ADIÓS,
AGOSTO, ADIÓS
Casi finalizado
el verano y transcurrido el mes de agosto,
ya de vuelta a casa la mayoría de personas,
trabajadores o no, veraneantes o turistas, por haberle finalizado sus esperadas y cortas vacaciones, los sufridos ciudadanos tenemos que volver a la rutina diaria en la que nos involucramos durante los restantes once meses del año; y, de nuevo metidos en la más aburrida cotidianeidad laboral, comenzamos a poner la primera pieza-ficha del puzle, para, poco a poco ir cerrando el cuadrilátero hasta colocar la última, precisamente, el primer día de las próximas vacaciones que, dicho sea de paso, ya están ahí, a la vuelta de la esquina, casi, casi a punto de alcanzarlas con la mano optimista del que ve la botella medio llena.
trabajadores o no, veraneantes o turistas, por haberle finalizado sus esperadas y cortas vacaciones, los sufridos ciudadanos tenemos que volver a la rutina diaria en la que nos involucramos durante los restantes once meses del año; y, de nuevo metidos en la más aburrida cotidianeidad laboral, comenzamos a poner la primera pieza-ficha del puzle, para, poco a poco ir cerrando el cuadrilátero hasta colocar la última, precisamente, el primer día de las próximas vacaciones que, dicho sea de paso, ya están ahí, a la vuelta de la esquina, casi, casi a punto de alcanzarlas con la mano optimista del que ve la botella medio llena.
Posiblemente,
eso es lo que le haya ocurrido a la
mayoría de las animosas gentes que, ilusionadas por celebrar las fiestas
zarceñas, salen desde sus correspondientes destinos, algunos de ellos alejados
de los Arribes y ahora, de nuevo en sus respectivos hogares, están imbuidas de
la más aburrida rutina que, tanto nos atormenta y nos resta parte de nuestra
libertad personal.
Por las
crónicas, vídeos, fotografías y demás reportajes que han ido colgando en la
Red, mediante la Web del currante Manolo, los que, como siempre, nos tienen
acostumbrados a la comodidad a distancia, poniéndonos a todos los zarceños al
corriente de los acontecimientos acaecidos en las fiestas de verano celebradas
en el pueblo; desde este lugar lejano y, dadas las circunstancias, un poco
revuelto su ambiente, he podido informarme, una vez más, de cómo la animación
festiva va en aumento en nuestro pueblo y el programa de festejos, también.
Para los que
no hemos tenido la suerte de poder celebrarlo saltando al ruedo, porque no
siempre las circunstancias son propicias, es una bendición que, cronistas tan
sagaces y bien cualificados, nos pongan al corriente del desarrollo de las
fiestas patronales, lo cual, merece todo mi reconocimiento y más sincera
gratitud por la labor que su esfuerzo se merece.
Qué suerte,
poder vivir desde la lejanía las fiestas patronales del pueblo, gracias a la
gentileza y buen hacer de los que, como cada año, dan el callo y están al pie
del cañón, currando sin descanso, para que otros, cómodamente desde la butaca, podamos
disfrutar “gratuitamente” del trabajo realizado con encomiable esmero y
generosidad, por un equipo de cámaras y reporteros gráficos que, con su
esfuerzo, su tiempo y la voluntad de agradar, nos premian con su encomiable
labor. Gracias.
Sin entrar en
polémica ni en interpretaciones partidistas por razón de nacimiento, me atrevo
a afirmar que las fiestas de La Zarza, cada año van mejorando gradualmente, en calidad
y dinamismo, y que, la experiencia que año tras año, van adquiriendo los
organizadores de todo tipo de eventos, se va notando sin gran esfuerzo de la
inteligencia; lo que nos lleva a pensar que, si son el alma máter de las
fiestas veraniegas: ¿Por qué no conceder al su esfuerzo y entrega de todos y
cada uno de ellos, el Título de Organizador Mayor del Reino, ya que la
recompensa económica no procede, toda vez que, el interés que les mueve, no es
precisamente el dinero, sino algo que tiene muchísimo más valor: LA DIGNIDAD.
Y, de esa forma, tendrían un reconocimiento, digamos, “SENTIMENTAL”.
Algo es algo.
¿No…?
¡Ojalá!,
prenda en las nuevas generaciones ese amor al pueblo y a sus gentes, para que
en el futuro podamos seguir siendo un pueblo que merece el reconocimiento de
cuantos lo visitan o se informan a través de las redes sociales, y las personas
cuyo esfuerzo hace que, Las Madrinas, el Teatro, las peñas, las charangas, la
paella, el hornazo, la carrera de Vicente, etc., y demás actividades lúdicas
que ahora son la alegría de cuantos nos visitan, sean en el futuro, el orgullo
de los zarceños que nos sigan en las próximas generaciones, porque ha germinado
la semilla que, los currantes actuales, día tras día, están sembrando con tanto
esmero y estima, aportando cada uno/a su granito de arena, que está haciendo
crecer y llenarse el granero.
Sin ninguna
duda, es una gran suerte para todo zarceño de bien, saber que, si las fiestas
mejoran, y, como consecuencia, enorgullecen a las gentes que llevan en sus
genes ese virus contagioso que les hace sentir el orgullo de ser zarceño, sin
ellos/as no se podría lograr lo que, con su buen hacer se consigue para el
pueblo. Y, en este saco están, desde el más rico al más pobre, del más joven al
más mayor, desde el Alcalde y sus concejales, hasta el último nacido en el
pueblo; y, me atrevo a meter también en el mismo saco, a aquéllas personas que,
no habiendo nacido en La Zarza, están totalmente integrados en su alma y su
historia, llevan en su sangre el virus zarceño, posiblemente transmitido por
algún zarceño-zarceña que lo ha encarrilado por el sendero que el viento de los
Navazos y el Teso de la Silla, premia a cuantos habitan o visitan nuestro
pueblo, y, con su aportación, también colaboran a mantener viva la esencia que
le da vida a la vida de la fiesta zarceña y el amor y apego a nuestro pueblo.
Gracias a
todas esas personas que, con su tesón, fuerza y voluntad, han logrado para La
Zarza, lo que solo los zarceños le pueden dar: El orgullo y reconocimiento de
ser lo mejor de lo mejor. ÚNICOS.
3 comentarios:
Gracias también a tí, Luis, por hacer pueblo desde la distancia.
-Manolo-
Mi aplauso para este relato.
(Paco)
Luis, espero que el próximo año puedas disfrutar de estas fiestas. El tiempo corre demasiado deprisa y la distancia se agranda con el paso de los años. Por eso, tú sabes cómo pienso.
Un abrazo. Salva.
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