EL
ACCIDENTE 2ª parte
Intenté
no extenderme demasiado en la entrada anterior relacionada con los accidentes
de tráfico, dejándome en el tintero una parte bastante considerable del tema;
pero la complejidad del mismo no me permitió reducirlo más.
En
esta segunda parte, intentaré compendiar lo máximo posible para que no resulte
tedioso ni se haga muy largo y pesado; no obstante, es conveniente dejar
algunos puntos bien claros para no fallar en el intento y cometer el error de
hacer lo que no se debe hacer.
A
riesgo de ser pesado y reiterativo, quisiera recordar a todos que en los viajes
largos se debe parar cada dos horas o doscientos kilómetros y descansar un
poco, tomar café o Coca-cola,
-mejor café si hay a mano-, refrescarse un poco y dar un paseo
esparciendo y relajando la vista. Téngase bien presente que la prisa (y el
sueño) además de mala compañera, es la mayor enemiga del conductor y que no por
mucho madrugar amanece más temprano.
Como
ya citábamos en la entrada anterior; si bien solo hay que detenerse ante un
accidente cuando sea prudencialmente aconsejable y necesaria nuestra presencia;
y, para que no existan errores de interpretación a lo expuesto; es necesario
advertir que, nadie debe eludir sus obligaciones y responsabilidades para con
los demás. Sobre todo si hay heridos, a los que trataremos de ver cómo
podemos atender en caso de verdadera necesidad.
Los
conductores y demás usuarios de la vía deben ser conscientes de que con su
ayuda pueden contribuir a aminorar los efectos del accidente y evitar que se
incrementen, pues ayudar y colaborar son claras manifestaciones de un elemental
deber de solidaridad; si bien, esto no quiere decir que tengamos que colaborar
cuando esa colaboración no sea indispensable, precisa o la misma sea inadecuada,
o inoportuna.
Quitaré
el freno de mano que dejé puesto al final de la entrada anterior relacionado
con el comportamiento del conductor cuando se encuentra sorpresivamente ante un
accidente de circulación; ahora lo bajaré para seguir la marcha y ver qué
podemos (cuando podamos) hacer con los heridos si sabemos lo que hay que hacer.
Generalmente
la presencia de heridos en los accidentes de tráfico le suele impresionar a la
mayoría de las personas que, carentes de experiencia en estos avatares, pero con
la mejor voluntad de colaborar se disponen a prestar su ayuda.
La
espectacularidad de algunos accidentes y la gravedad de algunos heridos, hacen
que más de uno se quede perplejo, inmóvil y confuso ante el panorama que presencia y en determinados
casos, hasta serían algunos de ellos
los que necesitarían la ayuda que iban a prestar.
Atender
a los heridos no quiere decir curarlos. Entiéndase bien esto. Curarlos, los
curará el médico y el tiempo. Nosotros no, lo único que podemos hacer es
auxiliarlos, que ya es mucho. Auxiliar es prestar la ayuda que podamos. Avisar
a los servicios de urgencia, señalizar el accidente, etc., por citar algunos
ejemplos.
Ante
la presencia de heridos, la mayoría de las personas normales no tenemos los
conocimientos técnicos necesarios para saber bien lo que hay que hacer en esa
anómala situación que siempre va acompañada de la correspondiente sorpresa;
pues, el tratamiento a cada uno de los heridos, generalmente es diferente y
requiere ciertos conocimientos de la materia.
Sin
ningún ánimo de desconsideración, todos debemos entender y, entenderlo bien,
que, si no sabemos como tratar a ese herido, NO DEBEMOS NI TOCARLO.
Es
cierto que hay heridos graves que requieren una intervención rápida y
eficiente, pero por alguien que esté en condiciones de hacerlo como lo requiere
la situación.
Veamos:
Vayamos por partes.
En
principio a los heridos solamente le hablaremos, alto, claro, pausada y
tranquilamente tratando de ganarnos su confianza. Debemos darle ánimos,
tratarlos con la máxima normalidad, delicadeza y cordialidad como si fueran
nuestros familiares o amigos más cercanos. Le preguntaremos cómo se llaman para
dirigirnos a ellos por su nombre de pila y tratándoles de tú.
