31 enero 2012

ELLA




Es flaca como una caña
en tierra estéril nacida
y enarbolando su guadaña,
va arrebatando la vida;

no tiene ni alma ni entraña
la llamada mal querida,
pero se da buena maña
en su faena preferida;

le da igual en la montaña
que a la entrada o la salida
y, no necesita campaña
para ganar su partida;

tiene una mirada extraña
aunque nunca está afligida,
trabaja igual en España
que en la moderna Florida;

sube o baja la cucaña
sin que nadie le persiga
llevándose a su cabaña
la gente más divertida;

nunca se muestra huraña
ni emprende sola la huída,
pero cual hábil alimaña
su zarpa, arrebata la vida.

Ella, que a nadie engaña,
porque da la cara enseguida,
no se esconde como la araña
en su tela mal tejida;

siempre recoge en su entraña
la semilla florecida,
pero con nadie se ensaña
ni se considera enemiga.

Y aunque parezca cosa extraña,
la dama de negro vestida,
al final nos acompaña
siendo la mejor amiga.



26 enero 2012

WEB ZARCEÑA








Se anima en la Zarza,
                                                             y en la Zarza se anima;
en Internet se dispara
y camina, camina.

Cada día a más lugares
lenta se aproxima,
y por gentes extrañas,
es más conocida.

Con Manolo, su Web,
se arrima y atina,
y, llevando el mensaje
a donde él lo destina,
retorna a su nido
cual feliz golondrina;

ya será doceañera
a la vuelta de la esquina;
¡aunque nos parezca que fue ayer
cuando la vimos chiquitina....!

y al crecer, se hizo grande
aquella pequeñina,
que, caminando, caminando,
ya está en la cima.

¡Qué bueno, qué bueno,
que ya esté aquí encima,
ese cumpleaños
que a todos anima...!

Habrá que celebrarlo
con Champan o Quina
que, para estos eventos
es buena vecina.

Y, formando una piña
desde esta cocina
en la que todo se aliña,
diremos en voz alta y fina:

Gracias Manolo,
por tu medicina.


20 enero 2012

HISTORIA ZARCEÑA



A los que escribís la historia de mi pueblo:

A todos los paisanos y colaboradores, que
a través de la Wed de La Zarza estáis haciendo y
escribiendo la historia  de la tierra que me vio nacer;
quisiera expresaros mi agradecimiento y
el más justo y merecido reconocimiento.
              __________

El mundo seguirá rodando,
dando vueltas seguirá la noria,
y mis paisanos escribiendo
desde mi pueblo, su historia.

El inolvidable Adolfo Carreto
con su pluma sin igual,
dejó más alto que el Aneto,
su buen hacer peculiar.

Ahí están ahora sus parientes
que parten del mismo ramal,
y son de sabiduría una fuente
como la de su primo carnal.

Qué decir de José Manuel,
que almacena en su memoria,
tal volumen de recuerdos
que, él sólo escribiría la historia.

No se le queda a la zaga,
Agustín desde la Zarza,
pues él, haga lo que haga,
lo suyo siempre estará en alza.

Isabel va aumentando
con sus relatos, la historia,
y escrito nos va dejando
los fracasos y la victoria.

Paquita, es algo aparte
con su volumen de datos;
pues, tiene un especial arte,
explicando sus relatos.

Salva con su experiencia
de experto correcaminos,
escribe, cual hombre de ciencia
lo que desconocemos los que no fuimos.

Marina y su catalán,
son para nuestra historia,
como decía el refrán:
una auténtica victoria.

Ahí están, Javi y sus rutas
dejándonos a buen recaudo,
lo que, pasándolo a veces canutas,
sendereando ha ido encontrado.

Anabel desde Argentina
nos aporta con su buen hacer,
esa historia peregrina
que es justo reconocer.

Y, aquí tenemos a Manolo
con su online y con su Wed,
que al comienzo empezó solo,
y ahora, todos estamos con él.

Así, así se escribe  la historia
de esta mi tierra querida,
que, aunque dé más vueltas que una noria
por todos será bendecida.

Se quedan algunos otros
sin ser por mí mencionados,
que también como vosotros
tienen temas publicados.

Todos estáis escribiendo
la historia que este zarceño,
poco a poco va aprendiendo
con paciencia y con empeño.

