18 junio 2015

LA ADELFA


En una anterior entrada (18-09-14) me refería a lo beneficiosa que es la verdolaga y lo poco reconocidos que son sus efectos en nuestra salud. Posteriormente, hice referencia en otra entrada (10-10-14) al estramonio, ambos son -eran- abundantes en La Zarza cuando yo andaba por esos lares; si bien, el estramonio tiene unas características bien diferentes a la verdolaga, pues  es altamente peligrosa su ingesta por tratarse de un potente veneno, mientras que la verdolaga es un buen alimento para el cuerpo humano al le presta un aporte vitamínico importante.

Hoy, intentaré exponer las propiedades –positivas y negativas- de la “Adelfa:

Se trata de una planta que soporta bien las variaciones climatológicas y los distintos substratos. En la actualidad es muy frecuente hallarla en cualquier parte de las vías urbanas e interurbanas para adornar con su presencia y su prestancia los más variados lugares, ya que por su fortaleza no requiere de grandes cuidados y se conforma con la correspondiente poda anual o bianual. Sin embargo, se trata de una planta tóxica, altamente venenosa pero muy útil en farmacología.

A esta planta, conocida también como laurel de jardín, le tiene mucho que agradecer la investigación de nuevos medicamentos contra determinados tipos de cáncer por parte del personal científico, pues, es totalmente desaconsejable para uso particular, dada la extrema toxicidad de la misma, por lo que se hace imprescindible un riguroso control médico sobre su uso o aplicación.

Un ejemplo de este tipo de plantas lo tenemos en el entorno del pilar, que, como muestra la fotografía adjunta, más que un monumento de piedra, ofrece el aspecto de un jardín florido.

Sería aconsejable informar a los niños de que no tengan contacto con ella para no correr riesgos innecesarios dada su peligrosidad, o retirarla del lugar que ocupa actualmente.

La Adelfa es una planta de las más venenosas del planeta, y sin embargo, a pesar de estar prohibida desde el año 2004, sigue a la venta en España, bien a través de Internet o en la mayoría de los viveros y mercadillos ambulantes.

Esta planta fue mi compañera de infancia durante los años que viví en el pueblo, pues formaba parte de las distintas variedades que había en el jardín de la casa de mi abuela (ya no queda ninguna), y que como todo niño inquieto y deseoso de descubrir algo nuevo jugaba con sus flores. Quiero recordar que en más de una ocasión las chupaba por la parte inferior del embudo, sin tener ni idea del peligro que ello entrañaba. Cuando lo pienso ahora, me estremezco.

En las diferentes especies de adelfas, podemos apreciar sus variopintos coloridos: amarillo pálido, blanco, carmín, fucsia, rojo, rosa… que son fuente de alimentación para polillas como la esfinge de la adelfa, cuya oruga se alimenta de sus hojas sin que le afecten las potentes sustancias tóxicas de la planta. ¡Qué suerte!

Como toda planta mediterránea, y, gracias a su espectacular floración y espesura, es una especie muy cultivada en parques y jardines por ser bastante resistente a la sequía, lo que la hace útil para disimular los bordes de las carreteras o ser utilizadas como valla natural de separación o medianas en autopista y autovías, porque su mantenimiento es casi inexistente siempre que se plante directamente en le suelo, excepto si se tratara de un año seco que -por la escasez de lluvia-, le impida su normal desarrollo, pues, dadas sus características, ésta planta, en esas circunstancias, normalmente tiene bastante con el agua de lluvia, salvo casos excepcionales como en el supuesto de que el subsuelo no fuera el adecuado para ese tipo de plantas tan resistentes a las variaciones climatológicas, pues tolera el calor y el frío extremos, así como otras contrariedades que puedan afectarle.


En Japón, fue la primera planta en florecer después de la explosión de la primera bomba atómica  -nuclear- sobre Hiroshima el seis de agosto de 1.945, cuando los norteamericanos hicieron la exhibición de su fuerza y potencial militar sobre esa floreciente ciudad del país del Sol Naciente; lo cual, demuestra la resistencia de la especie a la que pertenece la Adelfa

Sólo en caso de que se tratara de adelfas plantadas en
 macetas de interior, sería necesario un riego más frecuente y abundante -una vez por semana más  menos- y pulverizar las hojas con cierta frecuencia. No obstante, no es precisamente éste tipo de plantas las más adecuadas para el interior; más bien es desaconsejable dada su peligrosidad.

Como hemos podido apreciar, la adelfa es una planta venenosa, muy venenosa. Son muchos los animales que han muerto por la ingesta de esta planta por desconocer sus dueños la peligrosidad de la misma y confiar en que sería una más de las verduras que podrían servirle de alimento. ¡Maldito alimento!

Sin desmerecer el mérito que como planta de jardín tiene la adelfa, lo cierto es que, al tratarse de una planta tan tóxica y sus efectos más bien desconocidos por la mayoría de la gente normal y corriente; quizás, sería aconsejable ir eliminando dicha planta de aquéllos lugares públicos en los que pudiera estar al alcance de personas que ignoren sus consecuencias y cultivarla en lugares destinados a ésta finalidad para el uso medicinal al que le prestan un extraordinario e impagable servicio.

Mi intención, al traerla a colación en esta entrada, es única y exclusivamente la  de informar a todas aquéllas personas que desconocieran sus efectos de que, siendo como lo és, una hermosa planta, hay que tratarla con las debidas precauciones si no queremos que nos cause daño.