Motivos ajenos a mi voluntad, se han acaparado del tiempo que yo disponía para comentar en esta web zarceña desde el blog “Sintonía” algunas de mis opiniones y forma de entender la vida; no obstante, he intentado seguir (aunque, esporádicamente) los comentarios que en ella reflejan otros blogueros y colaboradores; así como estar al día de los aconteceres del pueblo.
A pesar de que, últimamente, (ya
sé que estoy jubilado), las ocupaciones no me permitían dedicar el tiempo
suficiente a escribir con calma en la web, he leído los escritos de los demás.
En breve, seguiré tratando el
tema de la conducción, circulación y seguridad vial, que lo dejé inconcluso,
reanudándolo en el tema correspondiente y, ya sin parar, hasta haber tocado
todos y cada uno de los temas que nos afectan a los conductores y demás
usuarios de la vía pública; en la esperanza de que le pueda ser de utilidad a
alguien.
Y, como tenemos el país un poco
revuelto con tanto político mintiendo a
destajo y tanto chorizo (no me refiero a los de guijuelo), mejorando su
calidad, a continuación expongo mi opinión
personal sobre lo que entiendo por política
¿POLÍTICAS?
Políticas no, por favor.
“POLÍTICA”
Pues sí; política sí. Podrá
parecer contradictorio pero política sí. Nos guste o no, en la actualidad todo
es política; política buena o política pachanguera y de poca calidad, pero,
política en definitiva. No la política que ha descangallado el sistema, sino
una política hecha por gente honrada para gente honrada.
Hoy por hoy, todo lo que nos
rodea y mueve los hilos de nuestra sociedad, es política. Pero: ¿Qué clase de
política? ¿Política de mercadillo o política de alta gama?
La política que prima en la
actualidad en nuestro sufrido país, no parece una política de academia
elitista, mas bien parece de rebajas de otoño, a la que como a los árboles se
le cae la hoja y deja mustiamente las plantas.
¿Qué finalidad persigue ésta
política que están llevando a cabo nuestros representantes y tantos quebraderos
de cabeza nos está costando a los contribuyentes?.
¡Ahí está la clave...! Es una
incógnita.
Pero, vayamos a la raíz: ¿Qué es
la política?
Política, -del griego- politikós, -igual a ciudadano, civil,
relativo al ordenamiento de la ciudad- es el proceso por el cual el uso de la
fuerza coercitiva es legítimo.
El término político, politólogo
fue ampliamente utilizado en Atenas a partir del siglo V antes de Cristo en
parte gracias a la obra escrita con bastante anterioridad por Aristóteles y
titulada precisamente, política; en la que definía al ser humano como un
animal político y que a lo largo de los tiempos le ha servido a más de un
politólogo y antropólogo como ejemplo y fuente para fundamentar su inspiración.
Desde muy antiguo, la política ha
sido y seguirá siendo el arte de lo posible. Sí, la política es un arte: El
arte del malabarismo.” El arte de manejar conceptos para deslumbrar al
oyente o al lector. El arte del embaucamiento
colectivo, prevaliéndose de la inexperiencia o candor del engañado; de
ahí, que los ciudadanos normales, como desgraciadamente nos ocurre a los
españoles, generalmente, sin una larga tradición democrática y escasa formación
política como ocurre en nuestro país, teman involucrarse en las tareas del
gobierno del Estado, y los que sí lo hacen, carecen en buena parte (no todos
afortunadamente) de la responsabilidad que se requiere para esos menesteres; y,
en una considerable proporción, les escasea la formación necesaria que para
desarrollar esa actividad se precisa. Sin contar con la falta de escrúpulos que
una minoría muy minoritaria (por suerte) ha demostrado tener a la hora de
administrar los recursos comunes que los ciudadanos le han encomendado
gestionar, como ha quedado bien patente últimamente con tanto mangante,
estafador, defraudador y corrupto que abunda a lo ancho y largo de nuestra
geografía en todas las Administraciones Públicas que conforman el Estado.
No sé si acertada o
equivocadamente, pero en el espectro político todas las ideologías se
concentran en dos dimensiones: la económica y la social, que, ni han congeniado
ni posiblemente lleguen a conseguir congeniar en el futuro a corto o medio
plazo.
