos en toda la piel de toro, y nuestro pueblo no es una excepción, pero sí sería de agradecer, que, cuando las circunstancias sean propicias, se hiciera lo posible por conservar en buen estado esas arcaicas reliquias, cuya reforma o mantenimiento no resultaría, ni un coste millonario, ni se vaciarían por esa causa las arcas locales, y sin embargo, sí que nos identifican con el pasado, en el que nuestros antecesores, tuvieron el acierto de dejárnoslas como recuerdo y como seña de identidad. Sería una lástima, que, por dejadez se perdieran para siempre y desapareciera definitivamente una de esas señas de identidad más emblemáticas que como zarceños nos distingue y nos honra. Y, dicho sea de paso, para sí, quisieran en algunos lugares tener en su haber unas reliquias como son nuestras rústicas cabañas de piedra.
Cuántas anécdotas y gratos recuerdos de la cabaña nos podrían contar entre otros, algunos de los pastores zarceños, a los que la cabaña de piedra les sirvió de cobijo cuando una de esas tormentas de viento racheado, lluvia hostigada o fuerte granizada, que mayoritariamente venían acompañadas de rayos y truenos, les hacía encoger el corazón a ellos y a sus amedrentados perros que acezando atemorizados les miraban con la esperanza de pasar pronto el mal trago...
Cuántas veces habrán servido para que su fresca sombra le permitiera echarse una reconfortante siesta a segadores, sembradores, pastores o cazadores que, ni el más lujoso hotel caribeño les proporcionaría un descanso más oportuno en aquel momento.
¡Cuánta saudade permanecerá acumulada en lo más recóndito del fuero interno de todos y cada uno de los agraciados por los favores proporcionados por esas cabañas de piedra, típicas de nuestra tierra charra y castellana...!
¿Por qué no conservarlas? ¿Por qué no reconvertirlas en lo que fueron para los que nos precedieron:? Una obra de arte legada con gran cariño...
Seamos agradecidos: ¡Cuidémoslas...! y, conservémoslas, aunque no sea más que por gratitud a sus autores.... No nos arrepentiremos. Es nuestro Patrimonio. Luis

5 comentarios:

Manuel dijo...

Está claro, Luis, que llevas La Zarza toda en tus adentros. A la vista está.
-Manolo-

Cari dijo...

De las cabañas te diré que algunas están bastante bien, pero son las menos,la mayoría están medio caidas o caidas del todo, también se han echo otras nuevas, pero no són iguales, ahora el campo no es como antes pues los que allí viven tienen que hacerse una nave en su parcela para guardar el ganado.Todo se moderniza y ésto no iba a ser menos. Saludos Cari.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo,Luis.El progreso no tiene por qué estar reñido con la conservación del patrimonio,pero desgraciadamente,no solo en nuestro pieblo, sino a lo largo y ancho de España, se ha dado muy poca importancia a lo que es el legado de nuestros antepasados.Recuerdo en los años sesenta y setenta cuando pasaban todo tipo de compradores de objetos tradicionales y antiguos y por cuatro perras la gente se deahcia de auténticas joyas y obras de arte(platos ,calderos,romanas,libros postales,candelabros ,camas,etc.)Ahora cuando ya está todo vendido la gente se aficiona a lo antuguo.Hasta en la provincia de Guadalajara se vendió a los norteamericanos una ermita románica,una auténtica joya y el comprador se la llevo empaquetada,piedra a piedra,para su pais.Los pueblos se distinguen entre otras cosas por el empeño en la conservación de su identidad,pero en España esta cualidad anda algo maltrecha. en fin,en La Zarza yo he visto destruir mucha obra de arte de piedra y algunas se han salvado gracias a personas individuales y no a las autoridades .Hay autoridades que solo piensan en terminos de rentabilidad y asi nos luce el pelo.Es lo que hay. Félix

Anónimo dijo...

Félix: Nos movemos en la misma línea de pensamiento en cuanto a la conservación del patrimonio artistico y cultural se refiere.
Pienso que no hemos sabido, querido o podopido a nivel nacional, conservar un legado que era único y se ha perdido una parte de nuestra identidad. Se han hecho auténticos estragos de carácter irreversible. La codica, la insaciable avaricia que embrutece la retorcida mente de algunas gentes, la ceguera que impide ver y reconocer los valores y la más absoluta carencia de escrúpulos, han convergido en personas vacías de sentido común, y han logrado que como tú bien dices, un patrimnio tan valioso, haya sido exopliado e ido a parar a las manos de unos cuantos desalmados sin consideración hacia los demás.
Son miles y miles de ejemplos como el que tú pones de la ermita de Guadalajara. Los yanquis, entre otros, han sabido aprovecharse del patrimonio cultural de todos los rincones del mundo (último ejemplo en Irak)y llevárselo a su casita; para eso han sido hábiles, unos auténticos artistas y astutos, que de una forma taimada, se aprovecharon, unas veces de la ignorancia, otras de la necesidad, y casi siempre de la ingenuidad y el desconocimento de las gentes sencillas, a las que, no digo que engañara, pero, algo parecido sí.
Es lástima que en un pueblo como el nuestro, por falta de visión, tanto política como del valor cultural, nos vayamos quedando en el esqueleto del del patrimonio que nos legaron los que, sin tener los conocimientos que afortunadamente ahora tenemos, tenían más conocimiento.
¡Qué le vamos hacer...! Resignación
Saludos.
Luis

Anónimo dijo...

Volviendo al tema del Patrimonio,Luis,yo he perticipado y defendido con mis escasos medios este asunto, participando en varios años del decenio pasado, presentandome al certamen de Cultura Popular promovido pr el Ministerio de Cultura en la temática de fotografia.Casi todos los años me seleccionaron las fotografias presentadas(cinco en cada certamen)que posteriormrnte fueron publicadas en el libro que editan al respecto sobre los seleccinados.De modo que obras de arte rural de La Zarza están inmortalizadas en el libro que pasa a formar parte del Museo Nacional de Cultura Popular.Entre las obras presentadas están:"Los potros de herrar","las cruces de piedra", "los frontones","las cabañas" precisamente.Algunos de estos temas los tengo en el blog.
Sin ánimo de atosigarte ,para facilitarte la busqueda en caso de que quieras ir a estas entradas te cito las fechas además con temas relacionados con la Zarza:12 mayo 09- 6 de junio 010- 30 noviembre 09.- Temas sobre el pueblo:4 diciembre o9- 20 octubre 09- 29 septiembre 09 - 30 mayo 09- 4abril 09- 29 julio 010--8 mayo 010 tres capítulos- 23 mayo 011- 27 marzo 011- 10 agosto 011--7octubre 011.
Un saludo.Félix.