27 diciembre 2014

BUEN VIAJE, 2.014

¿Ya te vas, 2.014? No tengas prisa.
Ahora que ya hemos pasado juntos las Navidades tan armoniosamente a pesar de que no nos haya tocado la Lotería (pero, no por ello perderemos la esperanza en la siguiente), y estamos tan animados confiando en que nuestros políticos ¿ya están arreglando el país?, y se nos acabarán los problemas en un santiamén, tú tomas las de Villadiego y sin esperar a ver los resultados decides marcharte así porque sí; ¡pues, qué bien!. Así da gusto. Por lo que veo, aquí, cada uno hace lo que le da la gana sin contar con los demás. Eso no está bien, majete. Podías haber preguntado a mis paisanos qué pensaban, y llegar a un acuerdo armonioso; pero, no; por tu propia cuenta decides irte y punto final. ¡Viva la democracia! Ya veo que para ti, la opinión de los demás no cuenta para nada.
Con lo a gustito que estábamos aquí contigo por lo bien que te has portado con nosotros, y ahora te vas, después de que, desde hace muchos, muchos años no hemos tenido un año tan calentito como tú, y así por las buenas, te nos vas y nos dejas aquí solitos. ¡Qué bonito…!

¿Por qué tienes tanta prisa? ¿No te hemos tratado bien? ¿No has estado a gusto entre nosotros? ¿Tienes alguna queja?
¡Oye…!, que tenemos un libro de reclamaciones a tu disposición por si quieres dejar expuestas tus quejas,  y, puedes estar seguro de que serán atendidas con todo rigor.
Cuéntame lo que te pasa e intentaré ayudarte, pero no te vayas todavía, no te vayas por favor, que nos vas acortando la vida, sin dejarnos una solución.

Ya sé, mi buen amigo, 14, que el 15 que nos traes para sustituirte, es le simpático número de la Niña Bonita por todos conocido, pero tú te has portado estupendamente con nosotros y nos gusta tu compañía; además, los años como tú, resultan siempre simpáticos y son bienvenidos. Alarga un poco la demora. ¡Qué más te da!

Por otra parte, yo no sé 2.014, si no has sido un poco más corto que tus antecesores o me lo ha parecido a mí. Tengo la impresión de que  te has pasado a la velocidad del rayo, sin apenas enterarme. Bueno, quizás, es una apreciación errónea de que los años se me pasan más de prisa cada uno de los que van llegando. ¿Por qué será? Ya me lo contarás.

Hace un par de días, hablando con amigo mío de lo veloz que pasa el tiempo, éste me comentaba: este año tan simpático y agradable se me está pasando muy rápido, pienso que, aunque no tiene alas, el tiempo se pasa volando y la vida se nos esfuma, se nos va pasando cada vez más de prisa sin apenas enterarnos. Me decía que para él, la vida es como un rollo de papel higiénico, que, a medida que se va acercando el final, más de prisa se termina. ¿Será cierto? ¿Tú tienes algo que ver con esto, 2.014?

Por eso, mi querido colega, te pregunto: ¿Por qué no te has  alargado un poco más, si en tus manos estaba la posibilidad de hacerlo? Podrías haber adoptado el efecto chicle (estirarte un poco), aunque solamente hubiera sido un poquito cada día; nada, un par de horitas de nada que apenas se hubieran notado, así estaríamos más animados los humanos y nos sentiríamos más optimista. Total, a ti te eso no te suponía nada y a nosotros nos hubieras hecho un favor. ¿O no…? Pues eso, que lo sepas.

Oye, 2.014, ya sé que te tienes que ir pronto, pero espera un poco, solo un poquito más, no corras tanto que puedes tropezar y hacerte daño sin necesidad, no te vayas todavía, no te vayas por favor y despídete de mis paisanos con una sonrisa y buen humor.

Deséales mucha buena suerte a todos, y, recomiéndale  a tu colega 2.015, que les traiga paz, salud y prosperidad. Y que, como es tan corta la vida, la vivan con intensidad, para que entre ellos reine la paz, la armonía y el bienestar. Que tengan una feliz salida y entrada de año y la vivan con ilusión como han vivido la Navidad, porque es una fiesta entrañable que nos debe regocijar y unirnos en el entorno familiar acompañados de optimismo y una sonrisa sin par.

Y, ya que dadas las circunstancias, ahora no puedas hacer nada por solucionarlo, porque se te acaba el tiempo, te tienes que marchar y te has distraído en los laureles, por lo menos, dile a tu sustituto 2.015, que no sea perezoso y disimuladamente, se estire un poquito cada día y verá lo contentos que nos quedaremos  las gentes de mi pueblo que, siempre hemos sido muy agradecidos con los que se portan bien con nosotros. Y, no solo los de mi pueblo. Hay muchos más. No te olvides de decírselo. Gracias

¡Ah! Sí, se me olvidaba:
Antes de marcharte dile a mis paisanos que tu despedida la deben celebrar con optimismo y alegría familiar; y para seguir la tradición, con polvorones, vino de la tierra, turrón y champan;  que no falten en ningún hogar, las típicas  obleas charras ni las almendras “Garrapiñás” porque las costumbres de los pueblos, las debemos conservar; y, no porque pasen los años las tenemos que olvidar.

