11 noviembre 2013

LAS ROTONDAS

Circulando por las glorietas


Retomando el tema de la circulación vial que lo había dejado un tanto abandonado, seguidamente planteo el paso por las glorietas -o rotondas-, que, no siempre es bien interpretado por la mayoría de los usuarios del automóvil.

El uso de la vía pública como conductor de un vehículo, supone que en determinadas situaciones en las que, siguiendo la trayectoria rectilínea, puedan encontrarse los derechos de varios usuarios, como es el caso de la llegada simultanea a las intersecciones o cruces (como ilustra la fotografía inferior), es necesario establecer un orden de paso para evitar el choque, aplicando una norma especial que, en detrimento de la norma general, determine la prioridad de paso de los distintos vehículos por una intersección que tenga unas características
concretas; (toda vez que, se entiende por cruce o intersección, el encuentro a la misma altura –al mismo nivel- de dos vías de iguales o parecidas características). Esto se logra mediante la 

correspondiente señalización vial que, al prevalecer sobre las normas generales ordena el paso en un lugar concreto como es el caso que nos ocupa: las intersecciones en general; pero a veces la realidad es otra, dada la heterogeneidad  de los distintos conductores y sus diferentes comportamientos, como consecuencia de las discrepancias existentes entre estos, además de las características tan variadas de los vehículos que utilizan la vía simultáneamente cuando sus trayectorias se cruzan al mismo nivel; lo que dio paso en los años sesenta del pasado siglo a la idea del ingeniero Frank Balckmore, (anteriormente también hubo algunos experimentos al respecto) de ordenar la circulación en los cruces mediante las conocidas glorietas o rotondas, en las que las trayectorias de los vehículos no se cruzan, sino que convergen o divergen y están provistas de entradas abocinadas para permitir la entrada múltiple de vehículos; por lo que el número de puntos de conflicto se reduce respecto a otros tipos de nudo en los que se realizan al mismo nivel y generalmente en ángulo recto, siguiendo las trayectorias trazadas en las dos fotografías superiores.

Las glorietas, que son desgraciadamente todavía para muchos conductores “esas grades desconocidas”, afortunadamente consiguen ordenar la circulación de forma más fluida y segura que si fueran

cruces normales, las tradicionales intersecciones en las que como norma general gozan de preferencia de paso los vehículos que se aproximan por la derecha, excepto cuando se trate de cruces con prioridad regulada por señales, o intersecciones como la que muestra la figura inferior, aunque, un tanto complicada para los no habituales al lugar.

La glorieta es un nudo vial que a más de uno se le atraganta, no sé si por desconocimiento de la norma o por otros motivos -que no es el caso comentar-, la cosa es que ponen en peligro su propia seguridad y la del resto de usuarios que no tienen culpa de nada; y, a pesar de las explicaciones recibidas en la autoescuela y posteriormente en los medios de comunicación, siguen quedándoles grades.

En la glorietas, los vehículos que se hallen dentro de la vía circular tendrán preferencia de paso (como muestra claramente la fotografía inferior) sobre los que
pretendan acceder a ella (y, en la medida de lo posible permanecer en el carril de la derecha como indica la fotografía de la derecha), pero, solamente los que ya están dentro del anillo en circulación rotatoria, no los que pretendan incorporarse por la izquierda después  de los que le están cediendo el paso a los de dentro y proceden a incorporarse desde la derecha; que, esto es algo que no parece entenderlo –o no quieren- la mayoría de usuarios conductores, a juzgar por el comportamiento que se observa constantemente en el paso cotidiano por las rotondas o glorietas, como se prefiera llamar; pues la mayoría siguen entrando y saliendo sin tener en consideración que los únicos que tienen la preferencia son -como ya se ha dicho- los que ya están dentro, no los que van a entrar; estos, deberán respetar la norma de prioridad a la derecha; o sea, si dos vehículos llegan simultáneamente a la glorieta, tiene preferencia de paso el que se acerca por la derecha si ninguno ha entrado y, si hay alguno a su derecha esperando para entrar, cediendo el paso al que está dentro, los que van llegando por la
izquierda deben esperar, aunque esto no lo haga nadie; desatendiendo las normas establecidas al efecto y, saltándose a la torera el derecho (como hacen algunos conductores de la fotografía izquierda) que le asiste a los demás usuarios de la vía. No sé si me explico con suficiente claridad como para ser entendido; pero si queda alguna duda, espero y confío en que el dudoso, solicite la aclaración que precise y será debidamente atendida su petición.
Pero vayamos por partes.

