18 julio 2014

EL BESO


Hay quien asegura que el futuro de una pareja se podría predecir en el primer beso apasionado; porque el primer beso puede ser el comienzo de todo; aunque, el siguiente, el siguiente y …, cada vez afirmen más y más la solidez del primero. Pero, del primer beso y del primer amor, siempre queda algo grato en el corazón.

Pero: ¿es  fácil saber besar bien?
Besar bien no es tan sencillo como pueda parecer a primera vista. Besar es un arte; mas bien es una ciencia para la que no se requiere el doctorado universitario que certifique una experiencia adquirida en un centro de enseñanza para ser un experto en la materia; eso es bien conocido por todo el mundo. Sin embargo, generalmente, la primera vez que lo practicamos, no hemos recibido ningún tipo de asesoramiento, pero nos dejó huella.

El beso es el arte de una expresión social, que puede ser de amistad, afecto, saludo, cariño respeto o, de un amor más o menos apasionado que hacemos al presionar los labios normalmente sobre la piel o los labios de otra persona, porque, los labios son un foco sensitivo mediante el cual, “algunos animales”, entre los que nos encontramos los humanos, ejercemos una función social y humana, de la que, por desgracia nos olvidamos con bastante frecuencia, y, sin embargo, es determinante en el proceso de cortejo, sin la cual, no concebimos la relación entre parejas.

Parece ser, que, últimamente, al ser humano se le está bajando la intensidad y frecuencia del beso, tal y como la hemos entendido hasta ahora. ¿Por qué le estamos descafeinando y restando viveza y euforia a algo tan mágico y maravilloso como es el beso,  mientras que el resto de animales, siguen practicando ese arte al mismo ritmo de siempre que les ha caracterizado?. Un buen ejemplo lo tenemos en las aves.

¿Es que nos estamos volviendo perezosos hasta para besar como lo han hecho siempre nuestros antepasados; o, es que dedicamos el tiempo a otros menesteres que requieren nuestra atención como es el dinero, el fútbol, las tertulias, el trabajo o la diversión? Si es así, malamente vamos.

El beso es uno de los actos que más beneficios le reporta a la salud de nuestro cuerpo. Algunos de ellos (por citar unos ejemplos), son: el aumento de la autoestima, la reducción del nivel de colesterol en el sistema cardiovascular que mientras practicamos el arte del beso, nos mejora considerablemente las funciones metabólicas, genera una satisfacción y alegría incomparable, rejuvenece, etc.

¿Se le puede pedir más a un beso…?; sin contar que el beso puede quemar de de dos a tres calorías por minuto; lo que significa que, sin necesidad de practicar diariamente un deporte que exija esfuerzo físico; con el beso (solucionamos ese inconveniente para algunos), por el solo hecho de prolongarlo, podemos mantenernos en forma física quemando las calorías sobrantes sin esforzarnos y, al mismo tiempo pasarlo bomba alargando en el tiempo la duración de la terapia.

¿Habrá alguna medicina más eficiente que un beso?

La verdad es que, hay besos y besos -como veremos más adelante-; sobre todo, aquel beso que nos dejó marcada una estela indeleble para el resto de nuestra vida, y que, de cuando en cuando, aflora en nuestro pensamiento su recuerdo, aunque su magnetismo lo mantengamos en secreto para evitar suspicacias y evitarnos pequeños problemas.

¿Alguien te ha dicho alguna vez que tus besos son imposibles de olvidar, y que necesita el contacto de tus labios para darle sentido a su vida y su felicidad?

¿Tu pareja te pide sin pausa un beso tras otro porque no se puede resistir a tus encantos, a la caricia de tus labios y al ardor vibrante que siente a su contacto cuando te mira, y con ternura besa suave y dulcemente los tuyos mientras con gran delicadeza y emoción recorre sin pausa tu espalda con sus manos y aprieta tu cuerpo hacia el suyo?

Si es así, es seguro que besas bien, que has aprendido la lección y has tenido el entrenamiento adecuado, y, posiblemente, buenos y eficientes maestros-as en la materia, cuya didáctica has asimilado provechosamente para poderte defender por la vida, sin quedar en mal lugar en la práctica progresiva y espontánea que más adictos ha tenido y  sigue teniendo en el planeta. ¿Por qué será?

Un buen besador-a, sabe transmitir con seguridad los sentimientos que vive en ese momento mágico e inolvidable; en ese instante cargado de ilusión, único e irrepetible (no hay dos besos iguales), que no lo olvidará jamás. Porque, jamás nadie olvida un beso ilusionante con los ojos cerrados y sin preocupaciones del tiempo ni del mundo que le rodea, pensando y viviendo nada más ese momento maravilloso que para los dos, es la esencia de la vida.

El arte de besar delicada y apasionadamente, forma parte de nuestro ADN, otra cosa es que no lo sepamos aprovechar bien o no lo practiquemos con la asiduidad necesaria, en el momento ideal, o tengamos el pensamiento en orsay (fuera de juego).