Y, nada más, 2.014; ya sé que te tienes que marchar y no puedes seguir esperando más.
Que lo pases bien en tu nueva andadura y encuentres la calma y la felicidad.
Te agradezco la compañía que nos has sabido dispensar;  así que, te deseo un buen viaje.
Y, sin ninguna prisa; ya nos veremos en el Más allá.
¡Adiós, compañero de fatigas! Un saludo muy cordial de éste tu amigo incondicional…


Bien venido 2.015.
Te esperamos con ilusión y optimismo. Confiamos en que tu presencia nos sea tan grata como lo ha sido la de tu predecesor que por razones personales, ya  se tiene que marchar; aunque no es por culpa del Gobierno, a pesar de que algunos se la quisieran echar. El Gobierno es culpable de otras cosas, pero no lo puede remediar. ¡Qué le vamos a Hacer, la vida es así, y así la tenemos que llevar: Con alegría y optimismo, y, sin prisas de marchar.

A todos los compueblanos y simpatizantes de La zarza que habéis celebrado con euforia la fiesta de “La Navidad” o, San Esteban, aquí en Cataluña, que es de mucho celebrar: mucha felicidad para todos  en lo que queda del año y en toda la eternidad. Y, paz en la tierra a toda la humanidad.



04 diciembre 2014

ÉXODO RURAL

Desde los comienzos del peregrinar del Homo Sapiens por éste nuestro maravilloso planeta Tierra, y posterior dedicación a la agricultura y explotación de la ganadería, el ser humano se fue haciendo gradualmente  cada vez más sedentario. Como consecuencia de ello fueron apareciendo las primeras comunidades, pequeñas al principio, pero que luego, dieron origen a las ciudades que con el paso del tiempo se fueron agrandando hasta convertirse con el transcurrir de los siglos en las grandes metrópolis de la actualidad que hoy son tan frecuentes, y, a lo largo y ancho del planeta que tan generosamente nos cobija, como consecuencia de la industrialización y la actual globalización, nos han sumido en la mayor de las pesadillas que afectan a nuestra propia existencia: La contaminación.


La necesidad humana de sociabilidad, es genética, y como tal, hereditaria; lo que nos lleva -como a determinados animales que también lo son-, a vivir en comunidad con los pros y contras que ello conlleva, sobre todo, cuando la población se convierte en una gran metrópoli con visos de agravar cada día más y más las negativas consecuencias que genera la convivencia masiva de personas en espacios pequeños y en proximidad cercana.


La gran metrópoli aporta entre otras muchas, la ventaja de concentrar en un espacio relativamente reducido todo lo necesario para la convivencia y subsistencia en comunidad, disponiendo de cuantos servicios y demás bienes comunes necesitamos los humanos; por el contrario, toda acumulación de personas más o menos bien organizadas en espacios reducidos, trae consigo toda clase de contaminación inimaginable; algo que en las pequeñas poblaciones no se da en grado tan considerable.

Disponer de buenos hospitales, colegios cercanos, farmacias , cines, teatros, y un largo etcétera que tenemos a nuestro alcance en la ciudad, reconforta nuestra existencia y nos aporta una cierta calidad de vida en ese aspecto, de la que se carece en las pequeñas poblaciones, especialmente en el sector rural; sin embargo,


estas últimas nos ofrecen otra mejor calidad de vida en otros aspectos, tales como la menor contaminación atmosférica y fluvial,  contribuyendo con ello a que el medioambiente en términos generales, sea más favorable a nuestra salud que nos permite respirar un aire más puro o menos contaminado que en la metrópoli -como muestra fotografía superior-, mientras

contemplamos la limpieza del claro cielo que nos permite ver con extraordinaria nitidez la inmensidad sideral y las estrella que en ella ocupan su lugar en el espacio para nuestro deleite; cosa que en la gran ciudad, hoy en día, es materialmente imposible, gracias a la mano del hombre “civilizado”  en comunidad.


Solamente hay que comparar el cielo nocturno de nuestro pueblo con el de Madrid o Barcelona aquí en España, o, el de  Pequín, Moscú, México DF, Tokio, Río de Janeiro, Nueva Deli…, en otros continentes en los que a los niños en el colegio les dicen que hay estrella en el firmamento, pero que ellos no

las han podido ver con sus propios ojos, gracias a la contaminación ambiental que les asola formando una cortina que les impide poder observarlas como si las miraran a través de un cristal empañado.