Desde este rincón bloguero,
os he de reconocer,
que la historia del Puente Robledo,
por fin la puedo aprender.

Y, le diría al amigo Félix:

Esta es la mejor historia
que hasta ahora se haya escrito,
y tu privilegiada memoria
tiene la culpa un poquito.

Historia, que es la historia
de este pueblo sin igual
que guardo en mi memoria
como algo colosal.

17 enero 2012

PASEO NOCTURNO

Era una  noche fresca, clara y la mar sosegada, salí a pasear, el cielo estaba estrellado, quería estar junto al mar y la curiosidad me acompañaba. Estaba en Sant Feliu de Guixols; había ido a visitar a mi hermana Mª Paz que vive allí junto al mar en ese pintoresco lugar de la Costa Brava, donde en invierno, todo es sosiego y tranquilidad. A mí, me atrae el mar como al hiero el imán, no puedo evitarlo. Fui caminando, caminando por un hermoso paseo que han hecho por el litoral bordeando la costa pasando por Ca la Conca  y, ya en Platja d`Aro, me detuve, me senté en una roca  atraído por el rugir del graznido de algunas inquietas gaviotas que no descansaban y revoloteaban arrítmicamente de forma desordenada con la más absoluta anarquía y observar sus bruscos e inesperados movimientos, acompañados casi siempre de un fuerte graznido, cuyo eco, con el silencio de la noche, se perdía en el éter a modo de invisible estela sonora.
El relajante y ondisonante romper de las pequeñas, suaves y esporádicas olas que se deshacían al acercarse a la arena formando una línea  en forma de fina y brillante cornisa que se desvanecía casi silenciosamente, me hacían sentirme feliz y la persona más importante del planeta. ¡Qué ilusión! Pensé: ¡Qué hermosa es la vida! ¿Por qué no sabremos vivirla mejor y disfrutar de cuanto nos rodea? Momentos tan maravillosos como éste, me dije, deberían ser constantes, sempiternos. ¡Ojalá...!
La noche callada, la  luz de luna llena con las olas del mar calmadas, fueron relajándome; el suave viento acariciaba mi cara cual bufanda de terciopelo en invierno; el silencio del entorno se palpaba cuando las gaviotas dejaban de graznar, mientras el brillante espejo en el que se había convertido el mar reflejando en él la luna llena, en esa noche tranquila y serena, sonriente como una enamorada quinceañera en la verbena, con su chico mirándola tiernamente y acariciándola con dulzura, me invitaron a sentarme. Me senté en una húmeda y fría roca contemplando la inmensidad sideral, intentando localizar una estrella fugaz, fue en vano, esa noche deberían estar todas de vacaciones, porque, no apareció ninguna, y haciendo volar mi pensamiento, imaginaba que, si como dicen los científicos, hay más de diez mil millones de galaxias, ¿cómo es que  sólo nuestro planeta está habitado por humanos? Y, quizás con infantil ingenuidad, se acercaron a mi mente algunas preguntas que me hicieron reflexionar profundamente, y a las que, mirando en lontananza y sin quitar ni un solo momento la vista del horizonte que forman el cielo y la línea del mar,   me gustaría poder contestar: ¿Qué somos y, qué estamos haciendo aquí los humanos? ¿A qué hemos venido, quién nos trajo y desde dónde? ¿Qué estarían haciendo en ese momento los pescadores del mar, esos sufridos hombres que luchan contra viento y marea para poder llevar a sus casas el sustento familiar. ¿Cómo lo estarían pasando mientras yo contemplaba plácidamente ese, su mar, en el que batallan con tanta dureza la casi totalidad de los días del año? ¿Cómo le afectarían las grandes olas a sus redes? ¿Cómo estarían sus familias en el hogar?  ¿Qué pensarían sus madres, esposas, novias, sus hijos...? ¿Cómo estarían de tranquilos los demás? Aquellos que nos comemos el pescado cada día sin saber lo que sufren ellos para poderlo pescar en la mar, sobre todo, cuando se embravece? ¿Qué recompensa tiene esa, que a mi se me antoja  ingrata labor? Qué reconocimiento reciben de la sociedad esos abnegados pescadores?
¿Quién se acuerda de ellos cuando salen a pescar en las frías noches de invierno mientras los demás estamos cómodamente y calentitos en nuestro hogar? ¡Qué duro e ingrato es algunas veces el mar!  ¡Qué tranquilos y felices estamos en casa los que no sabemos lo que es ir de noche a pescar! ¡Qué ingrato es el trabajo de pescador nocturno en el mar....!
Pensaba para mi: ¡Pobres hombres...! ¿Cuánto sufrirán?