¿Qué es una glorieta?
La glorieta es una intersección, o sea, un cruce de vías a la misma altura con unas características especiales que la diferencian del resto de cruces normales, como la que se muestra en la fotografía de la derecha inferior.


Se entiende por glorieta un tipo especial de intersección caracterizada porque los tramos que en él confluyen se comunican a través de un anillo en el que se establece una
circulación rotatoria alrededor de una isleta o macizo central, como se puede apreciar en la fotografía inmediatamente superior..

No son glorietas propiamente dichas las denominadas glorietas abiertas en las que dos tramos, generalmente opuestos, se cortan directamente a través de la isleta central, por lo que el tráfico pasa de uno a otro lado y no la rodea, como se puede observar en la fotografía de la izquierda y otro ejemplo en otra fotografía más abajo, que, si bien son de mala calidad, pueden servir de orientación  de lo expuesto anteriormente; pues al no existir un macizo central completamente cerrado, no tienen el concepto de glorieta propiamente dicho.
Así pues, la glorieta es una plaza de circulación giratoria con un macizo central (ya sea jardín, estatua, monumento, etc.) donde por lo común, desembocan al mismo nivel varias calles o alamedas en las que confluyen las diferentes corrientes circulatorias, que evita el cruce de las trayectorias rectilíneas que siguen los distintos vehículos.
Téngase en cuenta que conducir es un acto social que frecuentemente desarrollamos en un espacio compartido, como es una vía pública, ya sea urbana o interurbana para la que se han establecido unas normas de comportamiento y su incumplimiento genera una deliberada e intencionada situación real de peligro (y, como tal, es sancionable), cuyas consecuencias pueden ser nefastas en algunos casos concretos para los que no es suficiente con conocer las normas, sino
que hay que respetarlas escrupulosamente y practicar la conducción preventiva como medida de autodefensa, pues la prevención en la conducción, es la forma más útil e inteligente de protegernos y proteger a los demás conduciendo un vehículo por cualquier vía pública o privada de uso común.
Por muy complicada y abundante que sea la circulación, como es el caso que muestra la fotografía superior; la glorieta permite circular con mayor tranquilidad y seguridad, aunque no siempre es así, pues no todos los conductores tienen el mismo concepto de la interpretación de la normativa vigente al respecto y se la pasan por el arco del triunfo cuando les conviene y cruzan las glorietas en línea recta como si anduvieran por su casa, sin importarle gran cosa el resto de usuarios que tienen los mismos derechos y obligaciones que el que incumple con su deber, dando con ello una palpable muestra de “su esmerada educación y elevado grado de civismo que les acompaña” y, si le recriminas su comportamiento, con un gesto del brazo o la mano, te envían un cordial saludo y te mandan al carajo (dicho de una forma suave), por lo que te dan ganas de darle recuerdos para su pariente más cercano, porque, esos desconsiderados por donde quiera que van incordian a todo el que se le pone por delante y molestan más que una mosca cojonera.
En las glorietas -como veremos más adelante-, hay que procurar circular siempre que las circunstancias lo permitan por el carril de la derecha, extremando la precaución, practicando la conducción defensiva como ya se expuso en otra entrada anterior, ser precavidos tanto a la entrada como a la salida; y al abandonarla, vigilar bien los que vienen por detrás por el carril contiguo porque, es frecuente que se crucen por delante y nos corten el paso en el momento de salir.