En la actualidad, la gente, en términos genéricos, tiende a dejar los pueblos para acudir a las ciudades esperanzados en encontrar una más y mejor calidad para su vida, cuando en realidad, eso no es una realidad, sino un mito aupado por la carencia de servicios mínimos necesarios de los que carecen en su pueblo, que les hace sentirse desprotegidos y en inferioridad respecto a los habitantes

de la ciudad, lo que les lleva a refugiarse en la metrópoli con la sana intención de mejorar su calidad de vida, de forma muy especial cuando el paso de los años nos aproxima a la meta de partida en la que en el último recorrido, se hace necesaria una atención médica de la que, generalmente, se carece en los pueblitos

pequeños. A esa es a la realidad que aspiran, pero, no es esa la realidad que siempre encuentran; lo que sí encuentran siempre en la gran ciudad -salvo excepciones-, es desilusión y añoranza de lo que dejaron atrás, pero se conforman con la decisión tomada como mal menor y se aguantan con lo que ahora tienen, pero no tienen lo que

verdaderamente quieren. Lo que en realidad quieren, es que en su pueblo tengan lo que tienen en la ciudad y en el pueblo carecían de ello, especialmente la gente mayor que en los pueblos no dispone de las ayudas necesarias que la edad va requiriendo con el paso de los años; algo que, si nuestros gobernantes (todos)


tuviesen visión de futuro, una mente más aguda y la voluntad necesaria para ello, podría estar al alcance de todos en todas partes, en vez de “almacenar” a las gentes en grandes metrópolis en las que la deshumanización campa a sus anchas y encuentra el caldo de cultivo para todo tipo de desmanes, aunque esto no nos agrade reconocerlo porque es un error humano de carácter voluntario, cuando, precisamente, es el ser humano el único responsable de esas anomalías que tienen solución, si la voluntad que se requiere para ello se convierte en realidad.


Una buena muestra de ello son las fotografías bajadas de Internet que acompañan este escrito y reflejan con nitidez la realidad de la "cruda realidad" que deliberadamente hemos generado los humanos con nuestro anómalo comportamiento.


Quizás, deberíamos ser más reflexivos con nuestro anterior comportamiento y, mirándonos al espejo, meditar y tratar de encontrar soluciones -que las hay- para este gran problema que nosotros mismo hemos




creado en nuestro entorno y tan perjudicial resulta para nuestra salud, como es la contaminación que nos rodea, y, de una vez por todas acariciar una nueva vida, como muestra la última de las fotografías al pie de estas líneas y demos un nuevo impulso a nuestro, hasta ahora poco acertado comportamiento respecto al medioambiente y la masificación humana en espacios

reducidos, olvidándonos del campo y de los pequeños pueblos que han sido el origen del propio ser humano que tan desconsiderado es con el origen de su existencia y con el legado recibo de nuestros antepasados.

20 octubre 2014

MUSEO ZARCEÑO

Desde bien joven, cuando desgastaba mi juventud en el País Vasco (Euskal Herría para los euskeras), entre otras cosas, visitando bibliotecas, museos y demás lugares en los que pudiera aprender algo de lo que no me fue posible en mi infancia zarceña, siempre he tenido en mente la idea de ver en mi pueblo un museo etnológico que recogiera las vivencias y utensilios de nuestros antepasados; así como que dejara marcada huella de nuestra presencia por esos lares. (Entiéndase La zarza de Pumareda).
Esta idea se me fortaleció en los días que pasé este verano en el pueblo hablando con unos y otros del asunto, y escuchando con atención las distintas formas de enfoque que cada cual aportaba, y, afortunadamente, la opinión mayoritaria era favorable a la fundación del museo, aunque al principio cueste un poco, como todo en esta vida.
A pesar de las divergencias de criterio entre las distintas corrientes de opinión,  como es lógico, a las que pueda conducir este tema, Intentaré sin ánimo de herir sensibilidades, ir directamente al grano; pues, al tratarse de una cuestión que pudiera afectar a toda la población, es incuestionable que los beneficios que reportaría con el paso del tiempo serían considerables; como también lo sería la manera de enfocarlo y la voluntad participativa.

Es obvio que nuestro pueblo carece de importantes monumentos y abundantes lugares más o menos pintorescos que permitan despertar el interés turístico que pudieran atraer la atención o curiosidad de las gentes forasteras o turistas de otras provincias o comunidades, que permitiera la divulgación y a su vez enriquecimiento de la Zarza de Pumareda (nuestra Zarza); con lo cual, esa aportación ayudaría a mejorar la calidad de vida de sus habitantes, y al mismo tiempo, que nuestro pueblo no tuviese que depender tanto de ayudas externas; aunque, tampoco vengan mal en algunas ocasiones.