¿Cuánto tendrán que bregar para poder llenar las redes antes de regresar? ¿Merecería la pena tanto sacrificio? ¿Seremos justos cuando al comprar el pescado, pensamos que nos parece caro? ¿Preferirían hacer otra labor más grata para ellos?
Seguía cavilando, dándole vueltas a la cabeza sin saber el porqué, ni por qué había ido yo a parar a aquella piedra que me estaba dejando el trasero de frío y de plano como un mármol. ¿Estarán satisfechos con su trabajo? No encontraba respuesta a ninguna de las preguntas que me había planteado. Pero hete aquí, que, a modo de visión o iluminación cósmica, me di cuenta de que me estaba equivocando; sí, me estaba equivocando y no lo había sabido ver, me equivocaba de plano; erré en la apreciación. ¿Por qué? Porque los pescadores del mar son las personas más campechanas; las más  agradecidas y desinteresadas del planeta. Son felices con su trabajo ¡que, ya nos gustaría a los demás...! y, para aumentar su alegría y buen humor, alguna vez, de cuando en cuando, le acompaña la botella de ron que les acaricia con ternura y comprensión. ¿y qué...,? ¿qué pasa por eso? cada uno bebe lo que le parece; pues, como dice el refrán: unos beben vino, otros aguardiente, y los más borrachos agua de la fuente...., y como  los pescadores del mar, no son ninguna de las dos cosas: ¿podrán beber lo que les de la relísima, o qué...? además, en alta mar ya no hay fuentes de agua fresca como antes, por eso beben el agua embotellada con sabor a ron.
Seguía la noche tranquila, seguía la mar en calma, y seguía la luz de la luna iluminando mi cara. El cielo seguía estrellado, me parecía que cada vez las estrellas brillaban más animadas; la Estrella Polar, se me antojaba más cercana, casi, casi al alcance de la mano. De cuando en cuando, surcaba el cielo la luz blanca acompañada del parpadeo de las luces de posición de un avión, camino que, no se a dónde, su destino lo llevaba y distraía mi atención que allá, en alta mar la tenía concentrada, mientras, seguían pescando las gentes que mi pensamiento ocupaban. Me estaba quedando frío, la ropa ya humedecida al cuerpo se me pegaba; notaba el salitre del mar cosquilleando mi cara acariciándome suavemente esa brisa salada, que tanto yodo aquella noche a mi cuerpo le aportara.
Noté las piernas adormecidas cada vez que las estiraba, pero seguía contemplando el mar mientras a los pescadores recordaba.
Al incorporarme, después de haber estado un buen rato cómodamente apoltronado encima de la roca que a modo de cadira, me había servido de asiento, noté una especie de escalofrío por todo el cuerpo que me hizo estremecer, al mismo tiempo que una cierta alegría en el alma, al ver aparecer en la lejanía la luz de un pesquero que se acercaba; posiblemente volvería a su puerto y los pescadores a sus casas; a su hogar con los suyos. ¡Qué alegría!
Me bajé de la roca, me acerqué al camino y empecé a andar lentamente hasta que las piernas volvieran a la normalidad. Seguí caminando cabizbajo y meditabundo hacia la casa de mi hermana, ya necesitaba  dormir un rato (soy madrugador) y ya se estaba insinuando el Alba. Me acompañaban los recuerdos dejados atrás un momento antes; también, el recuerdo de aquel rudo hombre del mar que en otro tiempo y en otro mar, pescaba en otra noche tranquila de luna llena y plateada, con una mar no tan calmada, ni siempre convertida en un espejo luminoso en el que la luna se miraba mientras se acicalaba con esmero como una enamorada vigilando a su marinero que pescaba cada noche hasta entrar la madrugada allá en la mar adentro, (mientras el mundo entero descansaba) en aquel mar Cantábrico, que yo tanto recordaba esa noche tranquila, en la que todo se iluminaba cubierto por el manto de la blanca luna plateada que me transportó a mi juventud vivida en mi Donostia añorada.....
Llegué a casa y me acosté, intuía que enseguida me quedaría dormido como un tronco; antes de dormirme, ya casi con los párpados casi pegados, no sé si por el sueño o el peso, me dije a  mi mismo: buenas noches, hasta mañana.
La anestesia del cansancio de la larga jornada, hizo lo demás.
Luis

15 enero 2012

A PATROCINIO (La Patro)

                    Agradecimiento a mi primera maestra:
                    la de párvulos.
        