Con buen criterio, o
erróneamente, en la dimensión económica se integran (yo diría que se le han
endosado a voleo y sin mucha reflexión) dos ideologías totalmente opuestas, que
son las causantes de la falta del entendimiento entre los humanos: la izquierda
y la derecha que forman una línea horizontal. La dimensión social está formada
por otras dos antagónicas ideologías también opuestas: autoritarismo -
liberalismo formando una línea vertical.
Juntas ambas dimensiones, según
una vieja teoría (a mi juicio no muy acertada) integran el mal llamado mapa
ideológico que conocemos y por el que nos regimos para encuadrar o encasillar a
cada uno en uno u otro lado del espectro político, en el que personalmente yo
no creo, y, en el que podemos encontrar (teóricamente) los cuatro grandes
grupos que hoy conocemos como: totalitarismo, conservadurismo, socialismo y
liberalismo, considerándose el punto donde se cruzan como el centro político
que nadie sabe donde empieza ni donde termina ni cuál es su ideología.
Por razones obvias, no voy a entrar a definir cada uno de
ellos porque ahora no toca, como dirían los políticos escurridizos cuando les
incomoda la pregunta que, en el cumplimiento de su deber le, formula algún informador avispado en el momento en
que no le apetece o no le conviene responder como sería su obligación; solo
diré que este reparto en cuadrantes del circulo político, tradicionalmente, ha
sido y es convencional y hecho a la medida para que se adapte a los intereses
de los partidos políticos, especialmente a la de los mayoritarios con opción de
gobernar; por lo que no parece muy acertada esa línea partidista para definir
con escrupulosidad y nitidez los límites y las lindes de cada ideología; por
eso, a mi, personalmente, me gustaría saber dónde realmente empieza y dónde
termina cada una de ellas.
La aberración (ese grave error
del entendimiento) a la que se aferran algunos ideólogos, hace prácticamente
imposible un razonamiento racional entre distintas líneas de pensamiento
diferente, abriendo entre ambas una brecha nada fácil de rellenar. Y no parece
posible lograr a corto o medio plazo un entente ideológico que acerque las
distintas posturas para unificar criterios y tomar decisiones comunes que
favorezcan a los ciudadanos; más bien, parecen antagonismos redomados e
irredentos en líneas divergentes, que, más que desviarse y apartarse de la
normalidad que constituye la realidad de la sociedad, lo que debieran perseguir
es esa necesaria unificación no ideológica, pero sí racional para lograr los
fines que la “Política” persigue y la sociedad demanda.
Todas estas imposiciones
heredadas del pasado remoto se deberían adecuar a la actualidad que con el paso
del tiempo ha experimentado, unos más que cualitativos y cuantitativos cambios,
dejando a un lado la vieja y rancia tradición un tanto arcaica de la definición
política que encajona en uno de los cuadrantes antes citados a las personas que
no siempre están en el lugar que debieran, si la sinceridad fuese su norte y
los interese no les condicionaran.
Es sabido que la ciencia
política-social estudia de forma más o menos académica las técnicas de análisis
político, pero, ¿cómo las aplica? Los profesionales de esta técnica que conocemos
como politólogos, son los que deben formar y asesorar a los políticos en activo
(otra cosa es que los escuchen) y estos, basándose en sus conocimientos del
tema y fundamentándose en las técnicas y los análisis políticos de los
primeros, aplicarlas con equidad para lograr un mejor bienestar de la sociedad
a la que sirven y pertenecen; pero, no siempre esto se convierte en realidad.
La realidad, últimamente, más bien está tomando una deriva que se aleja por
completo de lo que es la realidad.
Desgraciadamente, en nuestro país
(ni en ninguno) no hay una Política; lo que existe y persiste en la realidad
son las políticas partidistas y parcelarias y cada uno barre para su parcela.
Así nos va la cosa.
Si existiese una Política a nivel
global, no habría guerras, miseria, injusticias, desigualdad, dictaduras,
fundamentalismos, hambre.....