A pesar del paso del tiempo, y el mayor o menor esfuerzo realizado a lo largo de nuestra historia local, los zarceños no hemos logrado hacer más de lo que se ha hecho por el pueblo (todos: los que han permanecido en él y los que partimos a otros lugares en busca de un cambio favorable para nuestras vidas); y eso es lo que ahora tenemos. Como consecuencia, no podemos culparnos ni culpar a nadie de nada, ni podemos ni debemos quejarnos; es lo que hay, y, nos guste o no nos guste, hay que apechugar con la realidad y “tirar pa lante” ; sin embargo, desde mi punto de vista; quizás, de cara al futuro, deberíamos intentar que, ya que no disponemos de grandes recursos propios ni (por desgracia para nosotros) recibimos grandes ayudas como algunos pueblos cercanos, de unos medios económicos provenientes del asentamiento de  empresas o industrias ubicadas en esos lares; deberíamos plantearnos promover iniciativas atractivas que nos permitan, tanto ser conocidos y atraer a las gentes, como obtener beneficios económicos que ayuden a las Arcas Municipales a robustecerse; no en dos días, pero sí, poquito a poco.

Hoy, intentaré con la mejor voluntad, exponer al criterio de todos los zarceños y zarceñas de bien, y, de modo especial a nuestra Corporación Municipal, encabezada por el señor Alcalde, lo fácil que resultaría fundar en la Zarza un museo etnológico o etnográfico (yo me inclino más por el primero), que, para empezar, podría ser la punta del iceberg y el origen de una promoción que permitiría que nuestro pueblo recibiera las visitas, no solo del entorno comarcal, sino del provincial y autonómico, sin contar con que la proximidad de la vecina Lusitania, también nos favorecería;  con las consiguientes ventajas que ello conlleva.
Al principio sería un pequeño museo y modesto que, con el paso del tiempo, poco a poco como las grandes obras, se iría agrandando en la medida de las posibilidades hasta convertirse en uno más de los muchos y buenos museos que tenemos en el país. Es cuestión de adelantarse a los tiempos, vestirnos de optimistas y ponerle voluntad para dar el paso más importante, que, siempre  es el primero.

Por lo tanto, pongámonos el buzo de trabajo y empecemos la obra ahora que el material de construcción está más barato por la crisis, y caminemos hacia adelante que el momento es de los mejores, si la voluntad también es de lo mejor.

Cuando estuve  en el pueblo, en las fiestas de San Lorenzo, hablé del tema (no mucho, porque las circunstancias no lo permitieron, ya lo haremos más adelante), con Juan  Torres Montes,  que, como la mayoría de paisanos sabéis bien, desde hace unos cuantos años, también a él, viene rondándole en la mente la idea de ubicar en la Zarza un museo, y con ese motivo, a lo largo de su vida ha dedicado mucho tiempo, dinero y esfuerzo en ir adquiriendo en distintos lugares de la piel de toro que ha recorrido, un considerable número de objetos antiguos, tanto de labranza como del resto de útiles y enseres que usaban nuestros antepasados para sus quehaceres cotidianos, con la finalidad de que un buen día pudieran ser expuestos en el museo zarceño que a él, como a otros muchos, le gustaría poder lograr para todos los compueblanos; lo cual, merece una recompensa (no económica, claro) y el más sincero reconocimiento a su altruismo.

Como dice el refranero: un grano no hace el granero, pero ayuda al compañero. Esa sería la solución: la colaboración por parte de todos los que tengan voluntad de llevarlo a cabo.   

Yo soy el primero en engancharme al carro, para que luego ese carro se quede en el museo.
¿Quién más se anima…?

Si todos colaborásemos un poquito, a medida de nuestras posibilidades, el museo zarceño sería una realidad en no mucho tiempo.

En una, todavía reciente entrada, (03-09-2.013 ya citó Manolo (“el de la Web”) esa posibilidad y hubo sus discrepancias como es lógico; no obstante, dado que para conseguir cualquier pequeña cosa hay que luchar denodadamente, intentaremos de nuevo proseguir con la tarea, a ver si hay suerte y nos secunda “el respetable” echando un capote para empezar con ilusión y la ayuda de todos.

La mayoría de zarceños, presentes o ausentes de la Zarza, si la voluntad les acompaña, estarían en condiciones de aportar cualquier objeto antiguo que tengan arrinconado (aunque no sea más que un botón) y no les sea de utilidad práctica,  que le gustaría que permaneciera expuesto para el recuerdo, en las vitrinas del museo de su pueblo (que, también es suyo), enriqueciendo un patrimonio cultural que a todos nos honraría y como ciudadanos nos beneficiaría en todos los aspectos.

Desde estas líneas, os  emplazo y animo a zarceños/as y simpatizantes partidarios de ésta idea, a que aportéis vuestro granito de arena, tanto recabando a nuestras autoridades municipales a dar el primer paso e iniciar la andadura, como a colaborar aportando cada uno lo que buenamente pueda o considere que está en sus manos poder donar a la entidad cultural que sería nuestro futuro museo zarceño.

¿Por qué hago este llamamiento?
Sencillamente, porque considero que, como no tenemos en el pueblo ningún monumento que enseñar (iglesia aparte) a los que nos visitan y posibles visitantes, la idea de un museo zarceño me pareció buena, y haré cuanto esté en mis manos para que prospere, si encontramos la necesaria colaboración ciudadana; porque, sin ella: “apaga y vámonos”.

