09 abril 2012

AL VOLANTE


Al volante, es una sección de Sintonía que nace hoy con la sana intención de ayudar en la medida de lo posible a todos los conductores que después de algún tiempo de haber obtenido el permiso de conducir, bajan la  guardia al volante de su automóvil confiados en que la experiencia adquirida como conductores durante ese periodo de tiempo, les da una garantía de seguridad que les permite conducir relajados; por lo que he considerado oportuno que, recordarle algunas cosas podría beneficiarles para que no se olviden que al volante, la vista es la vida y deben ir permanentemente atentos a su labor para no llevarse sorpresas desagradables.
Intentaré publicar una entrada cada quince días o tres semanas más o menos, con la intención de que aquellas personas que las lean y sean conductores habituales o esporádicos puedan considerar lo que le he intentado exponer, y juzguen si le es o no beneficioso para la conducción.
Durante los más de cuarenta años dedicado a la enseñanza de la conducción y otras actividades relacionadas con el automóvil y la segurida vial, he contactado con todos los sectores de nuestra sociedad y palpado la opinión que les merece las medidas de seguridad que, entorno a la Lay de Seguridad Vial (LSV) y disposidiones complementearias, regulan el uso de las vías públicas y privadas abiertas al tráfico en genera en nuestro país. 
No pretendo con esta serie aleccionar a nadie ni organizar un curso de reciclaje; mi intención es exponer distintos planteamientos, para que cada cual opte por lo que considere más oportuno y beneficioso para sí. No se trata de enseñar las normas y señales de circulación que se da por supuesto que son sabidas por todos lo conductores, aprendidas en la autoescuela. En esta sección, se tratará en cada exposición de un tema diferente. Empezaremos viendo la parte teórica en la que se fundamenta la circulación, para lograr una seguridad vial que permita compartir armoniosamente la vía por todos los usuarios de la misma; para, seguidamente, ir tratando una cuestión diferente en cada uno de los aportes.
La monotonía de la conducción, con el paso del tiempo nos lleva con frecuencia  a no valorar en su justa dimensión las consecuencias que se derivan de un uso inadecuado del vehículo y la vía, hasta que nos encontramos con la sorpresa o el accidente y ya es tarde.
Por otra parte, quizá, tampoco en las autoescuelas -no en todas- se enseñan las técnicas de la conducción en circunstancias excepcionales, que iremos viendo y tratando por separado, para recordar a todos que, ni una sola fracción de  segundo podemos distraernos ni desatender la conducción, y que cada caso requiere un comportamiento distinto por parte del conductor.
Afortunadamente, nuestro país en los últimos años ha logrado ser el único en el mundo que ha conseguido reducir casi a la mitad el número de muertos en accidentes de circulación, lo cual nos honra; si bien, tampoco deberemos lanzar las campanas al vuelo ni conformarnos, pues, un solo muerto anual, ya es demasiado. Este descenso en la mortalidad viaria es la consecuencia de una acertada política vial por parte del responsable máximo de la DGT., que se ha volcado con ahínco en la tarea, al que le debemos gratitud por el acierto; independientemente de que esa fuese su obligación. Esperemos que su sucesora en el cargo, atine y siga la línea descendente que hemos tenido hasta ahora, para que vaya desapareciendo esta lacra que tanto daño nos causa: el accidente.
A título enunciativo citaré algunos (no todos) los condicionantes que están relacionados con la conducción: El factor humano, -el conductor-, el vehículo, y la vía y su entorno. Sin embargo, hay otros factores que directa o indirectamente también le afectan e iremos tratándolos por separado de uno en uno para que no nos queden lagunas. Estos elementos son entre otros: Visibilidad, velocidad, alcohol, drogas, estupefacientes, psicotropos, distancia de seguridad, niebla, viento racheado, lluvia, nieve, hielo, charcos, hojas caídas de los árboles que afectan al estado del pavimento, zonas umbrías, sueño, fatiga, cansancio, estrés, buen o mal humor, disgustos, pena, problemas personales, económicos, laborales, emotivos, estado de la vía, del vehículo (neumáticos, dirección, suspensión, frenos...) y un largo etcétera.
Me gustaría que con esta primera entrada de hoy, los usuarios de la vía, -que somos todos- bien como conductores, peatones ocupantes-pasajeros que lean esto, tomen conciencia de que conducir no es un juego ni una actividad deportiva en la que de una u otra forma se puede competir. No, la conducción es un acto de máxima responsabilidad que requiere una constante atención, concentrada y no difusa, porque las circunstancias son constantemente cambiantes y precisa estar ojo avizor y alerta permanente, toda vez, que, no sólo depende de nuestro comportamiento, sino del conductor que nos precede y del que nos antecede, independientemente de otros usuarios, animales, etc., lo cual, nos obliga a intuir los movimientos que ambos puedan realizar espontáneamente y pudieran afectar a nuestra trayectoria, lo que nos obliga a mantener la guardia permanentemente, tanto en la zona de riesgo como en la de incertidumbre. Esta constante vigilancia genera un esfuerzo visual y una fatiga psíquica; como consecuencia, nos lleva a la necesidad de parar o dejar de conducir cada dos horas como máximo, o, unos  doscientos kilómetros si circulamos a alta velocidad.