Al
encontrar una victima desvanecida, lo primero es determinar si está consciente
o no. Lo haremos sacudiéndola suavemente por los hombros y preguntándole: ¿Qué
ha pasado? O pedirle que abra los ojos. Si se apreciaran posibles lesiones de
columna, no la tocaríamos.
Así
mismo, estableceremos un ambiente de seguridad y sosiego en todas las personas
presentes y tranquilizaremos a las victimas.
Ya
comentaba en la entrada anterior que si no se sabe bien lo que hay que hacer,
no hay que hacer nada; pero, sobre todo, no tocar a los heridos hasta no estar
bien seguros de que podemos ayudarles sin dañarles.
Es
cierto que en todo accidente hay que actuar con rapidez y destreza pero sin
precipitación, con serenidad y eficacia. Ya sabemos lo que es la prisa y sus
consecuencias.
Tampoco
hay que olvidar que en la práctica de los primeros auxilios, cada minuto que
pasa es fundamental para rescatar, ayudar
salvar vidas, etc, pero en estos casos no caben las improvisaciones.
¿Qué hay que hacer?
Observar
la situación y hacerse una idea del conjunto de la misma para poder determinar
qué heridos son los que con más urgencia necesitan ser atendidos y qué ayuda
precisa cada uno. Por tanto, lo primero que se debe observar es si el
accidentado respira y si su corazón late. Procuraremos atender primero a los
más necesitados, que, generalmente son aquellos que no dicen nada porque no
pueden, NO nos dejaremos convencer por aquellos que gritan mucho y nos llaman
insistentemente, porque si tienen energías para gritar, es que no están tan
graves (salvo excepciones) como los que no pueden hacerlo y su vida pende de un
hilo.
¿Cómo lo haremos?
Para comprobar los latidos del corazón:
Para
esta operación, es necesario hacer una leve presión en alguna de las
principales arterias con uno o dos dedos (en ningún caso con el dedo pulgar) Un
buen sito es el cuello por el que
discurren las dos arterias carótidas que son las que llevan la sangre a la cabeza para su riego
sanguíneo, o bien, la radial a la
altura de las muñecas o la femoral a la de la rodilla.
Si
no late el corazón (paro cardíaco), al
no tener riego sanguíneo, ese herido morirá en unos instantes, por lo que es
necesario intervenir con la máxima rapidez dándole bombeo al corazón (masaje
cardiaco) mediante la correspondiente presión por una persona entendida capaz
de restablecer el ritmo cardíaco si no dispone de un Desfibrilador Externo Automático (DEA) en cuyo caso, solo sería
necesario saber manejar el aparato para reanimar al herido. En todo caso,
llamar al 112 incluso antes de intentar la reanimación.
¿Qué haremos para comprobar si respira?
En una victima inconsciente, las vías aéreas pueden obstruirse. Esto se debe a que pierde el
control muscular, dejando que la lengua caiga
y bloquee la vía aérea. Cuando esto ocurra, la victima tendrá dificultad
para respirar con normalidad o no podrá respirar en absoluto; algo que conduce
directamente a la muerte en pocos minutos si no se actúa diligente y
eficazmente.
¿Cómo le podemos ayudar?
A todo herido que tenga dificultad para respirar con normalidad, lo primero es aflojarle las ropas que puedan oprimirle, y si es mujer quitarle el sujetador. En la medida de lo posible, colocarlo semi sentado.
Con tranquilidad y sin mover al herido, acercaremos nuestra oreja a
su nariz lo más posible, para escuchar la suave salida del aire de sus pulmones
que a veces en estos caso es casi imperceptible, o bien le arrimaremos a su
nariz si disponemos de él un espejo, nuestro reloj, unas gafas o un cristal
para ver si se empañan con el vaho. También miraremos al tórax del herido para
ver si sube y baja con la acción
respiratoria (inspirar-espirar) al insuflar y expulsar el aire de los
pulmones.