El importe económico que supondría poder instaurar el museo en nuestro pueblo, no sería muy importante (tampoco gratis), toda vez que la mayoría de las obras de arte procederían de particulares donaciones y no habría que pagarlas; y el local, si el Ayuntamiento (las autoridades) lo consideran oportuno (yo creo que sí, ¿verdad señor Alcalde?) sería público y como tal, no sería oneroso.

Sé bien que no es fácil ni se hace en dos semanas, pero, si éste fuera el primer paso, ya me daría por satisfecho y agradecido, si se comienza a andar desde éste mismo momento. Por eso:

¡Ánimo, señor Alcalde y concejales!
Pensarlo bien y estudiar las posibilidades de llevarlo a cabo si las circunstancias os lo permiten, que eso es algo que solo lo sabéis vosotros, y también es a vosotros a los que os toca decidir, y en vuestras manos está darle forma y aportar los beneficios que  ello reportaría al pueblo con el paso del tiempo.

Sería importante que, tanto los que son favorables a la idea, como los detractores de la misma, deis vuestra opinión aquí en la web, para poder tener una idea más o menos clara del sentir del pueblo al respecto.

Esperamos vuestras sugerencias, ideas y opiniones sin ocultar la identidad para evitar malos entendidos cuando exista divergencia de criterios.
Gracias.

10 octubre 2014

EL ESTRAMONIO




Cuando colgué en la web la entrada relacionada con la verdolaga, algunos se extrañaron al tener información de que una planta tan abundante como mal considerada en el pueblo, pudiese tener unas propiedades nutritivas y curativas como las que tiene. Pues bien, lo mismo que sin saberlo estamos rodeados de plantas que aportan beneficios, también nos rodean otras venenosas, pero que, no por ello, dejan de aportar beneficios para los productos farmacológicos.

Una de esas plantas es el “estramonio”, del que intentaré exponer algunas de sus propiedades y características más importantes.


El estramonio (como se puede apreciar en las distintas fotografías que acompañan al escrito), es una planta muy abundante en nuestras tierras, tanto dentro del pueblo como en el campo.
No recuerdo ahora cómo la llamábamos en el pueblo; me parece que “cardo”, pero no lo sé seguro. Si hay alguien que lo recuerde y quiere comentarlo, pues agradecido.

Desde niños, la hemos visto nacer, crecer y desarrollarse por cualquier parte, ya sea camino, secarral, erial, incluso muladar, superviviendo con gran facilidad en las tierras más abruptas y carentes de agua, ésta planta es capaz de adaptarse a todo tipo de suelos. Desgraciadamente, también en las proximidades de algunos parque, jardines y colegios frecuentados por niños, con el correspondiente peligro que conlleva el desconocimiento de los efectos que produce.

Con ésta planta y sus semillas yo he jugado varias veces de niño, tanto con los erizos (cápsulas) que a modo de bugalla nos los tirábamos unos a otros, como con la planta y las semillas;  me imagino que el resto de chavales del pueblo también, incluso, en algunas ocasiones me he llevado a la boca sus negras semillas (suerte de mi que no las tragué) para jugar a lanzarlas, escupiéndolas, a ver quién llegaba más lejos en las competiciones que nos montábamos de chavales, inconscientes como es lógico del grave peligro que nos acechaba al jugar, no con fuego, sino con dinamita pura. Ahora, cuando lo recuerdo ahora, se me pone los pelos de punta y la piel de gallina. 

Esta planta (el estramonio), es altamente peligrosa, tremendamente venenosa; una pequeña dosis de sus semillas (cinco gramos) puede ser letal; así como suena, incluso la planta, tanto las hojas, las flores, los tallos y el resto, toda ella es muy, muy venenosa si se ingiere.

Fue muy utilizada por la brujería y el chamanismo (también en la actualidad, pero menos), “por sus propiedades mágicas”  que, en realidad, lo que producían era alucinaciones que no dejaban rastro, ni en la casi totalidad de los casos, los afectados recordaban lo sucedido. De éste tema, se podría hablar largo y tendido.
 
Téngase en cuenta, que, el estramonio en pequeñas dosis (muy pequeñas), produce un delirio alucinatorio incontrolable durante bastantes horas en el mejor de los casos, cuando no la muerte si la dosis ingerida no ha sido controlada por alguien experto en la materia.

El estramonio ha sido utilizado por los humanos desde la antigüedad por sus propiedades alucinógenas y curativas. Se conoce con varios nombres: Higuera del infierno, higuera loca, hierba hedionda, trompetero, manzana espinosa, matatopos, flor de la trompeta y algunos otros.
A partir de mayo, la planta se llena de flores en forma de trompetas colgantes, algunas alcanzan los 20-30 centímetros, son blancas, amarillas o anaranjadas con los rebordes de la campana rojos, muy bonitas, pero venenosas.


