Son varias las costumbres y
tradiciones que, como consecuencia de la pérdida de población por causas bien conocidas, han ido perdiendo fuelle en
algunos pueblos, entre ellos, el nuestro.
Un ejemplo claro, es la afición
al juego de pelota mano en el frontón
tan arraigado entre los zarceños de mi época y anteriores que ha ido desapareciendo
poco a poco y ha terminado por extinguirse prácticamente; posiblemente, porque
la escasez de juventud viviendo en el pueblo ha hecho que por falta de
jugadores para formar equipos, ese deporte tan sano se haya evaporado en el
ambiente zarceño a pesar de la afición que al mismo había en el pueblo. Me
atrevería a decir que era el deporte municipal por excelencia para las gentes
de entonces; pues el fútbol, era prácticamente inexistente en aquélla época, y
el resto de deportes, la mayoría desconocidos.
En la práctica totalidad de los pueblos de Castilla,
hay -o había-, un frontón, en el que la juventud daba rienda suelta a su afición
al juego de pelota mano, o pelota vasca. Sin embargo, debido al éxodo
involuntario de las gentes obligadas a marchar, como todas las cosas que no se
cuidan, han desaparecido del panorama.
En las fotografías que vemos a continuación de estas líneas, podemos apreciar el estado del frontón de nuestro pueblo, por la parte anterior y posterior del mismo; si bien la primera, dada su antigüedad, la calidad de la misma, no es la deseada, aunque, permite apreciar los huecos donde se hacían los nidos los gorriones y nosotros nos subíamos para "visitarlos" como recordarán los paisanos de mi época.
Recuperar esas costumbres y tradiciones que durante
siglos formaron parte del día a día en los pueblos, es algo que dignifica a sus
gobernantes y también a sus gentes, que, por razones por todos conocidas,
desafortunadamente, desaparecieron en contra de la voluntad de los pueblos
afectados por la maldita pandemia de la emigración.
Hoy, son varios los pueblos de las zonas rurales que
tratan de recuperar el juego de pelota mano en el frontón; algunos ya lo han conseguido,
otros lo intentan, pero el solo hecho de
intentarlo ya dice bastante a favor de los nuevos ayuntamientos que pretenden
volver a las raíces de sus tradiciones más significativas.
En nuestro pueblo, generalmente, no había ni un
solo domingo en el que no compitieran más de una pareja de jugadores en
distintos partidos, y era abundante la gente del pueblo que concurría al
evento.
Esta afición a la pelota mano en el frontón,
alcanzó su cenit cuando, allá por año 1.953, llegaron al pueblo los primeros
trabajadores foráneos que empezaban la construcción de la carreta del Salto de Aldeadávila, que, como bien
recordarán mis compueblanos, empezó en el pueblo, concretamente, en lo que se
conoce como el abanico y finalizó en “La Verde” y la llegada de esos
forasteros, algunos de ellos muy buenos pelotaris, hizo que aumentara el
interés en el pueblo por el ya tradicional juego de pelota mano y se produjeran algunos piques entre
jugadores zarceños y forasteros y entre forasteros y forasteros que también los
había, porque algunos de ellos eran muy buenos e imprimían un aliciente mayor
al ambiente del juego y al ambiente en general que, por aquél entonces se
respiraba en el pueblo, y era bastante la gente que acudía a los encuentros
para animar a los unos y a los otros; cada uno a los de su bando como es lógico.
Recuerdo muy bien los partidos que jugábamos los chavales
y cuales eran mis mayores contrincantes, tanto durante las horas del recreo,
como a la salida del colegio por las tardes cuando no era invierno, así como
las abundantes anécdotas vividas con motivo de esa afición que nos afectaba a
la mayoría de los chavales, ya que, al estar el frontón tan cercano a la
escuela, los ratos del recreo los pasábamos allí, bien jugando o subiéndonos a
las acacias que había en ese lugar junto a la pista del frontón. Otras veces
los ratos los pasábamos jugando a la brinca en la pared de enfrente o al marro
cuando cuadraba. ¡Qué tiempos…!
No sé si alguno de ellos seguiría después de salir
del colegio o al hacerse más mayor con
la afición por la pelota; yo sí que seguí en el ambiente aun con más ahínco en
el País Vasco donde me marché al dejar la escuela a los catorce años; y, dado
que en esos lares es donde más se practica ese deporte en las distintas
modalidades, lo practiqué con más asiduidad que en el pueblo, hasta que, por
prescripción médica, tuve que dejarlo definitivamente, porque se me calaba la
mano (se me hinchaba y amorataba nada más empezar a jugar) produciéndome un
fuerte dolor que me impedía continuar, lo que me obligó a desistir del empeño
en contra de mi voluntad; pero, hasta ese momento, y durante unos cuantos años,
jugaba en el frontón que está cercano al
lugar donde vivía en el Barrio del Antiguo. Desde entonces, he intentado jugar
en algunas ocasiones pero, sin poder terminar ni llegar a la mitad de un
partido. La mano no lo permite.