Para evitar esta contrariedad, antes de la salida es conveniente observar con agudeza el retrovisor izquierdo pero sin distraerse, para evitar el accidente que con tanta frecuencia ocurre en las glorietas tanto al entrar como al salir y poder eliminar los atascos que ello generaría como el de la fotografía superior.


Un capítulo aparte merece la circulación por las glorietas de los vehículos de dos ruedas cuya escasez de estabilidad, como medida preventiva, requiere utilizar solo el carril de la derecha desde la entrada hasta la salida, entre otras cosas, porque el campo de visibilidad es más restringido que el de un vehículo de cuatro ruedas, debido  a que el  casco impide parcialmente ver bien hacia los laterales.
De todos es conocido que el parachoques de la moto es la cabeza del conductor, y también es conocida por todos su fragilidad, aunque se lleve puesto el casco obligatorio, por ello, hay que prever que si por cualquier circunstancia ocurre un accidente dentro de la glorieta conduciendo un vehículo de dos ruedas, bien sea una motocicleta o una bicicleta y su
conductor u ocupantes caen al suelo (que, es lo más probable), tienen muchas posibilidades de ser atropellados por otro vehículo de mayor envergadura y causarle grandes daños o aplastarlo; pues al circulan por los carriles central o izquierdo, lo más seguro es que alguno se los lleve por delante o lo arrastre, con lo que ello supone,  eso si tiene suerte y no le causa la muerte; sin embargo, si circulan siempre por el carril de la derecha y son golpeados por otro vehículo que circule por alguno de los carriles interiores o por detrás, en la mayoría de los casos van a parar fuera de su carril por la derecha, prácticamente, fuera de la banda circulatoria, con lo cual no quedan tan expuestos al atropello como si le sucediera en otro carril del interior, en vez de seguir la trayectoria roja de la fotografía de la izquierda, en la que se muestran las trayectorias correctas para los distintos usuarios y tipos de vehículos; pero esto, no parecen  entenderlo ni querer aceptarlo la mayoría de los conductores de este tipo de vehículos que son  los que con más frecuencia toman las glorietas en línea recta o por los carriles interiores sin tener en cuenta las
consecuencias que conlleva ese comportamiento tan peligroso. Un ejemplo lo muestra la fotografía superior.


Incorporación y salida de las glorietas:
La entrada a las glorietas ha de hacerse ni más ni menos como si de un cruce normal se tratara. Para ir recto o a la derecha, carril derecho y para ir a la izquierda o cambiar el sentido, podemos utilizar el de dentro pero situándose en el de la derecha -el exterior-, antes de la salida y señalizarlo claramente; a no ser que, como muestra la fotografía inferior, existan varios carriles que permitan el acceso y la salida siguiendo las trayectorias materializadas en el pavimento con líneas de color amarillo-discontinuas en la fotografía en cuestión, señalizando previa y claramente la salida para no sorprender al resto de usuarios.
En las glorietas solo se señaliza el cambio de carril y la salida, la entrada no no es necesario señalizarla, toda vez que permanecemos en el mismo carril de entrada y no efectuamos ningún desplazamiento latera que pueda afectar a los demás en su trayectoria.
En la medida de lo posible, deberemos incorporarnos por el carril de la derecha y rodear la rotonda por ese carril hasta la salida, por el que deberemos abandonarla siempre, tal y como lo muestra la fotografía en blanco y negro que se adjunta a la derecha y que, a modo de croquis nos ofrece el esqueleto de lo que es en realidad una glorieta normal con varios carriles materializados en el pavimento.
No obstante, si la vía por la que nos incorporamos dispone de más de un carril (como el ejemplo expuesto anteriormente) y la glorieta a la que accedemos también, podríamos incorporarnos o salir, desde el mismo carril que venimos utilizando para entrar directamente al carril de la glorieta que corresponda al de la vía por la que circulamos, como ocurre en las glorietas turbo como la mostrada en la fotografía inferior que permite utilizar simultáneamente todos los carriles aligerando la circulación y ofreciendo mayor garantía de seguridad al usuario.
Por lo tanto, si venimos por el segundo carril, nos incorporamos a la glorieta por el segundo carril, y, así sucesivamente si la rotonda tiene tres, cuatro o más carriles como ocurre con algunas plazas importantes de en algunas grandes ciudades y están como es lógico señalizadas con las correspondiente señalización horizontal mediante las flechas en el suelo indicando las diferentes direcciones y carriles desde los que podemos abandonarla y a los que nos podemos incorporar una vez fuera de la circulación rotatoria y en función de la densidad de circulación de cada momento; (porque si vamos circulando solos por una glorieta, aunque tenga varios carriles de entrada, de circulación giratoria y de salida, circularemos solo por el de la derecha en ambos casos), saliendo siempre por el carril de la derecha al cual nos deberemos incorporar como muy tarde, en el espacio comprendido entre la salida anterior y la nuestra, señalizando nuestra intención previa y claramente. Lo que no podemos hacer es cambiar de carril innecesariamente, sólo lo haremos para abandonar la vía, -la glorieta- y extremando al máximo las precauciones.
La fotografía inferior, muestra las posibles trayectorias a seguir cuando vamos circulando solos por una glorieta normal. La obligación de señalizar la salida es un imperativo legal aunque estemos solos en la glorieta y no afecte nuestra salida a ningún usuario. 
Si bien las glorietas alivian el problema de las intersecciones por su trazo y estructura, sin ninguna duda, el mejor sistema de intersección sería un enlace cuyo encuentro de vías sea a distinto nivel para solucionar definitivamente la congestión del tráfico y evitar encuentros, pero resultaría excesivamente  caro, para el país y, en muchos casos difícil de construir. Eso, o algo parecido debieron pensar o entender los norteamericanos hace más de 30 años cuando decidieron eliminar la casi totalidad de las glorietas en USA, construyendo cruces como el que se muestra en la fotografía inferior que ilustra el acierto de las autoridades competentes en  materia de tráfico en Norteamérica.