De las hojas a la raíz, todas las partes son tóxicas, cualquier manipulación requiere extremar las precauciones y usar guantes. Lo más tóxico son las semillas.
¡Ojo! Esta planta, no se debería utilizar ni siquiera para echarla al estercolero si no se es un experto en la materia que pueda manipularla sin riesgo.

Resulta extraño que el estramonio en polvo que es considerada una droga alucinógena, no esté bajo ningún tipo de control ni fiscalización que pudiera impedir riesgos innecesarios. ¡Curioso, verdad!; pues es así, está al alcance de cualquier persona, independientemente de la edad, y, sin embargo, es un peligro considerable para cualquiera que lo ignore, como me ocurría a mi de niño y al resto de amigos que jugábamos con él.

En la medicina popular, con las flores del estramonio se preparaban cataplasmas para las contusiones, heridas, picaduras y otras aplicaciones y, tanto las raíces de la planta como con las hojas han sido abundantemente utilizadas en distintas afecciones y malestar por nuestros antepasados (y en la medicina moderna); pero que, no procede exponer aquí por razones obvias, toda vez que, podría inducir a algún experimento que pudiera resultar peligroso por manos inexpertas.

El hecho de traer a colación este tema, es debido a que, tanto en la ciudad como en el campo, estamos rodeados de plantas que no siempre conocemos los efectos positivos o negativos de las mismas, y eso nos puede acarrear consecuencias negativas y nefastas en algunos casos.

Un caso muy frecuente, lo tenemos en las adelfas que abundan por doquier, plantadas por el hombre voluntariamente para adornar las zonas ajardinadas (ejemplo, las que rodean el pilar), y son tan venenosas que cualquier animal que se acerque a beber agua del abrevadero, si se come parte de la citada planta, probablemente, si come poca cantidad, se salvaría; pero si la ingesta es abundante, reventaría en poco espacio de tiempo si no es atendido debidamente a tiempo por un veterinario. Esa es la realidad.

No obstante, la mayoría de las plantas venenosas como ya cité anteriormente, tienen una útil y beneficiosa aplicación en algunos de los medicamentos que, afortunadamente, cuidan de nuestra salud y salvan vidas aplicados con carácter científico en cada caso y previamente dosificados en los laboratorios de origen.

Los profanos en la materia, debemos abstenernos de manipular este tipo de plantas para evitar correr riesgos innecesarios.

30 septiembre 2014

SEPTIEMBRE 2.014


No sé por qué, pero, desde mi punto de vista (personal), septiembre es un mes simpático, variopinto y un tanto rocambolesco, como ha ocurrido este año que nos ha agobiado con su inesperado calor, que, incluso en algunos lugares ha superado la temperatura máxima del año; y también con sus lluvias que han inundado campos y poblaciones enteras.
Es cierto que es anómala esta circunstancia que, para algunos turistas  extranjeros y veraneantes del país les ha favorecido en sus vacaciones, permitiéndoles disfrutar de las playas mejor aún que los que vacacionaban en los meses de julio y agosto, con la ventaja de que les ha salido más barato a los veraneantes septembrinos que al resto. ¡Qué bien!
A mi, personalmente, éste mes me trae siempre gratos recuerdos de mi juventud euskalduna, no solamente por haber podido en todo momento disfrutar de unas estupendas playas que tenía todo el año a mi disposición y a pocos metros de casa en la bella Donostia, y el precio por disfrutar de ellas para mi era el mismo en cualquier mes del año; pero, septiembre, a pesar de tener que retornar a la rutina de la monotonía del trabajo, siempre me permitía guardar en mi particular baúl de los recuerdos, alguno original y grato de ese verano que se iba quedando atrás y septiembre se lo llevaba para entregárselo a Morfeo en sus brazos hasta el próximo año. ¡Así es septiembre!: Jovial y divertido, alegre, intenso y agradecido. Es un mes especial, aunque a algunas personas le deja marcada huella de su paso el síndrome pos vacacional tan plúmbeo como molesto que, generalmente, empieza precisamente, en este noveno mes del año del calendario Gregoriano que me permitió (hace solo unos cuantos días) ver la luz a la vida y disfrutar de ella con alegría y un especial optimismo que me aumenta en éste, para mí original séptimo mes del calendario romano.
Es cierto que en septiembre, se acusa con más agresividad la escasez de medios económicos como consecuencia de haber dejado atrás las vacaciones que nos vacían los bolsillos y agolpan los pagos que nos visitan después del verano; pero éste año, me gustaría ser generoso con septiembre y expresarle mi gratitud por la visita que tan amablemente nos ha hecho.
Ya sé que algunos pensarán que estoy viendo solo una cara de la moneda de septiembre; posiblemente tengan razón, pero si miran la bienvenida que le hacía desde ésta misma web el año pasado, comprobarán que no fui tan benevolente como lo estoy siendo ahora. Por eso, septiembre tiene dos caras; como la mayoría de las cosas.
En septiembre, también se reinicia el curso político que, en nuestro país de las contradicciones marca el ritmo a seguir de los aconteceres anuales ; los niños, como es obvio empiezan las clases en los correspondientes colegios con el consiguiente descontento inicial por parte de los remolones que suelen ser los más pequeños estudiantes que ven cómo para ellos, sus cortas vacaciones se terminan, (precisamente cuando más animados y deseosos estaban a continuarlas) y se ven obligados a dejarlas para incorporarse un año más “al cole” y tener que aguantar la murga de los profesores que, “todos ellos” son unos pesados en clase.
En septiembre se pasa progresivamente del calor al frío, su comportamiento, normalmente es variable, salvo excepciones como hogaño.
Dice el refranero que marzo y septiembre son cual hermanos: uno dice adiós al invierno y otro al verano; pues, como es bien sabido, el 21 de marzo comienza la primavera y el 23 de septiembre el revuelto otoño, y, normalmente, ambos son ventosos, aunque, como ahora todo está cambiando a pasos agigantados, no se puede confiar en la tradición que dice que, en septiembre, el que no tenga ropa que tiemble.
Septiembre se ha actualizado,  está cambiando de look y de costumbres; por lo tanto, tendremos que irnos acostumbrando a su nuevo estilo de vida y adecuarnos a su modernidad. ¡Qué remedio!
Afortunadamente para el campo, éste año septiembre también ha venido acompañado de importantes lluvias que han sido bien recibidas por la sequedad que afectaba la tierra ya agrietada y sedienta que pedía a gritos agua para poder sobrevivir, ya que, si en septiembre comienza a llover, otoño seguro es; a pesar de que no es menos cierto que, a decir del mismo refranero: septiembre o seca  ríos y fuentes, o se lleva los puentes.
Por eso, lo que decía al principio: para mí, septiembre es un mes variopinto, pintoresco y rocambolesco al mismo tiempo, pero muy alegre. ¡Majete y jacarandoso el muchacho…!