                    Ya no repican las campanas,
                    doblan..., están llorando...,
                    ¿ qué ha ocurrido en esta aldea
                    que le ha entristecido tanto?

                    ¿ Por qué el pueblo está apenado
                    y sus gentes van rezando.?
                    ¿ Qué ha pasado en esta tierra
                    de hombres rudos y sanos;
                    de humildes gentes labriegas,
                    de tierras secas y campos,
                    que no producen apenas
                    por no tener con que regarlos .?
                   
                    Es una aldea tranquila
                    de gentes que van al campo
                    y trabajan los barbechos
                    con sus vetustos arados,
                    que empuñando la mancera,
                    sudan, y van rezando
                    y bendiciendo al Señor,
                    fustigan a su ganado.

                    Pero..., ¿por qué lloran....,?
                    y, si rezan...: ¿qué ha pasado...?

                    Es que murió " Patrocinio "
                    la maestra de los párvulos...

                    Hoy, no repican las campanas,
                    doblan, están llorando,
                    porque se ha marchado al Cielo
                    la tan conocida " PATRO "

                    Van a la iglesia a rezar
                    las ancianas de la aldea,
                    y los hombres del lugar
                    abandonan la tarea.

                    Ya se quedó en el aprisco
                    aquél rebaño de ovejas
                    y, a la sombra de una encina,
                    no se mueven, están quietas;
                    y los niños, todos tristes
                    hoy no acuden a la escuela,
                    porque irán junto a sus padres
                    al entierro de la vieja,
                    que fue maestra de todos
                    sin ser maestra de escuela.