En la cultura de los conductores españoles no está muy arraigada la idea de parar cada poco tiempo por razones de seguridad; quizá, sea debido a la herencia del seiscientos que todo qisqui lo apuraba hasta que  empezaba a ahumear por la rejilla del motor. No se debe conducir hasta que la anquilosis impida la movilidad con soltura de las piernas, porque ya es tarde; pues, tanto estas como los brazos necesitan moverse con agilidad y soltura para una conducción segura. 
Hoy no vamos a tratar de ningún tema concreto; vamos a exponer algunas definiciones que nos ayudarán a  entender mejor los distintos planteamientos que iremos tratando sucesivamente en cada uno de los correspondientes temas.
La rabiosa actividad que ejercemos diariamente como usuarios de la vía pública, así como el frecuente cambio y actualización de la normativa establecida al respecto, exigen una puesta a punto y actualización de todos los usuarios -no solo como conductores-; sin embargo, como de costumbre, no siempre estos usuarios reciben –o recibimos- la información adecuada; unas veces por ignorancia, otras por descuido, otras por desidia, y algunas veces por pasotas, o bien, porque como le importan un bledo, no las tienen en cuenta; todo hay que decirlo. Craso error, pues las consecuencias que de ello pueden derivarse no son nada halagüeñas que digamos.
Todos los cambios habidos que afectan a la Ley de Seguridad Vial –LSV- después de su promulgación podemos encontrarlos en todos los medios de comunicación y muy especialmente en Internet, que está al alcance de la mayoría de ciudadanos. No entraré en el qué ni el porqué de los motivos que cada uno tenga para adoptar una u otra postura porque no es mi intención polemizar; pero sí aconsejaría a todos los usuarios de la vía que respeten escrupulosamente todas y cada una de las señales de tráfico y las normas de circulación, porque ello va en benéfico de todos y redundará en la seguridad vial que nos afecta directamente a todos los ciudadanos.
Y, ¿qué es la seguridad vial?
La seguridad vial, abarca un amplio abanico de importantes temas que se inter-relacionan en torno a este concepto. Son una serie de medidas, enseñanzas y precauciones necesarias, encaminadas a garantizar y proteger el tránsito de personas, vehículos y animales por todas las vías de uso común, ya sean públicas o privadas, así como las consecuencias que del mismo se derivan.
En la seguridad vial intervienen unos factores fundamentales que son los que condicionan directa e indirectamente los distintos planteamientos que nos podemos encontrar como usuarios de la vía.
El tráfico, como toda actividad humana genera una serie de situaciones de riesgo que la sociedad debe asumir como pago a lo que podríamos llamar el progreso.
Este canon o peaje que conlleva el ejercicio de ésta actividad, puede dejarnos una más o menos profunda estela en nuestras vidas en función de nuestro comportamiento como usuarios de la vía, tanto si la utilizamos como conductores, pasajeros-ocupantes de un vehículo o como simples peatones- viandantes, transitando a pie por cualquier lugar.
Las necesarias e imprescindibles precauciones que permitan aminorar o reducir al mínimo las consecuencias negativas que se derivan del uso del vehículo, nos determinarán el nivel de seguridad vial logrado con esas medidas que, siempre deberán ser tomadas por las autoridades competentes, y con su enfoque, acierto y estructuración en la aplicación de las mismas, determinar el grado de garantía de seguridad que ofrecen nuestras vías y la visión futurista de los responsables de esa seguridad que, tan necesaria se hace en la utilización de cualquier camino de uso público por toda clase de usuarios. Si bien, no será sólo responsabilidad de nuestras autoridades  garantizar la seguridad en las vías; será imprescindible la colaboración de todos los usuarios si queremos que exista un mínimo de garantía de seguridad para todos. Todos, sin excepción, deberemos aportar nuestro granito de arena para que el tráfico sea seguro y el número de accidentes disminuya con nuestro positivo y cívico comportamiento a favor de la seguridad vial y del tráfico en general. Para ello es necesario, que, nada más obtener el permiso de conducir, en el mismo momento de incorporarnos por primera vez a la vía; así como, durante el desarrollo de nuestra circulación por cualquier camino de uso público o privado abierto al tráfico en general, lo hagamos de tal forma, que casi no se note nuestra presencia. Ese es el mejor aporte que podemos ofrecer a la seguridad vial en beneficio de la sociedad a la que pertenecemos; sin olvidar que las normas y las señales, están para algo y no son un adorno.
En el próximo aporte, empezaré exponiendo la necesidad de tomar conciencia de lo que supone en la actualidad el fenómeno circulatorio en nuestro país, para, sucesivamente, ir entrando en temas concretos de comportamiento conduciendo nuestro vehículo por toda clase de vías.
Luis