En el supuesto de que no respire, habría que asistirle la respiración, lo que
se conoce como respiración artificial o, el boca, boca, consistente en
insuflarle aire a presión con nuestra boca, por la boca del herido tapándole al
mismo tiempo la nariz para que no se escape el aire por este conducto, a un
ritmo y con una cadencia adecuados.
En
cualquier caso, colocar al herido en posición de decúbito supino. (posición del
muerto en el ataúd), lo pondremos boca arriba,
piernas juntas y estiradas, brazos pegados a lo largo del cuerpo y
estirados, le elevaremos la barbilla e inclinaremos la cabeza de la victima
hacia atrás para evitar que la lengua (que, en ese caso es un cuerpo inerte)
impida la entrada del aire; eso permitirá respirar después de un estornudo o de
haber tosido el herido.
Esta
maniobra sólo deberá efectuarla una persona entendida, de lo contrario podría
carecer de eficacia o lesionar al herido
causándole un daño innecesario y posiblemente irreversible.
Si el herido no respira ni late su corazón; habrá que hacer las dos
cosas simultáneamente: respiración artificial boca a boca o con bolsa ambú si
disponemos de ella y darle masaje en el
corazón presionando sobre él, para que bombee la sangre al cuerpo. Operación
ésta, que de no tener práctica, lo más probable es que no resulte eficaz o
perjudique al herido; con lo cuál: ABSTENERSE DE REALIZARLA LOS NO
ENTENDIDOS.
Sé
bien que alguno se preguntará:
¡Entonces....!,
¿qué hacemos.? ¿Qué podemos hacer ante un accidente?
La
respuesta es muy simple: ¿Qué sabemos y qué podemos hacer? Pues, eso es lo que
haremos: lo que podamos y lo que sepamos, ni más ni menos, con eso ya es
suficiente.
Es
cierto que hay heridos que requieren una intervención rápida y eficiente, pero
por alguien que esté en condiciones de hacerlo bien.
En
algunos casos (bastantes), cuando el auxiliador no es una persona con
conocimientos de la materia y el herido no respira, respira con dificultad o
presenta síntomas de asfixia, lo más prudente hasta que llegue la asistencia
sanitaria profesional, es colocarlo en posición de defensa; o
sea, en decúbito lateral estable, (nunca boca arriba si no le vamos a hacer la
respiración artificial) consistente en poner al herido de lado, de costado, si
puede ser, primero del costado derecho y luego cada cierto tiempo cambiarlo de
lado si fuera aconsejable siguiendo los siguientes pasos:
1º)
- Arrodillarse junto a la victima; quitarle las gafas si lleva y cualquier
objeto voluminoso que tenga en los bolsillos, móviles, llaveros, etc., no
hurgar en los bolsillos buscando cosas pequeñas perdiendo un precioso tiempo en
algo que no tiene importancia.
En
éste primer paso tendremos al herido estirado y boca arriba.
2º)
- Asegurarse de que las dos piernas de la victima están estiradas.
3º9
- Ponerle el brazo de la victima más cercano al auxiliador en ángulo recto con
el cuerpo, el codo doblado, también formando un ángulo recto y la palma de la
mano hacia arriba.
4º)
– Poner el brazo más alejado cruzando el cuello de la victima, con el dorso de
la mano sobre la mejilla más cercana y tocando con la palma en el suelo (la que
esta también más cerca del auxiliador), y mantenerlo así. Con la otra mano, el
socorrista, agarrará la rodilla de la pierna más alejada y la levantará,
manteniendo la planta del pie completamente apoyada en el suelo, o sea,
doblada.
5º)
– Con la mano de la victima apoyada contra su mejilla, asiremos al herido por
la pierna más alejada, la que tenemos doblada y el pie en el suelo, tiraremos
de ella y giraremos a la victima sobre su costado hacia nosotros (el
auxiliador)
6º)
– Una vez esté de costado el herido, doblaremos en ángulo recto la cadera y la
rodilla de esta pierna para que, al quedar tocando el suelo, la victima tenga
estabilidad y no se gire ni ruede hacia delante.
La
mano en la mejilla ayuda a mantener las
vías aéreas despejadas.