13 enero 2012

A MI PAISANO FÉLIX


Amigo Félix. Desde el primer día que leí algo tuyo, y hasta hoy, que he terminado de leerme todo lo que he encontrado escrito por ti en tu blog, he estado pensando, cómo me lo montaría, para, de alguna manera, decirte cómo te veo; qué sensación me has causado, y la labor tan encomiable que desde mi punto de vista, realizas en favor del pueblo. Eres un fenómeno. (en el mejor sentido de la palabra) Yo, que desconocía por completo la existencia de la Wed en La Zarza  y de ese Rincón bloguero, en el que cada uno puede escribir con libertad, aquello que considere oportuno; una vez leído lo tuyo, veo que eres un poco como la droga, que te engancha sin darte cuenta. ¡Eres un hacha..!
Empiezo a escribir sin saber bien lo que te voy a decir; estoy en blanco. Después de haber leído todos los temas, y releído algunos varias veces, tomando como referencia las citas y notas que  colgaste en el mío para que me informara; la verdad, no sé por donde empezar, pero algo saldrá. Porque no me lo esperaba, he quedado como medio anonadado, con tanta y tan exquisita información sobre el pueblo. Si te digo que eres un genio, me quedo corto. Eres una máquina. Mantenla engrasada. Me has recordado a tu abuelo Angel el panadero que, como era amigo de mi padre, tuve  la suerte de hablar con él bastantes veces a lo largo de mi infancia ( y de acordarme muchas, pero muchas veces a lo largo de mi vida) no sólo porque era un  hombre algo especial además de ser el más desenfadado del pueblo, (Y, no lo digo para darte coba) sino, porque a mí, me trató siempre de forma especial, distinto de como generalmente en aquel entonces, los hombres del pueblo acostumbraban a tratar a los niños como yo. Por eso, guardo de él un entrañable recuerdo, y porque hablaba conmigo como un igual; algo que me causaba extrañeza; supongo que por mi edad.
Félix. Por lo que he leído de cuanto tienes escrito, eres profesional de la sanidad; ese sector de nuestra sociedad, formado por auténticos profesionales, a los que su encomiable labor no la han sabido valorar en su justa dimensión nuestros gobernantes, cuya ilimitada ineptitud es manifiesta. Es lógico, no dan para más... ¿Qué se puede esperar de gentes que pretenden juzgar a su manera, y criminalizar a un juez por el “delito” de juzgar a unos listillos del caso Gurtel? ¿Seguimos aplicando la ley del embudo? Lástima que el reconocimiento nos llegue de fuera, donde realmente nos valoran por lo que somos. Yo no pertenezco a tu sector, pero tengo personas allegadas que forman parte de los uniformados con la bata blanca.
Me ha sorprendido gratamente, ver como un paisano mío, domina con esa destreza el arte de la fotografía, (ya me gustaría a mí) tiene uno dotes literarios no muy frecuentes y un dominio de la pluma que, además de ser innato, requiere una considerable práctica.
No es mi intención halagarte, no sé si sabría hacerlo, es más, no sé si sabré expresarme lo suficientemente bien, y con la debida claridad, como para que puedas entender lo que se alberga en mi fuero interno respecto a lo que ha supuesto para mí, leer todo lo que tienes escrito en tu blog, no sólo sobre La zarza, que es mucho y muy bueno, sino, la facilidad con que te expresas en cualquiera de los temas que tocas; pero como tú eres inteligente, seguramente te bastará con que te diga que, dudo que otro compueblano, pudiera superar la obra que expones en tu blog. Mi más cordial y sincera enhorabuena.
No quiero extenderme aquí, lo mejor sería una larga charla, pero, tampoco quiero dejarlo sin decirte que no resulta fácil, si no se es profesional, encontrar las palabras adecuadas para calificar y valorar tu trabajo, el esmero, el amplio margen de conocimientos que tienes de todos los rincones y valores del pueblo y, la amena y sencilla forma de exponerlo todo. En fin; difícil explicarme con mi reducido vocabulario. Espero que me entiendas.
Por tu forma de expresarte, deduzco en tí una línea progresista de pensamiento e ideología, partidaria a su vez, de conservar el legado cultural heredado del pasado, y una clara visión de futuro, nada fácil de lograr con los flemáticos e ineptos  políticos, dirigentes-gobernantes ¿responsables? de nuestro país, en cuyas manos estaría la solución de los problemas que afectan a nuestro Patrimonio Nacional. ¡Lástima que sean tan perezosos! A veces pienso regalarles un bote de Cola Cao, por si se animan.
Tu paso por la Francia del General De Gaulle te marcó para siempre. Tengo la sensación de que aunque lo quieras disimular, no te será fácil. Das la impresión de ser poco partidario del padre de la quinta República. Yo tampoco comulgaba con sus ideas, pero es justo reconocer que fue un buen estadista y gran patriota, además de ser el único que fue capaz de poner a los norteamericanos en su sitio; que, en aquel entonces, no era fácil. Eso, seguramente, lo sabes tú mejor que yo.
Yo también hice mis pinitos en el sur francés, de Burdeos para abajo. Tenía la novia en Bayona y en los años 64, 65, y 66 viví el movimiento francés por la libertad.
El rincón del rosal, genial. En cuanto a las boronas o presas, también yo era aficionado a ellas, recuerdo haberlas hecho en más de una ocasión. Lo de untar la regla del maestro con ajo, no da resultado. Comprobado. Pero, lo de que tu calle era la única que tenía una pequeña pendiente en el pueblo, amigo Félix, no me cuaja; supongo que lo dices porque ya no te acuerdas de que, la calle-carretera de salida hacia Masueco, donde yo vivía con mi abuela en la huerta, es más inclinada que la tuya, (pero no vamos a polemizar ni a competir por ello) si te parece bien, lo dejamos en un empate hasta que lo comprobemos los dos un día en el pueblo. Utilizaremos el mismo metro. ¿ De acuerdo..?
En cuanto a lo de que, los pájaros enjaulados cogidos del nido cuando ya están a punto de volar, los padres los envenena, es un hecho real del que personalmente tengo experiencia y doy fe de ello, porque me ocurrió varias veces, (bastantes) con los nidos que había en la huerta de mi abuela María Agustina, de los pájaros que anidaban el los árboles frutales; especialmente los jilgueros, que los padres los cuidaban con esmero, pero al final, morían todos casi simultáneamente cada año que hacía la prueba, hasta que desistí del intento.

Y yo que pensaba que cuando me marché del pueblo en 1.954, las pequeñas abejas que elaboraban y depositaban sus minúsculos y sabrosos paneles de miel en las zarzas gruesas y secas del pueblo, se habrían quedado tranquilas con mi partida, y resulta que tú me sustituiste en la labor. No tuvieron suerte  las pobrecillas. ¡Baya, baya con el paisano...!

