VERANO
A pesar de ser un muy viejo consejo que ya escuchaba yo en
mi juventud cuando me sacaba el permiso de conducir en Donosita (San Sebastián)
al comienzo de los sesenta del siglo pasado, no está de más recordarlo de
cuando en cuando para refrescar la memoria sobre el particular, y ahora que en
este verano, el calor es agobiante, en plena época estival nos puede venir
bien.
Como no siempre se encuentra un sitio adecuado a la
sombra para dejar el coche estacionado
y no nos queda más remedio que dejarlo donde podamos, os daré un consejo
–viejo consejo de un viejo- sobre las consecuencias que se pueden derivar si al
coger de nuevo el vehículo, no tomamos unas elementales precauciones.
Un coche estacionado a la sombra durante un día con
las ventanas cerradas (como es lógico), puede contener de 400-800 mg. de
benceno.
Si está bajo el sol a una temperatura superior a 16º
del termómetro centígrado, el nivel de benceno subirá a 2.000 – 4.000 veces el
nivel aceptable para la salud.
La gente que, cuando tiene aire acondicionado o
climatizado su vehículo, normalmente se sube al coche manteniendo las ventanas
cerradas, inevitablemente al respirar, inhalará excesivas cantidades de esa
toxina letal si previamente no expulsa de su vehículo toda la contaminación acumulada
durante el tiempo que el mismo ha permanecido al sol.
El benceno es una toxina que afecta al riñón y al
hígado. Y, lo que es peor aún: es extremadamente difícil para el organismo
humano expulsar esa maldita sustancia tóxica; que, por otra parte, es bastante
desconocido su efecto entre los conductores normales.
En el manual que se le entrega al conductor cuando se pasa por la
autoescuela se aconseja de pasada que antes de poner en funcionamiento el aire
acondicionado, deben abrirse todas las ventanas del coche durante un corto
periodo de tiempo, tres, cuatro minutos más o menos; sin embargo, no se
especifica con detalle el porqué. Y, eso es lo que pretendo exponer en éste
tema.
Además de mantener las ventanas abiertas el tiempo
indicado anteriormente, sería aconsejable circular durante un tramo con las
ventanas sin subir y el aire acondicionado a tope, para “limpiar” el habitáculo
por succión de las impurezas tóxicas que puedan quedar residualmente.
¿Qué es el benceno?
El benceno es un hidrocarburo cíclico (perteneciente
o relativo a las estructuras moleculares en anillo), de seis átomos
de carbono y de amplia utilización como disolvente y/o reactivo en laboratorios
y usos industriales.
El benceno es un líquido incoloro con olor dulce. Se
evapora al aire rápidamente y es poco soluble al agua. Es altamente inflamable
y se forma tanto en procesos naturales como de actividades humanas.
Los volcanes e incendios forestales constituyen
fuentes naturales de benceno; también el petróleo crudo, gasolina (el humo de
los cigarrillos, pero en menor cantidad), u otras materias que se queman
generan grandes cantidades de benceno que, en muchos casos sería evitable.
La Agencia Internacional para la investigación del
cáncer (IARC) y la EPA, han determinado que el benceno es carcinogénico (sustancia o agente que produce cáncer) en
seres humanos.
Respirar niveles de benceno muy altos (que no es el
caso que nos ocupa) pueden causar la muerte, mientras que niveles bajos (esto
sí nos preocupa) pueden causar somnolencia, mareo y aceleración del latido del
corazón o taquicardia, irritación de estómago y convulsiones.
El benceno produce efectos nocivos en la médula ósea y en
algunos casos disminución en el número de hematíes (glóbulos rojos de la
sangre) lo cual, conduce a padecer anemia. El benceno también puede llegar a
producir hemorragias y daños en el sistema inmunitario.
¡Atención...! Los efectos nocivos del benceno
aumentan con el consumo de bebidas alcohólicas.
¿Por qué tanta insistencia en resaltar los efectos
del benceno?
La respuesta es muy sencilla: El aire refrescante
que genera nuestro vehículo para mantener el ambiente a una temperatura
agradable, antes de salir frío, arrastra hacia dentro del habitáculo formando
remolino todo el aire del plástico caliente, el cual, emite benceno -en
variables cantidades según las cambiantes circunstancias- que, como ya se ha
dicho es una toxina que puede ser causante del cáncer.