El hecho de traer a colación éste tema, es debido a
que - como en nuestro pueblo, parece que se anima el cotarro- se intenta por
parte del Consistorio recuperar algunas cosas que se hallaban en “desuso”, personalmente
considero que no le supondría ningún gasto a las Arcas Municipales, recuperar
esa tradición que estuvo tan arraigada al sentir de las buenas gentes de
entonces; y sería cuestión de organizar para las actividades veraniegas, los partidos para
celebrar una competición en las fiestas de agosto que sería un aliciente más y
buscar o intentar localizar a los jugadores -no es necesario que sean
profesionales sino, meros aficionados- que estén dispuestos a participar en el
evento, para darle mayor realce a los festejos que tanto significan para el
pueblo, al mismo tiempo que volveríamos a las raíces de nuestras ancestrales costumbres
desaparecidas.
Actualmente, el frontón está en buenas condiciones
de uso -sin necesidad de reparaciones importantes como puede apreciarse en la fotografía que precede a estas líneas-, para practicar el juego con
total normalidad; no así, cuando yo era niño y el suelo no estaba pavimentado y
lleno de baches que intentábamos aprovechar los jugadores (pelotaris de
entonces) para que cayera allí la pelota después de revotar en el frontón y
ganarle un tanto al contrincante; eso, sin contar con que había cada desconchón
en el frontón repartidos por todo el paramento, que eran el lugar ideal para
que, cuando la pelota entrara en uno de ellos ya tenías asegurado el ansiado
tanto, mientras el otro, pataleaba por su mala suerte y todos nos esforzábamos
por intentar que la pelota fuera allí precisamente, pero no era nada fácil
conseguirlo, como a simple vista nos parecía; pues, aunque una buena parte del frontispicio
era prácticamente utilizable; había otra deteriorada -una especie de desconchadura-,
en la que la pelota pocas veces caía en el sitio elegido por el jugador que
intentaba acertar con el centro de la diana.
Dado el volumen de trabajo que tiene por delante la
nueva Corporación, soy consciente de ello y me consta que el señor Alcalde y
sus concejales están muy atareados en organizar y poner en orden todo lo
concerniente a la Administración Municipal; pero, intentar recuperar -sin
prisas- el juego de pelota a mano que otrora tanto significó para el pueblo,
como acertadamente -desde mi punto de vista- ya lo están haciendo en otros pueblos, alguno de ellos
cercano a La Zarza, supondría un regocijo para los que la pelota tuvo un
significado entrañable en su juventud y formó parte de la cultura de nuestro
pueblo y de los pueblos del entorno como lo recordarán bien las gentes de cierta
edad -como es mi caso- y por ello defiendo el retorno de ésta actividad
deportiva que ahora recordamos -los de antes- con cierta nostalgia, sin poder
hacer apenas nada por evitarlo, pero en
la seguridad de que le daría mayor viveza a las fiestas patronales de La Zarza,
a la que todos le deseamos lo mejor.
¿Será posible recuperarlo?
5 comentarios:
Efectivamente allá por la década 1950-60, cuando empezó la carretera en el Abanico, (que fu el inicio de la construcción del Saltlo de Aldeadavila, ya que por ella circuló todo tráfico y material hoy alojado en la central), digo que esa época fue la de mayor actividad en el juego pelota.
Resultaba muy penoso jugar en aquel piso de tierra con baches y recuerdo una maldita gatera (pequeña cuneta) que lo cruzaba en diagonal donde siempre picaba la pelota y hacia perder el tanto en juego.
Era el lugar multiusos. A parte de lo que citas, jugábamos a la cachera, los hoyos, rueda de los caballos, los pelotazos,… Ese sitio y los chopos era lugar de concentración para todo.
Mucho se deseaba un piso de cemento y, recuerdo ver algún topógrafo empleado en la obra de la carretera, aficionado midiendo la superficie, comentando y calculando el costo para aplicar una capa de cemento.