Todos los políticos hacen muchas
promesas. ¿Cuántas cumplen? Alguien se ha preguntado, ¿por qué mienten los
políticos?; ¿por qué carecen de credibilidad?. La pregunta tiene una sencilla y
fácil respuesta: ¿Acaso sirven para algo más? ¿Saben hacer otra cosa? ¿por qué se ha descangallado la Politica "con mayúscula", convirtiéndose en el arte de mentir que nuestros representantes practican con asiduidad y tan hábilmente, y, en el "y tú más" que está tan de moda? ¿Quién es el responsable o responsables de éste desaguisado?
Si verdaderamente nuestros gobernantes y dirigentes de los
partidos políticos que tan caros nos cuestan a los ciudadanos normales, tanto
los que forman la oposición como los que temporalmente ocupan el poder, fuesen
políticos de verdad, auténticos repúblicos como tendrían que ser: ¿Estaríamos
como estamos?
No obstante, aún podemos estar contentos, porque si con el
paso del tiempo llega a prosperar la idea de algunos, se desguañangaría el sistema y pronto nos convertiríamos
en Reinos de Tifas y el descalabro aún sería mayor, las desigualdades
aumentarían y la economía se desquebrajaría aún más, que ya es decir.
¡Qué pena de dinero que nos
cuesta a los contribuyentes tanto gobernante inepto y con muy pocos escrúpulos,
cuya falta de responsabilidad desdice la equidad, la honradez y la sensatez de
una mayoría de políticos honrados y cabales que se esfuerzan diariamente por servir al
pueblo y defender los intereses de sus ciudadanos!
Sé bien que este tema no encaja
en todas las mentalidades y que el que dice las verdades pierde las amistades;
pero, como cada uno es como es, y cada uno se expresa según su forma de pensar.
Yo también; por eso me pregunto:
¿A qué huele España?
4 comentarios:
A PODREDUMBRE
A CHORIZO DESCOMPUESTO
A M I E R D A
Se ve que has reflexionado y mucho en este tiempo. Vienes fuerte pegando a diestra, siniestra y centro. Es que no hay otra. Es lo que hay. Y visto lo visto ¿sigues siendo optimista?... Yo cada vez menos, aunque lo intento.
Esa es nuestra carencia: DEMOCRACIA, con mayúsculas y POLITICA, también con mayúsculas.
¿Qué a qué huele todo esto? Ya lo dice bien el comentario anterior. Yo añado a PODRIDO, a ESTIÉRCOL, pero del que no vale para abono. Entonces de todo esto no va ha salir nada bueno? …
¡Estamos apañaos!
-Manolo-
La política,ahora más que nunca,es el arte de engañar,arte repugnante.La cuestión es saber hasta donde el pueblo está dispuesto a dejarse engañar.Esto depende de cada país. La sociedad española como es pastueña,se dejará engañar hasta la saciedad,es más , le gusta que la engañen,no quiere saber la verdad,y en esto España es por antonomasia la caverna de Platón a la que me gusta remitirme.Esta sociedad se complace escuchando a los políticos cuando decían que éramos ricos, después que ya había brotes verdes,ahora que está empezando a haber una mejoría,discreta pero que estamos saliendo del atolladero.A la gente le gusta que la engañen y los políticos se frotan las manos.Nos dan pan y circo,o sea,pan y fútbol y ya está. Los clubes de fútbol son una ruina para nosotros, claro,que somos quienes pagaremos esta ruina,pero la gente prefiere no saberlo,prefiere vivir engañada.Los futbolistas millonarios eligen España porque pagan menos impuestos,claro somos ricos y nos sobra el dinero.Estos pormenores a la gente no le interesa,prefieren vivir en el engaño,de modo que la sociedad está bien servida.Los políticos lo tienen a huevo.El problema no son los políticos. El problema somos nosotros.Un abrazo. Félix.
Hola Luis, este tiempo que estamos viviendo no presagia nada bueno.
Hace tiempo que dejé de creer en los políticos y me recuerdan , si hay alguno sano, lo acaban pudriendo el resto.
Me preocupa y muy mucho el futuro. ¿Qué podemos hacer? No lo sé. Seguirá la gente tirándose por los balcones y los usureros acumulando fortuna con absoluta desvergüenza. Echaría sacos y culebras si escribiera lo que siento, pero creo que este no es foro adecuado y ya lo hago donde lo creo oportuno. Salva
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