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Como buen conductor que serás, ya que parte de tu vida la has pasado en tus autoescuelas, no está mal que nos des algún consejo, a mi particularmente lo que más miedo me da, es el alcohol, el sueño y los despistes, de los dos últimas cosas no nos libramos nadie, en cualquier momento se puede tener un despiste y también nos puede dar el sueño. Nosotros no se si es bueno o no, pero siempre llevamos coca cola en el coche para evitar el sueño, y como tú dices paramos de vez en cuando damos unas vueltas alrrededor del coche las piernas se estiran y al mismo tiempo aprovechamos para beber coca cola, bueno todo esto lo hace Horacio pues yo hace años que no cojo el coche.
¿ Pero que hacemos con los que beben alcohol? pues ya podemos ir bien nosotros si viene uno que no respeta ninguna norma de circulación?
Adelante con tus recomendaciones nunca viene mal recordarlas.
Saludos Cari.

Manuel dijo...

Eso, eso que indica Cari es lo primero que debieras haber dicho; pues muchos no sabrán: Que tu profesión, Luis, ha sido la de profesor de autoescuela, con todo lo que eso significa. Porque alguno se habrá preguntado: ¿Y ahora este por donde sale, nos va a enseñar a conducir?.
Creo que nos vendrán bien a todos repasar ciertas normas, usos, costumbres, vicios, etc. para evitarlos, pues casi todos cometemos errores y en la carretera son graves. Y cuando se cruzan o coinciden dos errores de dos o más conductores.. ¡ZAS!
Intuyo que tú enseñabas, además de sacar el carnet a conducir que es lo principal. Creo que va a ser un apartado interesante este de tus consejos "al volante". La salida, la arrancada es buena; esperamos los distintos apartados.
-Manolo-

Manuel dijo...

Ya veo, Luis, que has aclarado que tu vida ha estado en gran parte dedicada "al volante". De ahí tus experiencias.

El domingo en La Zarza encontré a Ignacio (Doroteo) hermano menor de Serafín tu compañero de mili, entre otros, y hablando saliste tú y le dije que ahora puedes contactar con él y leer lo mucho que recuerda de sus años en La Zarza, pues es colaborador de la página. Dice: preguntale si recuerda la que preparamos de pequeños en la cortina del tío Olegario en el Tesa de la Silla con las sandías. Parece que la preparasteis buena. Si lo recuerdas, pon una entrada en tu blog con ese tema.
El, Ignacio, me dijo que sabía que andasbs cerca de él que vive en Sentmenat. Creo que si no es por hijos o nietos no entra en Internet.

-Manolo-

Anónimo dijo...

Tema muy,pero que muy interesante.
Esto deberia hacerlo tambien el ministerio correspondiente o a quien pertenezca la DGT.Abrir una web para disuadir a los irreponsables del volante;que no se puede conducir borracho y matar a quien se ponga por delante,que le espera la carcel,que hay que respetar a los ciclistas y no llevarselos por delante etc, informar
de las sanciones y de todos los pormenores con el fin de disminuir la siniestralidad.Como bien dices se ha conseguido disminuir muchisimo las victimas mortales,como nadie en el mundo.Es la parte positiva.La negativa es :¿donde andaban los jefazos durante muchos años para permitir que la siniestralidad en España fuera la primera o la segunda mayor de Europa?Por eso baja ahora tanto ,porque se habia disparado.Me encanta la politica sueca en esta materia que trabajan sobre el objetivo cero muertes,ya que los turismos son ahora de una fiabilidad extraordinaria.Por otra parte no estaria de más que los españolitos que mandan en esto se pongan de acuerdo con el resto de Europa para que las estadisticas representen algo,es decir,contabilizar todos igual,no vale que en España se consideren victimas mortales,los fallecidos dentro de las veinticuatro horas tras el accidente,mientras que los franceses contabilizan los fallecidos en un mes tras el accidente.Como se ve no es lo mismo,aunque ya sé que la inmensa mayoria fallece entre las veiticuatro y cuarenta y ocho horas.En fin,que hay que hablar con los mismos parametros sino es "jugar" al despiste.Esperamos tus lecciones que en esta materia son siempre bienvenidas y de suma importancia.Un abrazo.Félix.

Anónimo dijo...

Cari, Manolo y Féliz.
Me congratula saber que el tema de la conducción os ha despertado interés. Por mi parte, procuraré hacer lo posible para que no decaiga y, si bien como dice Félix es la autoridad competente en la materia la que debería hacerlo através de los medios de que dispone la Administración Pública; nosotros desde la web de La Zarza haremos lo posible para que todos aquéllos que la visiten y se pasen por la sección de sintonía, puedan encontrar alguna ayuda útil en lo que le ofrcemos mediante el apartado "al volante" y si surgiera alguna duda, se la aclaremos.
Os agradezco la confianza depositada.
Saludos. Luis

Anónimo dijo...

. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA

Cada señalización luminosa es un acto de conciencia

Ejemplo:

Ceder el paso a un peatón.

Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

Poner un intermitente

Cada vez que cedes el paso a un peatón

o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años