7º)
– Inclinar ligeramente la cabeza de la victima hacia atrás para mantener las
vías aéreas despejadas.
Si
fuera necesario, ajustar la mano de debajo de la mejilla para garantizar que la
cabeza está inclinada y las vías aéreas despejadas.
8º)
– Si todavía no lo hemos hecho, llamar al 112 cuanto antes.
Controlar
las constantes vitales del herido: nivel de consciencia, respiración y pulso
(pp.42-43).
9º)
– Si la victima hubiera permanecido en posición de seguridad más de treinta
minutos, girarla sobre la espalda y, repitiendo la maniobra indicada, ponerla
sobre el lado opuesto. ¡¡Atención...!!! Siempre que no haya lesiones que lo
impidan.
10º
- Si sospecha que hay lesiones en la columna y hay que poner al herido en la
posición de defensa o seguridad para mantener despejadas las vías aéreas,
intentar mantener siempre recta la columna girándolo como si fuera un
tronco, pero por personas con
experiencia y siempre más de una persona para sujetar bien el cuerpo del herido
sin que se doble absolutamente nada.
Mantener
al herido en posición de seguridad sin ninguna almohada, permitirá que en caso
de que vomite no se asfixie y pueda arrojar lo que contenga en su estómago,
pues es frecuente que los heridos producidos por impacto, vomiten en estos
casos y si no pueden expulsar, morirían asfixiados.
Fracturas:
Una
fractura es la rotura o fisura de hueso, normalmente producida por una
considerable fuerza para romperlo.
Cuando
nos encontremos con heridos que presenten fracturas o presumamos que pudiera
tener lesión en la espina dorsal o cervicales; NI TOCARLOS . No moverlos
absolutamente nada, a no ser que haya peligro de muerte, por incendio o
explosión o corra peligro de caer el vehículo por un barranco; en cuyo caso, lo
primero es lo primero: salvar la vida del herido como sea..
La
rotura de un hueso tiene una cura relativamente fácil, con unos días escayolado
y otros cuantos de recuperación está solucionado; pero, si no se actúa con gran
prudencia podría tener unas consecuencias nefastas para el herido.
Me explicaré:
Cuando
el hueso está roto y la fractura es limpia no causará problemas; el problema se
plantea cuando el hueso está astillado y la fractura es interna, o sea, cerrada
y no se ve, ya que puede haber huesos desplazados y dañar los tejidos; ya que
la mayoría de las astillas son puntiagudas y cortantes como un cuchillo
jamonero bien afilado y ante cualquier movimiento, además, de una hemorragia
interna, la astilla, segarían todo lo que esté a su lado: carne, venas,
arterias, nervios, tendones, etc., cuyas consecuencias siempre son graves y
requieren de una delicada operación quirúrgica de varias horas de quirófano,
una dolorosa y larga, pero, larga, larga recuperación postoperatoria y no es
infrecuente que queden secuelas. Así pues, no mover a ningún herido que
presente síntomas de rotura ósea si no disponemos de los medios para
inmovilizarlo y los conocimientos para llevarlo a cabo con garantía de
eficacia; aunque la operación simplemente consiste en inmovilizar el miembro
roto, cosa que es muy sencilla para la persona que sabe hacerlo.
¿Cómo podemos saber si hay fractura?
Síntomas externos que nos pueden orientar:
Deformidad,
hinchazón y amoratamiento en el lugar de la fractura.
El
herido siente dolor y dificultad para mover la zona.
Acortamiento,
angulación o torsión del miembro afectado.
Crujido
(crepitación) de los extremos del hueso, que pueden ser oídos o palpados, pero
que no deben buscarse.
¡Atención...!
Signos de shock, especialmente si la fractura es de fémur o pelvis.
Una
herida, posiblemente con protrusión de extremos óseos.
Hemorragias:
Una
hemorragia es la fuga de sangre fuera del camino normal dentro del sistema
cardiovascular que son las venas, arterias, arteriolas, vasos sanguíneos, etc.
Es el flujo de sangre que sale al exterior desde cualquier parte del cuerpo
producido por algún objeto extraño al mismo; como ocurre en los accidentes de
tráfico que es el caso que nos ocupa.