La fotografía que tienes en la escalera de la vieja escuela grande, está muy bien, pero tapas con tu presencia el rótulo de “Museo zarceño.....”
¿No  es un buen lugar para ubicarlo...? Es cuestión de intentarlo. Ya sé que no es fácil.
Aunque hace muchos años que no lo hago, debo confesarte que para mi, ha sido una grata sorpresa comprobar a través de Internet, (pues, yo lo desconocía) que en mi pueblo, hay personas que como tú, Adolfo, Agustín, José Manuel, Salva, Manolo con su Wed, además de otros blogueros y colabores, (para no extenderme mucho citándolos  a todos) estáis escribiendo la historia de La Zarza, (por cierto, una historia amena) y legando a nuestros descendientes una información valiosísima, que sin duda, les será útil en el futuro, además del incalculable amor que demostráis hacia ese maravilloso pueblo que nos vio nacer y corretear por sus calles de tierra, algunas de ellas convertidas en barrizal cuando las lluvias eran abundantes, y en pista gratuita de patinaje, en invierno, cuando las heladas eran de órdago a la grande, a pesar de que algunas veces nos quedábamos engarañaos, como decíamos de chavales.
Sinceramente; cada vez me siento más orgulloso de ser zarceño. ¿Serán los años.....?

Félix....   Un abrazo.
Luis

10 enero 2012

RELOJ



Reloj que mides el tiempo
que nadie quisiera medir,
¿por qué no te vas al carajo
y nos dejas en paz vivir.? 
Reloj que tienes la culpa
de que el tiempo tenga medida,
reloj que vas anunciando
el comienzo y la partida. 
Reloj que nunca has tenido
ni compañera ni amigo,
reloj que todos te miran
porque de todo eres testigo.
Reloj que sólo has tenido
tus únicas razones,
¿por qué desde que has nacido,
no has hecho vacaciones.? 
Reloj que sigues andando
y sin detenerte un instante,
vas caminando y caminando
sin que nada se te ponga por delante. 
¿Por qué no te paras un poco
y dejas ya de caminar,
no ves que te volverás loco
si no consigues descansar.? 
Te vas a quedar solito
en este mundo terreno,
sin tener ni un amiguito
que de ti diga algo bueno. 
Reloj que al marcar las horas
con sutileza nos vas indicando,
que, atrás se quedó el origen
y, hasta donde vamos llegando.
Reloj que cuando nací,
me dijiste la hora que era,
¡ahora me dices adiós
porque el final ya me espera...!

09 enero 2012

PASEANDO POR LA PLAYA DE ONDARRETA



Fue en una noche callada
después de una divertida cena,
cuando paseaba por la playa
hundiendo mis pies en la arena,
contemplando entusiasmado
la brillante luna llena,
reflejando su sonrisa
en la mar tranquila y serena.
Acudieron a mi mente
gratos recuerdos de mi infancia,
de mi pueblo y de su puente,
de sus flores y su fragancia;
y aunque sólo eran recuerdos,
recuerdos sin importancia,
afloraron a mi mente
con cariño y con prestancia,
y la gratitud suficiente
para hacerme sentir nostalgia;
nostalgia de aquel lugar,
y, sin que esto sea arrogancia,
de sus nobles y sencillas gentes,
de su paciencia y tolerancia;
de aquellas viejas casas
con desconchaduras en la fachada
hechas de rústica piedra,
no siempre bien alineada
que le dan un aire al pueblo
de elegante  nobleza bizarra.
Esos son los recuerdos,
recuerdos sin importancia
que a mi destino acompañan,
porque son los de mi infancia.

02 enero 2012

A MI PUEBLO: LA ZARZA


Esa madre tierra que me vio nacer,
es la tierra madre que me dio su querer,
testigo de la infancia que me vio crecer
y, cuna de la madre que a mi me dio el ser.
Es la tierra noble que, ya en mi niñez
me enseñó con empeño lo que es la honradez,
a querer a sus gentes como un buen zarceño,
y, a aprender que de la vida, nadie tiene dueño,
a respetar los mayores cuando al llegar la vejez
son como las flores y se les arruga la piel,
a saber que es el pueblo, que un día yo dejé
para ver otras tierras que quería conocer,
y que, el recuerdo más grato siempre guardé
de esa tierra amada de la que pude aprender
que fuera de sus lares nada mejor hallé
esperando el momento de poder volver
a estar a su lado cual amante fiel,
que, al regresar a su hogar le abraza de pie
a la esposa amada que no dejó de querer.
A esa mi tierra charra que un día volveré,
ahora quiero decirle lo que yo sé hacer:
Darle las gracias por verme nacer,
y que sepa que siempre la llevo en mi ser.
                

