16 octubre 2015

AL GOBIERNO MUNICIPAL ZARCEÑO

  
Estimados Regidores.
El día siguiente de llevarse a término el escrutinio de las pasadas elecciones municipales en nuestro país -y autonómicas en la casi totalidad del territorio nacional-; a través de esta ventana me dirigí al equipo de gobierno municipal de La Zarza del que ustedes forman parte integral, para felicitarle por su nombramiento, darle la bienvenida y desearle suerte en su nueva andadura como futuros gobernantes zarceños.

Una vez pasadas las elecciones que previamente despertaron las mayores incertidumbres en este tipo de comicios, por ser sin lugar a dudas las más enigmáticas habidas en el país después de la implantación de la democracia, y, ocupadas ya las poltronas por sus correspondientes titulares elegidos democráticamente, llega el momento de poner a cada cual en su lugar, transcurridos los cien días de gracia y confianza que se acostumbra conceder a todo cargo que, ha sido recién nombrado antes de empezar a pedirle cuentas, por decirlo de alguna manera.

De nuevo, quiero desearle suerte (todos la necesitamos) y acierto a todo el equipo del Gobierno que en los próximos cuatro años regirá los destinos de nuestro querido pueblo.
Las expectativas previas a las elecciones, y la confianza por gran mayoría de compueblanos depositada en la candidatura electa, hacía prever que el interés puesto en el cambio se vería compensado  con el interés de los miembros del equipo de gobierno en hacer todo cuanto estuviera en sus manos, según su saber hacer.
Afortunadamente -de momento-, así está ocurriendo, lo cual enorgullece a todo bien nacido. Nos están demostrando con su buen hacer; ese buen hacer que se le presuponía, que no fue en balde su elección, y que dentro de sus posibilidades, “están ahí” dando el callo como mandan los cánones, iniciando la andadura y estableciendo los cambios que hacen prever una dinámica distinta de la habida con anterioridad. No digo que sea mejor ni peor, sino, diferente.
No obstante, quisiera expresar mi discordancia en la confección de la lista de regidores-as, por haber incluido en la candidatura solo una mujer. (Quizá en la legislatura anterior, hubiese venido bien la colaboración en el Gobierno Municipal de la presencia de más de una mujer, a pesar de lo activa, dinámica y eficiente que es la única concejala que había en el equipo del Gobierno saliente).

Esa tacañería en feminizar las responsabilidades de gobierno está un tanto desfasada; y si mi concepto de la mujer no es erróneo, otro gallo nos cantaría a los humanos si a nivel mundial mandaran las mujeres en todas las facetas del poder… Personalmente, pienso que, lo mismo que “siempre” han sabido gobernar con acierto el hogar -salvo excepciones-, lo harían igual de bien, o mejor, en la cúspide de la responsabilidad de la Administración del Estado. Es mi opinión.
Manejar las riendas de la gobernabilidad de un pueblo tan pequeño y con tantas divergencias en sus habitantes, no es tarea fácil, lo comprendo; menos aún, si para realizar esa actividad, encima tienes un coste económico personal (desplazamientos, muchas horas de dedicación, etc.) por su parte, con “el sueldazo” que cobran los regidores municipales zarceños, no les llegará ni siquiera para poder comprar azúcar para endulzar el café del desayuno. Como consecuencia, habrá que reconocerle su condición altruista y vocacional de servidores públicos sin ánimo de lucro.
 Sin embargo, no por ello hay que anclarse en el pasado ni seguir mirando fijamente el retrovisor si no queremos distraer la atención de la conducción; es necesario (imperante), mirar hacia delante y caminar sin descanso. Sin prisa, sí, pero sin pausa ni soluciones de continuidad en la tarea; porque, para lograr el objetivo se necesita fijar la vista en el futuro. Sólo así se podrá hacer con tan pocos medios como se dispone en el pueblo, algo útil para el futuro de las generaciones venideras a las que debemos legar algo mejor de lo que nosotros hemos encontrado.