La vida da muchas vueltas. Ya se ve. A partir de su rehabilitación, pared del frontón y piso debidamente alisados es cuando ha desaparecido la actividad y afición de la práctica de pelota a mano
(Paco)
Comparto tu sugerencia. Creo que nuestros mayores todos fueron jugadores. Me gustaba hablar con mi padre y con mi suegro sobre las anécdotas de este deporte. Y me hacían reír porque ambos tenían su "ratito" de gloria en el recuerdo. Me hablaban mucho de la fortaleza, como zaguero, del tío Felicísimo "El Patillas", de Corporario. A quien yo conocí cuando puso el bar frente al del tío Colago, el del salón. También me hablaban del tío Mariano, un zurdo muy fino, según contaban.
Mención aparte merece el tío Pedro "El jugador de pelota". Se ve que fue el no va más. Así quedó, con ese apodo para siempre. Le conocí ya abuelo. Con su boina y su traje de pana, iba por la calle apoyándose en una cayada, porque sus rodillas establan inclinadas hacia el mismo lado.
Gracias a Dios, y a los genes de mi padre, yo sigo su estela en el frontenis. Más de un compañero ha tenido que abandonar porque su rodilla no respondía. Es un deporte tenso, de arrancadas bruscas, temor a los pelotazos, flexiones.
Cuando era niño me preguntaba porqué el tío Pedro tenía las rodillas torcidas. Hoy lo entiendo. Más tensión por el dinero y la honrilla sobre un suelo bacheado le pasaron factura. Y qué hablar de las manos. Soltando zarpazos a una pelota que pesaba como una piedra.
Estoy seguro que, si nos ven desde donde están, darle con una raqueta a una pelota amarilla que va sola nos llamarían nenazas.
Lo que si es seguro es que si pudieran regresar
Me gusta la sugerencia, creo que se podía recuperar para el programa de las fiestas, por lo demás ya pasó su tiempo ,ahora los jóvenes podrán hasta jugar a la pelota en su móvil. Loa que vivimos aquella época, el frontón nos trajo momentos inenarrables. Por ejemplo el día de Noche Vieja para izar la bandera nueva que ondearía todo el año y la fiesta que hacíamos allí mismo durante la noche entorno a una hoguera. No sé si están descritos en algún rincón de esta página los nombres de los juegos de antaño como el marro ,la brinca, el tango, el laurel, y los que cita Paco, de los cuales desconozco alguno aunque me suenan como la cachera, los pelotazos.
Félix
¿Será posible recuperarlo?...
Yo opino como los comentaristas anteriores que sí, y más ahora con este nuevo ayuntamiento, si se lo proponemos, se lo sugerimos, colaboramos todos para que así sea, no sería muy difícil que en el programa de las fiestas de San Lorenzo 2016 sea incluido un partido de pelota a la antigua usanza como una actividad festiva más. Lo difícil será encontrar participantes dispuestos a jugar, como antes, con pelota de antes, porque aquellos jugadores o no están, o si lo están, no con la forma que un partido así requiere. Podrían limitarse los tantos, hacer más corto el partido. Y los jóvenes pasan de aquél juego de pelota. Sí que estos jóvenes pueden jugar otro encuentro como lo hacen ahora con raqueta (frontenis) y entre el antiguo juego y el nuevo, nuestro juego de pelota (frontón) se pondría muy contento de que fuera usado para lo que fue creado y sentería más joven.
L a foto vieja, en blanco y negro, es del dia de noche-vieja cuando los quintos del año entrante subían a colocar su bandera, confeccionada por las quintas y en muchos casos con los nombres bordados o pegados en la misma. Luego de madrugada, tendrían lugar las pintadas aquellas en la fachada del frontón: Viva los Quintos del 19XX.
En mis recuerdos veo a los Doroteos (buenos jugadores) Emiliano, Juan.. con Felipe, Amable, Cayo, etc. dándole fuerte a la pelota y sonando los castañazos en la pared de juego. Solían tener lugar después de la misa de los domingos.. En los años de la construcción del Salto, como recordáis tuvo su auge la pelota como también otros muchos juegos. Los escolares de entonces, también le dimos lo suyo. Cuando llegaron las pelotas de goma, fue un alivio para los más pequeños.
Sr. Alcalde y Concejales, anoten ya en el borrador de las fiestas 2016 programar un partido de pelota en el frontón. Si habéis conseguido cosas más difíciles, esto lo podéis conseguir.
-Manolo-
Yo estoy con Manolo, adecuar las normas a juagadores noveles o "demasiado" experimentales sería la manera.
Quién sabe, quizás a raiz de esto se forme un grupo que se dedique a ello con regularidad.
Saludos a la Zarza.
Cesar Esteban
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