La mirada previa, también juega un papel importante y es fundamental. Debe conducirnos directamente al beso irresistible que nos haga vivir el momento más importante de nuestra vida cada vez que lo practiquemos; aunque sea la vez un millón doscientos cincuenta mil; porque, el acto del beso en sí, y el beso son originales y constituyen el momento mágico de nuestra vida, único e inolvidable en el que no hay que suspender, pero sí, ser repetidor.

El beso, sólo produce beneficios, aleja los malos pensamientos, nos alegra la vida, nos hace mágicos algunos de los momentos en los que la moral la tenemos en mínimos y necesitamos levantar el ánimo para encontrar la felicidad que necesitamos. Para estos y otros muchos casos; un beso dinámico y dulcemente aplicado nos rejuvenece y da el empuje que necesitamos en esa fracción de segundo,  para seguir luchando en la vida con ilusión, coraje y energía; esa energía que nos aporta  el beso es necesaria e imprescindible; y, sin embargo, cada vez besamos menos, rechazando la mejor medicina para curar todos los males habidos y por haber; y, además, nos hace mejores (que, dicho sea de paso), buena falta nos hace a todos; aunque no lo reconozcamos.

Se me vienen a la mente tres inocentes preguntas para las que estoy seguro de que algún lector encontrará la adecuada respuesta:

¿En alguna ocasión, alguien te ha robado un beso?
Y, tú, ¿has robado a alguien un beso de contrabando inesperadamente?
¿Hay algo que cure con tanta eficacia y con un coste económico tan bajo y sea tan eficaz y relajante como lo es un buen beso en el momento más oportuno?

 Sin embargo, como veremos a continuación:
                        
Hay besos que enamoran
y besos disimulados,
besos que alegran la vida
y otros que son inventados;
besos con gran sentimiento
y besos apasionados,
algunos besos que apasionan
y pronto  son olvidados
porque, nada más recibirlos
ya eran besos engañados;
y, algunos besos que no fueron besos
porque no son recordados.
Hay besos que grabaron a fuego 
la estela que te dejaron,
y, algún beso que se olvida
en el momento que te lo han dado.
También hay besos sin respuesta
que siguen y siguen esperando,
a que no sean besos impares
para ser recompensados.




                                                                                                                                                                       

4 comentarios:

Manuel dijo...

¡JO TIO!. Yo creía que tú habías sido profsor de autoescuela, entre otras muchas cosas, pero no sabía que eras y eres profesor de "besoterapia"
¡JO TÍO!

-Manolo-

Anónimo dijo...

Habrá que aplicar este tratado del beso que rematas con un poema muy versátil y también preciso.
Está bien que alguien nos recuerde el valor de un beso. Está bien, seguiremos al pie de la letra tus besuconas sugerencias. Un abrazo. Salva.

Anónimo dijo...

Primero, enhorabuena por esta tesis, tratado o como queramos llamarlo, con mucha solera y que lleva impresa tu inconfundible marca.
Yo voy a discrepar, por la amistad que nos une, de parte de tu relato, cuando dices que se besa menos. Quizás en general sea así pero en España, de un tiempo a esta parte, se besa a destajo, amigo Luis. No lo digo por mí, que ojalá fura así solo por todos los beneficios que reporta, lo digo porque lo vemos en televisión a famosos y famosillos, políticos y politiquillos, gentes del mundanal ruido de los medios, jóvenes y jóvenas como diría la inefable Bibiana Aido, la que fue ministra de Igual-Da, pero que se fue con un buen talego de euros al retiro. Esta gente no para de besar, eso se ve en cada encuentro, porque queda muy bien, muy moderno, muy progre, a veces muy cursi. Pero he de decir a tu favor que esos besos son falsos, carecen del aroma del beso auténtico; ¿o no vemos como se frotan mejilla con mejilla y besan al aire? Pues eso, mucho besuqueo pero beso insulso, de componenda, algunas veces beso de Judas, sí sí, como suena. Y es que, amigo Luis, también el beso, como el embutido actual, el jamón o el bacalao, ha perdido parte de la esencia de antaño y, en general, ya no es lo que era.
Un abrazo.
Félix

Anónimo dijo...

Hola a todo el mundo, primero felicitar al autor por este post, para mí de los más inspirados . ¿En qué estarías pensando? (Pregunta retórica).
Sólo quiero añadir que durante el primer beso, y no me refiero a un beso casto, una pareja o futura pareja, intercambian una buena cantidad de información a nivel químico que les advierte de su compatibilidad. No sólo a nivel sexual, sino que también se informan mutuamente de si existe entre ambos suficiente diversidad genética que asegure un mejor sistema inmunológico al fruto del beso, o más bien de lo que viene después del beso.
Espero no haberme enrollado demasiado. Déjame felicitarte de nuevo porque de verdad me ha gustado mucho. Has combinado la útil información con la lírica.
Un abrazo.

Cesar E.