Una
hemorragia grave puede ser, impresionante y angustiosa, e ir acompañada de un
shock y la pérdida de consciencia de la victima que, si no se controla a
tiempo, puede provocar parada cardiaca y/o cardiorrespiratoria.
La
casi totalidad de los accidentes van acompañados de alguna hemorragia, ya sea
interna o externa.
La
sangre es muy escandalosa y, a veces, la gravedad no es lo que aparenta a
primera vista. No obstante, toda persona que pretenda ayudar, auxiliar o
colaborar ante un herido con pérdida de sangre, DEBERÁ ponerse
guantes para no tocar la sangre; y, si no los tiene, que NO la
toque, a no ser que la persona a auxiliar sea conocida y sepa que no puede
contagiarle alguna enfermedad.
¿Cómo actuar ante esta situación, si la pérdida de sangre es abundante
y la vida del accidentado corre peligro?
La
mayoría de las personas hemos visto sangrar a alguien por la nariz (epistaxis)
y algunas veces da la sensación de que se va a quedar sin sangre en el cuerpo
por lo aparatoso de la situación, sin embargo, en la mayoría de los casos no
tiene ninguna importancia si se hacen las cosas bien.
Es
frecuente ver que un niño jugando que cae al suelo y frena con la nariz, la
madre al ver cómo sangra se asusta y se la tapona apretándole con un pañuelo o
algo semejante y, diciéndole: ¡hijo mío....! ¿qué te ha pasado?, le pone la
cabeza hacia atrás pensando que así la sangre no sale. Craso error, pues lo que
puede ocurrirle a ese niño es que, si la sangre le retrocede, al bajar por la
garganta la obstruya y pueda provocar vómitos, que, al impedir la salida de los
mismos, las consecuencias serían graves.
Jamás
en una epistaxis (hemorragia nasal) le incline la cabeza hacia atrás a nadie, independientemente
de que la hemorragia por la nariz sea más o menos grave.
¿Cómo actuar?
Como
en los casos anteriormente expuestos, tranquilidad y calma, lo
haremos siguiendo los siguientes pasos:
1ª)
– Pedir a la victima que se siente si es posible, si no fuera posible lo
dejaríamos de pie con las piernas ligeramente abiertas para mantenerse estable
y un poco inclinado hacia adelante. Le indicaremos que también incline la
cabeza hacia delante para permitir el drenaje (facilitarle la salida) de sangre
de las narinas (cada uno de los orificios nasales externos) con total libertad
y sin cortapisas. Al principio la dejaremos salir un momento.
2º
- Decirle a la victima que respire por la boca y se pince con sus dedos la
parte blanda de la nariz si fuera necesario. Tranquilizarla y ayudarle si fuese
necesario.
3º)
– Recordar a la victima que siga con la nariz pinzada. Que intente no hablar,
tragar, toser, escupir o inhalar: esas acciones afectan a los coágulos en
formación dentro de la nariz. Si es posible, darle un pañuelo limpio para
limpiar el goteo.
4º)
– Tras diez minutos, decirle a la victima que libere la presión (retirar la
pinza). Si la hemorragia no se ha detenido, que pince de nuevo otros diez
minutos: Esta operación de pinzado se puede repetir hasta tres veces en total.
5º)
– Una vez detenida la hemorragia, y con la victima aun inclinada hacia delante,
si es posible, limpiar alrededor de la nariz con agua tibia.
6º)
– Advertir a la victima de que deberá estar quieta durante un par de horas; que
evite los esfuerzos, y en especial que no se suene la nariz, porque afecta al
coágulo.
Si el herido sangra por el oído (otorragia): ¡¡¡Atención...!!!, Alto riesgo. Situación muy
peligrosa.
¡No mover a los heridos ...!
Este
accidente desgraciadamente, es frecuente en moto.
La
causa puede ser debida a la perforación de un tímpano, causado por ejemplo por
un cuerpo extraño, un golpe contra el lateral de la cabeza o una explosión. Los
síntomas incluyen un dolor agudo seguido de sordera y posiblemente mareo. La
sangre acuosa es un signo grave: muestra que se ha producido fractura
de cráneo y se está filtrando el fluido que rodea al cerebro. Lo que significa
una gravedad extrema. Llamar al 112.
