29 mayo 2017

EL POZO AIRÓN (Pozairón)


Airón, fue un dios indígena que ya estaba arraigado en Hispania antes de ser conquistada por los romanos, que respetaron el culto que los lugareños le profesaban a este dios, asentado en las creencias de lo que se supone que escondían las aguas profundas en pozos, simas y lagunas; de ahí, la relación entre el inframundo  y Airón.

La dualidad que alberga la creencia de que el Dios Airón, es el dios de la vida y de la muerte, está relacionada con que, el agua es fuente de vida y emerge del inframundo. Y, en cuanto a su manifestación con el dios de la muerte, deriva de la creencia que, en aquéllos tiempos, según algunas religiones precristianas, las almas de todos los muertos, iban a descansar en el inframundo, al que se asociaba el Pozo Airón de agua inagotable, así como la laguna insondeable.

Sin embargo, todos esos conceptos, no son más que una metáfora (curiosa metáfora, por cierto), basada en la creencia de la existencia de un canal que comunicaba el pozo o la laguna, con el inframundo o mundo de los muertos, lugar del que ya no se puede salir una vez dentro porque, te devoran los monstruos que hay en sus profundidades; toda vez que los coetáneos de aquélla época, consideraban que era el lugar de irás  y no volverás más, que tanto atemorizaba a sus moradores, que, no pasaban de ser una leyenda de terror que, en el Medievo (y algunos siglos después), relacionaban con el entonces maldito, Pozo Airón.

Si bien, no se conoce a ciencia cierta el origen de la identidad del dios Airón, al que, tantas muertes y desventuras se le achacaron en el pasado.

Según la documentación que se posee al efecto, las creencias relacionadas con los distintos pozos Airón, nos conducen a los más variopintos lugares del planeta Tierra, en torno a los cuales existen también, las más variopintas versiones de leyendas, más o menos tenebrosas, que, los no bien informados se cuidaban de propagar, seguramente,  con la mejor intención.

Así por ejemplo, en Francia, según el resultado de algunas excavaciones debidamente documentadas por personal competente, se le hacían sacrificios humanos al dios Airón, cuyos restos óseos, no justifican que, su muerte (o sacrificio) fuesen de origen ritual- espiritista. Si bien, no son infrecuentes los lugares en los que existe un Pozo Airón, en cuyo entorno, la leyenda relaciona la muerte de las personas que caían dentro y, no se les volvía ver más.

Sin duda, Los Arribes del Duero, son una zona privilegiada de la naturaleza, en la que por suerte, abundan los pozos Airón: Pereña-Masueco, Aldeádávila, etc., amén de que, afortunadamente para los charros, nuestra provincia es en la que más abundan los pozos Airón, para nuestro regocijo.

Pero, el Pozo Airón  (Pozairón), que, desde mi infancia ha permanecido latente en mi recuerdo, es el Pozo Airón de La Zarza, mi pueblo, en el que, los niño-as jugábamos en su entorno y nos metíamos dentro descalzos, para chapotear en el agua fresquita que, en verano se agradecía y no escaseaba por entonces.

Seguramente, los que, en mi época eran niños, recordarán la frecuencia y rapidez con  que subíamos-bajábamos al Pozozairón, y, no menos frecuentes las veces que tirábamos dentro las piedras del entorno, para escuchar las distintas tonalidades del sonido que producían al contacto con el agua y tanto nos divertía.

No sé, quien se encargaría de sacarlas, pero sí sé, quienes se cuidaban de meterlas y lo bien que se lo pasaban mientras se dedicaban a ese original deporte, que, era común a todos los niños zarceños, independientemente de la edad.

Lástima que, cada vez queden menos especialistas de los de entonces, en el deporte del llenado de  piedras en el Pozairón zarceño,  para que esbozaran una sonrisa al leer y recordar los buenos ratos que pasábamos los niños haciendo un ejercicio físico que, tantos y tan gratos recuerdos nos proporcionó a los aspirantes al lanzamiento del disco zarceño, que, ahora se practica con tanta frecuencia sin usar la piedra.

Desde la añoranza que me produce el recuerdo de aquéllas vivencia, les quiero enviar desde aquí, mi saludo más cordial a todos los “deportistas” que aún quedan, y entonces  nos dedicábamos al cambio de sito de las piedras que por aquélla época estaban alrededor de nuestro monumental y majestuoso Pozairón zarceño, que, espero y confío en que todavía estén en su compañía, y, no hayan ido a parar junto a las de “Las Pozas”.



Y, a pesar de que en la Península Ibérica existen casi setenta extraordinarios pozos Airón, que son una maravilla de la naturaleza en su mayoría, de los cuales me gustaría acompañar su correspondiente fotografía; por razones de arraigo, solamente adjunto la que encabeza este párrafo (que, me ha proporcionado Manolo), del más importante Pozo Airón del Mundo entero y parte de extranjero: 
El Pozairón zarceño según la versión del autor de este comentario, que es sabedor de que no todos estaréis de acuerdo por pura lógica. 
Pero, yo lo veo así, y, así seguiré viéndolo.


¡Qué le voy hacer!