Espero dar respuesta con este tema a la solicitud de información de un zarceño que me demandaba una explicación sobre la circulación por las glorietas; y, si no lo considera suficiente (él o cualquiera otro al que le quede alguna duda o no haya entendido bien el tema), le agradecería que lo consultara públicamente a través de esta Web, para que le pueda servir de referencia a los demás las respuestas que reciba.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por toda esa información. Ahora se entiende que insitas tanto cuando conduzco yo.
Además de ser más seguras, las rotondas son un 20% más eficientes.
Un beso.

Cesar

Anónimo dijo...

Muy interesante esta lección dedicada a las glorietas que deberian ser seguras respetando las normas. Aunque hay glorietas endiabladas como la que me tocó sortear más de una vez en Paris en el Arco de Triunfo donde convergen nada menos que doce avenidas.Una vez dentro de la rotonda habia que armarse de paciencia para salir,y siempre se salia ileso salvo cuando algun excitado pretendia que le dejaran siempre el paso ,en cuyo caso el roce estaba asegurado. Me ha venido bien refrescar esta lección .Un abrazo. Félix.

Manuel dijo...

¡UF!!!! QUE MAREO.
Estoy dando vueltas en una de estas rotondan y no veo la manera de salir. ¡Uf! Qué locura. Volveré al tema en un mejor momento y con calma.
Saludos, Manolo

Anónimo dijo...

Parece fácil, pero no lo es. Siempre se forma lío, la prisa, la jeta, la inmadurez, el escaso civismo produce comportamientos egoístas.
No hace mucho visité un lugar donde los automovilistas mostraban un comportamiento admirable, facilitando la incorporación de otros autos y paciente espera con los peatones.
Nos viene bien esta entrada tuya para adquirir o recordar las normas en las rotondas, que, a pesar de que puedan parecer caóticas, creo que agilizan más el tráfico que cuando lo hacen los semáforos.
Un abrazo. Salva.

Anónimo dijo...

COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA

Cada señalización luminosa es un acto de conciencia

Ejemplo:

Ceder el paso a un peatón.

Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

Poner un intermitente

Cada vez que cedes el paso a un peatón

o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años