Y,
como siempre, seguiremos los pasos que se indican a continuación:
Recordar
que usaremos guantes desechables si es posible.
1º)
- Si la hemorragia (otorragia) es abundante, ante esta situación, a pesar de
que no se debe mover el herido, ayudaremos a la victima a recostarse, con la
cabeza inclinada hacia el lado lesionado para facilitar el drenaje de sangre
moviéndolo lo menos posible y con la máxima delicadeza yprecaución.
2º)
– Sujetar con suavidad un apósito estéril contra la oreja hasta la llegada de
la ambulancia.
3º)
– No olvidarse de que estamos ante un caso de extrema gravedad en el que un
movimiento inadecuado del herido, le reportaría consecuencias muy graves y que,
solamente el personal sanitario está en condiciones de actuar en estos casos.
Cuando la hemorragia sea en una extremidad:
Levantar
lo más posible el brazo o pierna lesionada y mantenerla en esa posición hasta
que cese la hemorragia, ejerciendo fuerte presión con un apósito estéril si
disponemos de él. Si no lo tenemos a mano, presionar con un pañuelo o algo que
impida el contacto directo de la mano con la herida. Si se empapa, colocar otro
encima, si se empapa el último, retirarlo y sustituirlo por otro; y así
sucesivamente si fuese necesario por la abundante pérdida sanguínea. No quitar el primero. Esa labor corresponde
al centro hospitalario donde posteriormente sea atendido.
En
un buen número de casos, la hemorragia se corta mediante la compresión
arterial, apretando con la mano o los dedos en la arteria correspondiente,
evitando así que se desangre el herido.
La
presión la ejerceremos en la arteria que conduzca (canalice) la sangre a la
parte afectada, presionando siempre en el espacio que media entre el corazón y
la herida sangrante.
El torniquete:
El
torniquete en determinados casos y hecho por una persona entendida, puede ser
de gran utilidad, pero, en principio, no lo haremos mientras haya otras
posibilidades de cortar una hemorragia. Se debe hacer en casos excepcionales y
abrirlo de cuando en cuando por el
riego de gangrena que conlleva.
Si
hubiese que hacerlo; sólo se puede hacer en los brazos y en las piernas. En los
brazos se hará en el húmero, entre el hombro y el codo, y en las piernas, en el
fémur, entre la pelvis y la rodilla. La anchura mínima del torniquete deberá
ser de cinco centímetros.
Otros casos.
Si
nos encontramos algún herido aplastado o aprisionado entre los amasijos del
vehículo. No moverlo y, si no respira o presenta paro cardíaco. Hacerle la
respiración artificial o/y el masaje en la posición que se encuentre el herido
si no somos profesionales.
Si
el herido tiene clavado algo en cualquier parte del cuerpo. No
sacárselo. Ya lo hará la asistencia sanitaria si es posible o los médicos en el
hospital.
Si
el herido tiene incrustado en la herida algún cuerpo extraño, como vidrio,
madera, metal, etc, no ejercer presión para intentar cortar la hemorragia; la
presión podría producir mayores lesiones.
Si
hay algún empalado, no intentar separarlo del objeto ni moverlo. Llamar de
inmediato a los servicios de urgencia y darle ánimos.
Si
existiera peligro de incendio o explosión intentar sacar a los heridos como sea
independientemente de la gravedad que presenten, alejarse lo más posible y
lanzarse al suelo cuanto antes (cuerpo a tierra) boca abajo y con las manos en
la nuca no seguir corriendo si el riesgo de explosión es inminente. Si hubiera
algún quemado. NO QUITARLE NI MOVERLE LA ROPA
QUE LLEVE PUESTA, pues le arrancaríamos la piel pegada a la misma,
agravando con ello la situación del herido.
La quemadura indica la probabilida de que la victima sufra un shock. Insistir en que tomo sorbos cortos y frecuentes de agua fresca.
