05 marzo 2012

¿Para qué usar las armas?


       

¡Armas....!

¿Para qué habláis,
si calladas mejor estáis
y, así nos tranquilizáis
a los que no queremos la guerra.?

Armas que cuando habláis
todo lo destrozáis
y nada solucionáis
con vuestro lenguaje de guerra.

¿Por qué cuando vosotras habláis
en el lugar donde estáis,
extraño lenguaje usáis
para lograr la paz en la tierra:

Armas que cuando llegáis
la injusticia sembráis,
y la vida le segáis
a los que no optaron por la guerra.

¿Es que ya no recordáis 
los estragos que dejáis
con la semilla que sembráis
de odio, destrucción y miseria.?

Armas que donde os dirigen vais
masacrando cuanto halláis,
¿por qué luego lo ocultáis
con vuestra capa de guerra?

¿Qué recuerdos os lleváis
del lugar donde llegáis,
si, sin saber bien dónde estáis
destrozáis la sufrida tierra.?

Armas que sin que os llamaran
fuisteis causando la muerte
de tanto ser inocente
que justicia reclamaran:

¿Por qué tanta prisa lleváis
y, quietecitas no os quedáis,
si por donde vosotras pasáis
sembráis horror y tragedia.?

Armas que donde llegáis
abonada tierra encontráis,
si nada bueno dejáis,
¿por qué amáis tanto la guerra.?

¿Es que, acaso ignoráis
que solas en el mundo no estáis
y por eso no esperáis
un acuerdo de paz en la tierra

Armas que tanto podéis
y tan caras nos costáis,
¿por qué de una vez no os ahorráis
muerte, rencor y miseria.?

¿Y, por qué a la tragedia acompañáis
pero nunca contempláis
la desolación que dejáis
en esta bendita tierra.?

¡¡¡Armas:.....!!!
Como no nos necesitáis;
¡quedaros en donde estáis!
¿ y, por qué de una vez os calláis
y le ponéis fin a la guerra.?

¿Por qué no recapacitáis
si es que a pensar os paráis,
y después os preguntáis
para qué sirve la guerra;

si luego cuando os marcháis,
allí donde vosotras vais
todo lo que os lleváis,
no es más que pura miseria...?



Luis

4 comentarios:

Manuel dijo...

Bonito poema con bonitas intenciones que las armas, lamentablemente, no oirán. Tienen gatillo, percutor, cañón, mirilla, pero orejas no; será para no oír sus intimidadores, atronadores y mortíferos disparos. Pero los que las “manejan” y “apuntan” (no los soldados, los otros) sí tienen orejas y oídos; pero ¡ay!, esos no oyen nada ni a nadie. Se hacen los sordos o no quieren oír, que es lo mismo.
De todas maneras, tú Luis, insiste, quizá algún día…

-Manolo-

Anónimo dijo...

Que pena dar ver a soldados que seguramente no quieren tener ese aparato en las manos pero que son obligados por superiores, nunca me han gustado las armas, ni siquiera las de juguete, pues a mis hijos cuando eran pequeños nunca les compre una pistola de juguete ni nada que se le pareciese.
Muy bonito el poema, pero no llegará a quien debería de llegar y aunque llegase le daría igual, miraría para otro lado y a seguir adelante,que aunque con esas armas mueran mucha gente , ellos se llenan los bolsillos.
Saludos Cari.

Anónimo dijo...

Un poema muy mortifero y veraz. Que dispara sobre nuestro crebro con ese AIS lacerante de final de verso.
Sin ninguna duda el armamento es el cenit en el mundo de lo negocios más sustanciosos.
Un abrazo. Salva

Anónimo dijo...

Tengo ya ganas que pongas otro poema, pues no me gusta abrir tú blog y encomtrarme con la foto que tienes puesta.
Saludos Cari,