No sé por qué, pero, desde mi punto de vista (personal), septiembre es un mes simpático, variopinto y un tanto rocambolesco, como ha ocurrido este año que nos ha agobiado con su inesperado calor, que, incluso en algunos lugares ha superado la temperatura máxima del año; y también con sus lluvias que han inundado campos y poblaciones enteras.
Es cierto que es anómala esta circunstancia que, para algunos turistas extranjeros y veraneantes del país les ha favorecido en sus vacaciones, permitiéndoles disfrutar de las playas mejor aún que los que vacacionaban en los meses de julio y agosto, con la ventaja de que les ha salido más barato a los veraneantes septembrinos que al resto. ¡Qué bien!
A mi, personalmente, éste mes me trae siempre gratos recuerdos de mi juventud euskalduna, no solamente por haber podido en todo momento disfrutar de unas estupendas playas que tenía todo el año a mi disposición y a pocos metros de casa en la bella Donostia, y el precio por disfrutar de ellas para mi era el mismo en cualquier mes del año; pero, septiembre, a pesar de tener que retornar a la rutina de la monotonía del trabajo, siempre me permitía guardar en mi particular baúl de los recuerdos, alguno original y grato de ese verano que se iba quedando atrás y septiembre se lo llevaba para entregárselo a Morfeo en sus brazos hasta el próximo año. ¡Así es septiembre!: Jovial y divertido, alegre, intenso y agradecido. Es un mes especial, aunque a algunas personas le deja marcada huella de su paso el síndrome pos vacacional tan plúmbeo como molesto que, generalmente, empieza precisamente, en este noveno mes del año del calendario Gregoriano que me permitió (hace solo unos cuantos días) ver la luz a la vida y disfrutar de ella con alegría y un especial optimismo que me aumenta en éste, para mí original séptimo mes del calendario romano.
Es cierto que en septiembre, se acusa con más agresividad la escasez de medios económicos como consecuencia de haber dejado atrás las vacaciones que nos vacían los bolsillos y agolpan los pagos que nos visitan después del verano; pero éste año, me gustaría ser generoso con septiembre y expresarle mi gratitud por la visita que tan amablemente nos ha hecho.
Ya sé que algunos pensarán que estoy viendo solo una cara de la moneda de septiembre; posiblemente tengan razón, pero si miran la bienvenida que le hacía desde ésta misma web el año pasado, comprobarán que no fui tan benevolente como lo estoy siendo ahora. Por eso, septiembre tiene dos caras; como la mayoría de las cosas.
En septiembre, también se reinicia el curso político que, en nuestro país de las contradicciones marca el ritmo a seguir de los aconteceres anuales ; los niños, como es obvio empiezan las clases en los correspondientes colegios con el consiguiente descontento inicial por parte de los remolones que suelen ser los más pequeños estudiantes que ven cómo para ellos, sus cortas vacaciones se terminan, (precisamente cuando más animados y deseosos estaban a continuarlas) y se ven obligados a dejarlas para incorporarse un año más “al cole” y tener que aguantar la murga de los profesores que, “todos ellos” son unos pesados en clase.
En septiembre se pasa progresivamente del calor al frío, su comportamiento, normalmente es variable, salvo excepciones como hogaño.
Dice el refranero que marzo y septiembre son cual hermanos: uno dice adiós al invierno y otro al verano; pues, como es bien sabido, el 21 de marzo comienza la primavera y el 23 de septiembre el revuelto otoño, y, normalmente, ambos son ventosos, aunque, como ahora todo está cambiando a pasos agigantados, no se puede confiar en la tradición que dice que, en septiembre, el que no tenga ropa que tiemble.
Septiembre se ha actualizado, está cambiando de look y de costumbres; por lo tanto, tendremos que irnos acostumbrando a su nuevo estilo de vida y adecuarnos a su modernidad. ¡Qué remedio!
Afortunadamente para el campo, éste año septiembre también ha venido acompañado de importantes lluvias que han sido bien recibidas por la sequedad que afectaba la tierra ya agrietada y sedienta que pedía a gritos agua para poder sobrevivir, ya que, si en septiembre comienza a llover, otoño seguro es; a pesar de que no es menos cierto que, a decir del mismo refranero: septiembre o seca ríos y fuentes, o se lleva los puentes.
Por eso, lo que decía al principio: para mí, septiembre es un mes variopinto, pintoresco y rocambolesco al mismo tiempo, pero muy alegre. ¡Majete y jacarandoso el muchacho…!
Agradecido por tu compañía, septiembre. Ha sido un placer. Y, muy interesante tu visita.
Otros años, tu llegada he celebrado
dándote la bienvenida;
pero, como éste me he olvidado,
celebraré tu despedida.
Adiós, amigo septiembre,
gracias por tu visita;
y, aunque hay quien no lo comprende,
para mi fue muy bonita.
Te vas llevándote el verano
que ha sido divertido,
también te llevas de la mano
el agobiante calor que nos has traído.
Te invito a regresar el próximo año
otra vez después de agosto;
y confío en que nos vuelvas a dejar
buena uva y mejor mosto.
Guardaré de tus fiestas y tu presencia
un buen recuerdo septembrino;
pero, no extrañaré tu ausencia
que se fue por donde vino.
Hoy celebro una vez más
que vinieras a visitarnos
mas, con toda sinceridad:
¡Buen viaje , y, a esperarnos…!
Atentamente. Luis
2 comentarios:
Esperemos que es próximo septiembre sea igual de optimista que el que se ha ido. Apenas nos daremos cuenta y se nos echará encima la navidad.
Supongo que esa veta optimista que trasmite tu entrada esta vez, tiene mucho que ver con que ha sido un septiembre diferente porque venía precedido de un Agosto memorable. Esperemos que la salud y la suerte consigan que el próximo septiembre no se quede atrás en cuanto a la felicidad. Un abrazo. Salva
Septiembre es tu mes, Luis, y aunque sea con retraso:
¡FELIZ CUMPLE!.
Debes haber tenido en tu infancia buenos recuerdos de tus primeros cumpleaños y de ahí venga tu simpatía por este mes.
Más refranes de tu mes:
-Por Septiembre quien tenga trigo que siembre.
-Septiembre es frutero, alegre y festero.
-Manolo-
Publicar un comentario