La quemadura indica la probabilida de que la victima sufra un shock. Insistir en que tomo sorbos cortos y frecuentes de agua fresca.
A cualquier herido que sufra quemaduras le daremos para beber agua en abundancia.
como norma general; no
darle a los heridos nada de beber, salvo en casos muy excepcionales como el citado anterioemente. Tampoco
comida.
Hasta
aquí, todo lo expuesto anteriormente está encaminado a orientar a las personas
que carecen de conocimientos de asistencia sanitaria para casos de urgencia.
He
tratado de simplificar dejándome bastante más del doble de lo escrito en el tintero
esperando una nueva oportunidad. La intención ha sido intentar ayudar un poco
de cara al verano por ser una época vacacional en la que normalmente la gente
utiliza más el coche y hace más kilómetros que el resto del año. Ya procuraré
explicar con más detalle algunos puntos que ahora me he saltado o los he tocado
de refilón, si el respetable lo considera oportuno.
A
continuación, lo establecido por el Reglamento General de Circulación
relacionado con los accidentes de tráfico y el comportamiento a seguir. Es una
trascripción literal.
Artículo
129
Obligación de auxilio.
1._
Los
usuarios de las vías que se vean implicados en un accidente de tráfico, lo
presencien o tengan conocimiento de él estarán obligados a auxiliar o solicitar
auxilio para atender a las victimas, si las hubiera, prestar su colaboración
para evitar mayores peligros o daños, restablecer, en la medida de lo posible,
la seguridad de la circulación y esclarecer los hechos.
2._ Todo usuario de la vía
implicado en un accidente de circulación deberá, en la medida de lo posible:
a)
Detenerse
de forma que no cree un nuevo peligro para la circulación.
b)
Hacerse
una idea de conjunto de las circunstancias y consecuencias del accidente, que
le permita establecer un orden de preferencias, según la situación,
respecto a las medidas a adoptar para
garantizar la seguridad de la circulación, auxiliar a las victimas, facilitar
su identidad y colaborar con la autoridad o sus agentes.
c)
Esforzarse
por restablecer o mantener la seguridad de la circulación y si, aparentemente,
hubiera resultado muerta o gravemente herida alguna persona o se hubiera
avisado a la autoridad o sus agentes, evitar la modificación del estado de las
cosas y las huellas u otras pruebas que puedan ser útiles para determinar la
responsabilidad, salvo que con ello se perjudique la seguridad de los heridos o
de la circulación.
d)
Prestar
a los heridos el auxilio que resulte más adecuado, según las circunstancias, y,
especialmente, recabar auxilio sanitario de los servicios que pudieran existir
al efecto.
e)
Avisar
a la autoridad o sus agentes si, aparentemente, hubiera resultado herida o
muerta alguna persona, así como permanecer o volver al lugar del accidente
hasta su llegada, a menos que hubiera sido autorizado por éstos a abandonar el
lugar o debiera prestar auxilio a los heridos o ser él mismo atendido; no será
necesario, en cambio, avisar a la autoridad o sus agentes, ni permanecer en el
lugar del hecho, si sólo se han producido heridas claramente leves, la
seguridad de la circulación está restablecida y ninguna de las personas
implicadas en el accidente lo solicita.
f)
Comunicar,
en todo caso, su identidad a otras personas implicadas en el accidente, si se
lo pidiesen; cuando sólo se hubiera ocasionado daños materiales y alguna parte
afectada no estuviera presente, tomar las medidas adecuadas para
proporcionarle, cuanto antes, su nombre y dirección, o bien, directamente o, en
su defecto por intermedio de los agentes de la autoridad.
g)
Facilitar
los datos del vehículo a otras personas implicadas en el accidente, si lo
pidiesen..
h)
Salvo
en los casos en que, manifiestamente, no sea necesaria su colaboración, todo
usuario de la vía que advierta que se ha producido un accidente de circulación,
sin estar implicado en él, deberá cumplimentar, en cuanto le sea posible y le
afecten, las prescripciones establecidas en el apartado anterior, a no ser que
se hubieran personado en el lugar del hecho la autoridad o sus agentes.
Artículo
130.