Lleva cierto tiempo darse cuenta del olor del
plástico calentado en el coche; sin embargo es algo que se nota enseguida
cuando el vehículo permanece durante un tiempo a pleno sol, sobre todo si es
nuevo; por eso, es importante mantener las ventanillas abiertas durante un
corto periodo de tiempo antes de inhalar las toxinas que el mismo genera por el
efecto del calor si ponemos en marcha el aire acondicionado.
Esta misma precaución la tomaremos también cuado
hayamos tenido bastante tiempo el vehículo cerrado sin usar, tanto si ha estado
guardado en garaje, como si ha dormido en la calle (garaje “la estrella”), pues
aunque en menor cantidad, también habrá acumulado cierta cantidad de benceno
aunque no haya estado a pleno sol, como se indica al comienzo en el en el tercer párrafo de este escrito.
Recordemos:
No encender el aire acondicionado o el aire normal
inmediatamente de entrar al coche; esperar unos minutos con las ventanas y
puertas abiertas o no entrar hasta que haya desaparecido el tóxico que pudiera
haberse acumulado dentro del mismo.
Una vez en marcha permanecer con las ventanillas bajadas y
circular a la mayor velocidad que permitan las circunstancias dentro de las
normas establecidas al efecto. Ya habrá tiempo de refrescarnos. Lo primero de
todo es la salud y la seguridad.
¡Ojo...! Si llevamos niños dentro (y, muy especialmente si son bebés), serían estos los que más
sufrirían las consecuencias de nuestro error si no atendemos a lo anteriormente
expuesto y, ellos no son los responsables ni tienen por qué pagar las
consecuencias de nuestros errores.
Así pués; a todos los lectores de la web
zarceña: Antes de entrar en vuestro coche durante una más o menos larga
exposición al sol, VENTILARLO bien para que de tiempo a que salga el aire
viciado del interior que pueda estar contaminado de esa maldita toxina mortal y
disfrutar del verano del pueblo y de las fiestas que ya están en capilla.
Unos minutos de espera antes de iniciar la marcha,
pueden ser vitales para la salud de
toda la familia o amistades que nos acompañen.
No pretendo asustar a nadie con este viejo tema,
solamente aconsejar, informar o si alguno lo prefiere, alertar;
pues este consejo es como las lentejas....
Con este tema finalizo hasta septiembre el tema de
“al volante” relacionado con la circulación, para que todos podamos disfrutar
de las merecidas vacaciones que ya se esperan con cierta impaciencia (yo tengo
vacaciones todo el año), lo reanudaremos en el punto en que se quedó antes de
tratar el accidente.
Por mi parte, desearos
a todos que paséis unas agradables fiestas patronales.
3 comentarios:
Todos tus consejos y experiencias que nos vienes regalando en AL VOLANTE, son curiosas, interesantísimas, importantes. Así me lo parecen a mí; pero esta concretamente del benceno, me ha llegado y mucho, pues siempre he desconfiado del olor, sequedad y otras "maravillas" de los aires acondicionados. Por sentido común vengo haciendo lo que dices, sin saber hasta ahora el por qué exactamente y sus consecuencias.
De todas maneras, cada entrada tuya sobre el tema, es un empujón más que va en la dirección correcta de deshacerme del coche.
Pero viajar en otro, que a lo peor no ventila bien el habitáculo antes de cerrar y enfriar... quizá no sirvieraa de mucho.
Buen verano para tí y los tuyos.
-Manolo-
Un tema más que instruye y en este caso, relacionado directamente con la salud, que como se sabe es el tesoro que hay que preservar a toda costa. Desconocía el apego de este veneno al auto;como se ve,estamos rodeados de enemigos que se nos meten incluso hasta en el coche,pero sabiéndolo son menos enemigos o al menos podemos prevenir.Disfruta del verano,que ya vendrá el invierno.Un saludo.Félix.
Muchas gracias por tu sabiduría, Juan Luis. No por publicarlo en internet te haré menos caso. Diría que viejo será tu consejo, pero tú no. Lo sé de buena tinta.
Un abrazo, padre.
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