Agradecido por tu compañía, septiembre. Ha sido un placer. Y, muy interesante tu visita.

Otros años, tu llegada he celebrado
dándote la bienvenida;
pero, como éste me he olvidado,
celebraré tu despedida.

Adiós, amigo septiembre,
gracias por tu visita;
y, aunque hay quien no lo comprende,
para mi fue muy bonita.

Te vas llevándote el verano
que ha sido divertido,
también te llevas de la mano
el agobiante calor que nos has traído.

Te  invito a regresar el próximo año
otra vez después de agosto;
y confío en que nos vuelvas a dejar
buena uva y mejor mosto.

Guardaré de tus fiestas y tu presencia
un buen recuerdo septembrino;
pero, no extrañaré tu ausencia
que se fue por donde vino.

Hoy celebro una vez más
que vinieras a visitarnos
mas, con toda sinceridad:
¡Buen viaje , y, a esperarnos…!

Atentamente. Luis

18 septiembre 2014

LA VERDOLAGA

Un viejo proverbio muy conocido por los campesinos de mi niñez, decía que la verdolaga crece como la mala hierba, y es cierto; la verdolaga crece con bastante rapidez y energía aprovechando los nutrientes que le rodean, robándoselos a las plantas adyacentes; de ahí su frondosidad incluso en zonas escasas de agua, pero la verdolaga no es una mala hierba si no todo lo contrario, se trata de una extraordinaria planta medicinal muy valiosa y de aplicación en múltiples casos en los que nos puede resultar de gran utilidad, además, podría ser considerada como de superalimento.

Crece en cualquier parte como es bien sabido, no le pone impedimentos a ningún tipo de tierra; arraiga tanto en la cultivada y abonada tierra del huerto como a la orilla del camino en tierras endurecidas y no siempre bien abonadas y carentes de agua.


 Esta planta (foto derecha), que en mi pueblo (La Zarza de Pumareda) era considerada por los agricultores como maleza que perjudicaba lo sembrado en la huerta o el campo; sin embargo, puede comerse como verdura siempre que esté bien lavada y libre de cualquier tipo de veneno (herbicidas o fumigaciones); su sabor es ligeramente acidulado pero muy sabroso, y, tanto las hojas como las flores que se pueden apreciar en las fotos adyacentes y los tallos son comestibles y puede consumirse: fresca como ensalada, o cocida como espinacas, berzas o acelgas (foto inferior),  es buena para sopas y salsas, o acompañando la carne.

La ignorancia ha hecho que la mayoría de la gente (entre los que me encuentro yo), desgraciadamente, la hayamos considerado como una mala hierba, cuando en realidad es portadora de múltiples propiedades, tanto curativas como nutritivas.