LA ABUELA

                  Vestida de negro y alpargatas viejas,
                  con paso tranquilo y gran entereza
                  camina la abuela firme y serena,
                  hasta el cementerio donde ahora se encuentra
                  aquel que de moza la llevó a la iglesia.
                  Se para a los pies del que antes fuera,
                  el amor que su vida, convirtió en primavera;
                  y mirando a la tumba, no llora,
                  piensa..., sonríe, reza, y...
                  le habla a su amado, le cuenta, le cuenta.
                  Le cuenta que en su bolsillo,
                  lleva guardada la cruz pequeña
                  que de una rama de olivo viejo,
                  él talló en la madera
                  el mismo día que ella fue abuela;
                  y ahora, estrechándola entre sus manos,
                  recuerda...,  recuerda... y recuerda....
                  Recuerda, cuánto la quiso él,
                  y cuánto lo quiso ella,
                  y por qué su vida, sólo fue primavera;
                  y por qué ahora, no llora,
                  y por qué sonríe, piensa y reza
                  y guarda ese hermoso recuerdo que tanto le llena.
                  Y lo feliz que ha sido siempre a su vera;
                  por eso, ahora, ella sólo espera;
                  espera el día que vuelva a estar con ella.
                  Le dice, que no se siente sola,
                  que espera, que lo espera,
                  para vivir juntos otra primavera,
                  otro amor, otra andadura nueva,
                  y volver a ser tan feliz como antes lo fuera.  
                  Y, llevando en sus manos la cruz de madera,
                  la acerca hasta el pecho y sonríe y reza;
                  y mirando a la tumba, recuerda y recuerda....
                  Recuerda, que lleva dentro de sí,
  lo que él le diera:
                  amor, cariño, ternura y firmeza,
                  y, esa esperanza tan grande
  que el alma le llena....
  Y con la suave voz del silencio le dice
  porqué lo está esperando,
  y por qué guarda el recuerdo de su único amor.
  Y que, en ese momento está recordando,
  el porqué desde que lo conoció,
  lo ha seguido siempre amando.

                  Mientras... oye una voz etérea,
                  que al son de trompetas le dice
                  cual madre al oído a su niño dijera:
                  ¡”Adiós, mi flor de primavera" !
                  No tengas prisa; espera, espera....

Ver: EL ABUELO

01 enero 2012

PARA UN ZARCEÑO

A José Manuel Martín García.

Llevo algún tiempo, desde que leí tu trabajo "La Zarza y su mundo" , pensando qué decirte y cómo decírtelo, y si tengo que ser sincero, sigo en la estacada, no me muevo. No sé como empezar.
No sé cómo empezar a preguntarle a esa enciclopedia zarceña cómo se lo ha montado para almacenar tanta información, ¡con lo escasos que están los grandes espacios en estos tiempos...!
José Manuel,  admiro tu fuerza de voluntad, capacidad de expresión y el talento que tienes para transmitir tus recuerdos y sentimientos relacionados con La Zarza. No es fácil encontrar en los tiempos que corren,  alguien que pueda aportar tantos y tan bien relatados los  recuerdos zarceños sin ser al menos un poco especial. Se ve claramente que conoces a la perfección todos los lugares y rincones más escondidos del pueblo; además de haber obtenido a base de paciencia, una información tan extraordinaria como la que tú aportas y expones de forma sencila, amena y entretenida.
No sé a qué te dedicas ni a qué te has dedicado anteriormente para tener tanta y tan selecta información como la que tú tienes; pero lo que sí es cierto, es que te honra el trabajo que haces en favor de nuestro pueblo. Sigue en esa línea y no pares. cuida tu pluma y no dejes que se te oxide, porque es una joya y un orgullo para los compueblanos. Mi enhorabuena.
Feliz Año Nuevo, y que te acompañe la suerte y la salud no te falle.
Saludos
Luis