Inmovilización del vehículo y caída de la carga.
1._ Si por causa de accidente o
avería el vehículo o su carga obstaculizasen la calzada, los conductores, tras
señalizar convenientemente el vehículo o el obstáculo creado, adoptarán las
medidas necesarias para que sea retirado en el menor tiempo posible, deberán
sacarlo de la calzada y situarlo cumpliendo las normas de estacionamiento
siempre que sea factible.
2._ Siempre que, por cualquier
emergencia, un vehículo quede inmovilizado en la calzada o su carga haya caído
sobre ésta, el conductor, o en la medida de lo posible, los ocupantes del
vehículo procurarán colocar uno y otra en el lugar donde cause menor obstáculo
a la circulación, para lo cual podrán, en su caso, utilizarse, si fuera
preciso, el arcén o la mediana; asimismo, adoptarán las medidas oportunas para
que el vehículo y la carga sean retirados de la vía en el menor tiempo posible.
3._ En los supuestos a los que
se refiere el apartado anterior, sin perjuicio de encender la luz de emergencia
si el vehículo la lleva y, cuando proceda, las luces de posición y de gálibo,
en tanto se deja expedita la vía, todo conductor deberá emplear los
dispositivos de preseñalización de peligro reglamentarios para advertir dicha
circunstancia, salvo que las condiciones de la circulación no permitan hacerlo.
Tales dispositivos se colocarán, uno por delante y otro por detrás del vehículo
o la carga, como mínimo a 50 metros de distancia y en forma tal que sean
visibles desde 100 metros, al menos, por los conductores que se aproximen. En
calzadas de sentido único, o de más de tres carriles, bastará la colocación de
un solo dispositivo, situado como mínimo 50 metros antes en la forma
anteriormente indicada.
4._ Si fuera preciso pedir
auxilio, se utilizará el poste de socorro más próximo, si la vía dispone de
ellos; en caso contrario, podrá solicitarse de otros usuarios. En todo caso y
en cuanto sea posible, nadie deberá invadir la calzada.
5._ El remolque de un vehículo
accidentado o averiado sólo deberá realizarse por otro específicamente
destinado a este fin. Excepcionalmente, y siempre en condiciones de seguridad,
se permitirá el arrastre por otros vehículos, pero sólo hasta el lugar más
próximo donde pueda quedar convenientemente inmovilizado y sin entorpecer la
circulación. En ningún caso será aplicable dicha excepción en las autopistas o
autovías.
6._ Cuando la emergencia ocurra
en un vehículo destinado al transporte de mercancías peligrosas se aplicarán,
además, sus normas específicas.
Hasta aquí, lo reglamentado por la norma de circulaciòn.
3 comentarios:
Saludos,
-Manolo-
Está claro el mensaje:a falta de conocimientos en materia de socorro,mejor no hacer nada. El tema es muy instructivo.Abordas muchas acciones propias de sanitarios,muy bien documentadas.Interesante,como el resto de capítulos.Es un lujo tener la autoescuela en casa.Un saludo. Félix
Como dice Felix es un lujo tener la autoescuela en casa y GRATIS, todos los consejos que nos das es para que tomemos nota, que muchas veces se hacen las cosas mal por no saber que hay que hacer, queda bien claro que eres un gran profesional, no solo en ser un buen conductor, sinó también en el tema de los accidentes, no dejas ni un detalle, hay que estudiar mucho para saber hacer todo lo que nos cuentas, yo creo que mejor llamamos al 112.
De todas formas algo se nos ha quedado en la cabeza para saber lo que hay que hacer hasta que llegue el 112, gracias por tus consejos.
Yo te diré que hace unos años nos encontramos con accidente en la A7
donde los 5 ocupantes del coche estaban muertos, no había llegado la guardia civil y nosotros llamamos a la guardia civil entre los coches parados había un médico, por entonces yo conducía el coche, no me puse nerviosa pasé como pude y nos marchamos pues nosotros allí ya no hacíamos nada.Igual no ha sido muy agradable que cuente esto, pero son cosas que han pasado.
Saludos Cari.
Publicar un comentario