Ésta planta que a lo largo de nuestras vidas, a pesar de su abundancia y proximidad nos ha pasado casi desapercibida, contiene más ácido graso Omega 3 que cualquier otro vegetal, es portadora de una más que considerable cantidad de ácido oxálico, lo cual nos obliga a consumirla con moderación, toda vez que el citado ácido, aunque no resultaría perjudicial para la salud, sí, en el supuesto de consumirse en exceso podría afectar negativamente al riñón; lo que hace aconsejable que se ingiera acompañada de una buena dosis de agua durante la ingesta.

La que nosotros considerábamos que era una mala hierba, contiene siete veces más betacarotenos que la zanahoria;  contiene magnesio, calcio, potasio (más que las espinacas), hierro, fósforo, B1, B2, B3,C, y, su principal virtud, es favorecer el tránsito intestinal.

Es apropiada para combatir el estreñimiento, y la inflamación del sistema urinario, es tónico del hígado y sus enfermedades; su jugo es analgésico, antiparasitario, depurativo, es bueno para la artritis, diarrea, disentería, dientes y encías, diurético, actúa contra el dolor de cabeza, espasmos musculares, hemorroides, hipertensión; contra las picaduras ejerce un efecto calmante si se aplica la verdolaga machacada en forma de cataplasma, atenúa los problemas gástricos, y hepáticos, además de un largo etcétera.

No es aconsejable su consumo durante el embarazo, por lo que en caso de tener la tentación de comerla, es necesaria una consulta previa al médico para evitar males mayores.

Con éste bagaje, la situación económica producida por la crisis y el precio de la verdolaga en el mercado;  ¿Sería conveniente incorporarla a la cesta de la compra para nuestra alimentación mediterránea desde ya?

¿Lo intentamos?


Ya sé que no es fácil asimilar de sopetón que una verdura como ésta que tantos años ha permanecido entre nosotros y la hemos considerado algo innecesario y molesto, ahora la podamos admitir como "la joya de nuestra alimentación", no hay que exagerar; pero, tampoco estaría demás que lo intentáramos y nos aprovechemos de sus propiedades que, dado el precio que se paga por ella en los lugares donde abunda, podría resultar interesante la prueba.

Mientras tanto, podríamos ir saboreando la ensalada
que nos ofrece la fotografía de la derecha, para hacernos una idea de sus virtudes y, si nos gusta pues: ¡Hala...!, a repetir que es barata y por intentarlo no se pierde nada.

04 septiembre 2014

¡HOLA, ZARCEÑOS!


Cuando estuve en el pueblo en las fiestas patronales, no disponía de medios a mi alcance para entrar en la web de La Zarza, y a través de ella poder expresar los sentimientos que me invadían en aquellos momentos tan gratos para  mí y vividos con gran intensidad entre los míos.
Lo que sí hice, fue escribir en un tozo de papel (a modo de poema) una noche antes de acostarme, aquéllo que tenia grabado a fuego dentro de mí, y que quería hacérselo saber a los demás que habían compartido la jornada conmigo; esas maravillosas jornadas festivas que con tanta ilusión se viven en el pueblo, gracias a los organizadores que se merecen un ¡HURRA! con mayúsculas.


Ahora, ya desde la distancia que otra vez nos vuelve a separar, me gustaría que, aquellos a los que no me fue posible transmitiros lo que mi corazón sentía y mi cerebro pensaba al encontrarme de nuevo entre vosotros en la tierra que me vio nacer y crecer; quiero que sepáis el porqué de mi alegría.

No sé si habré acertado en las palabras que denoten el sentir que me invadió; pero, sí es lo que en aquella situación se albergaba en mi fuero interno que me invadió de satisfacción; merced a la acogida que recibí de todos vosotros y nunca olvidaré.

Muchas gracias a todos. 




SOLO HASTA LUEGO

Al despedirme de ti
mi querida tierra zarceña,
sólo llevé junto a mí
recuerdos de mi aldea risueña.

Dejé mis huellas marcadas
cuando salí de tu lado
en aquellas calles embarradas
que, ahora ya han asfaltado.

Mis pies, al andar se hundieron,
en los viejos caminos de carros,
cuando desde ti partieron
alejándose de esos lares charros.

Peregriné por la vida
como cualquier hombre cuerdo
y la esperanza me sanó la herida 
que me dejó tu recuerdo.

Siempre desde de la lejanía
te he conservado dentro de mí,
porque, saber, yo sabía
que algún día estaría junto a ti.

Hoy, el día ha llegado
que tanto estuve esperando
y después del tiempo pasado,
por fin, lo estoy celebrando.

Aquí estoy ahora tierra mía,
aquí estoy a tu lado,
y...¡cuán grande es mi alegría
por habernos reencontrado!

Gracias te doy por saber
esperarme con paciencia,
pues, mucha has debido tener,
además de gran prudencia.

Eres el bello amanecer
y suave como la seda,
por eso quise nacer
en La Zarza de Pumareda.

Tú eres la flor perfumada
que alegra la primavera
como le alegra la llegada
a la madre que a su hijo espera.