Por suerte para nuestro pueblo, el nuevo equipo de gobierno está dinamizando con gran agilidad el impulso que en breve dará los frutos esperados por las personas que depositaron su confianza en él; y, es justo reconocerlo, lo están haciendo bien. Han acertado en el inicio de la andadura. Esperemos y confiemos en que siga el mismo ritmo en el futuro. Por ahora, ya están demostrando que ganas no le faltan ni seriedad tampoco.

Todos los que ya no somos niños sabemos que para nuestro pueblo no es éste el momento más brillante de su existencia, que el desarrollo industrial no es su compañero de fatigas (no es que quiera decir que esté dejado de la mano de Dios),  que por muy buena voluntad que pongan sus dirigentes en hacer las cosas bien, el desarrollo económico no llegará en dos semanas, porque los milagros en economía son inexistentes, el Maná se retrasa, y tampoco está en sus manos como a ellos les gustaría poder hacerlo en un abrir y cerrar de ojos, por muy buena voluntad que tengan, que esa no se le discute ni se pone en duda. Todo eso lo sabemos todos. Pero la lucha por lograr el objetivo debe ser incesante, y, dentro de los medios de que dispone el Consistorio Municipal, emplearlos adecuadamente y dar todos el do de pecho para aunar el empuje que es necesario dar si queremos hacer que el pueblo, no sólo no vaya a menos, sino que avance progresivamente aunque sea a paso lento pero continuo.
Todos sabemos también (perdón por la insistencia), que hay que hacer “algo” por él; y que “ese algo”, lo tenemos que hacer entre todos: regidores y ciudadanos de a pie. Unos ejecutando, otros asesorando, otros vigilando, y, todos; absolutamente todos, “colaborando”. Colaborando, sí, directa o indirectamente, pero colaborando. Los que están  durante todo el año en el pueblo tendrán que realizar quizá un mayor esfuerzo, y los que no lo están, deberán (deberemos) aportar experiencia y voluntad de apoyo y ayuda, que no solo tiene que ser económica, aunque ésta siempre venga bien. Hay otras ayudas que en la mayoría de los casos son tan valiosas o más que el dinero, aunque esto pueda sonar a soñador. No nos olvidemos de que un grano no hace el granero, pero ayuda al compañero. Y si aspiramos a un futuro próspero, es necesario hacer cosas para solucionar las cosas, si queremos que las cosas mejoren.
Nadie más que nosotros tiene en sus manos la posibilidad de arreglar todo lo que necesita arreglarse, TODO; para lo cual, todos debemos participar.  TODOS.

No solo son las autoridades municipales las que tienen la obligación de hacer todos los trabajos porque han sido elegidas para ello. Las autoridades, están obligadas a administrar y gobernar con ecuanimidad y respeto al ciudadano, como vienen demostrando que lo hacen en el breve tiempo en el que llevan controlando las riendas del poder. Pero también el resto de ciudadanos que tenemos alguna relación con La Zarza, estamos en la obligación de hacer lo mismo en todo aquello que esté en nuestras manos poder hacer por el bien del pueblo.  ¿Sabremos hacerlo?

No sé si esta misiva caerá en saco roto o, quizás ni siquiera  sea leída, valorada o considerada su intención; pero, lo que sí sé, es que, dadas las circunstancias, el pueblo necesita un equipo con: además, de una considerable dosis de dinamismo en el cotidiano quehacer  de la actividad municipal y empuje para llevarlo a término, una voluntad de hiero y un convencimiento absoluto en el proyecto que tienen por delante para desarrollarlo con equidad, dignidad y honradez, y, no me cabe ninguna duda de que ambas forman parte del ADN de nuestros nuevos regidores.

No es mi intención sembrar dudas al respecto o inducir a que alguien piense que en el nuevo equipo de gobierno carecen de estas virtudes o que el anterior no las tuviera; todo lo contrario, tengo fe en que su buen hacer dará frutos positivos y cercanos en el tiempo, sino que, para acometer con brío la misiva que les espera, es necesario que pongan todo la carne en el asador. Estoy convencido de que así será.
Ánimo y suerte a todos.
¡Ah!, y salud para llevarlo a término con acierto.