28 abril 2015

AHÍ, ESTÁ MANOLO

La emigración habida en los últimos tiempos en nuestro país para procurarse una mejor calidad de vida, ha hecho que muchos pueblos pequeños se queden sin la mayoría de sus gentes; y en algunos casos, con el paso del tiempo, sus edificios más significativos terminen derruyéndose paulatinamente, pero de forma progresiva y sin soluciones de continuidad, hasta convertirse en desiertos.

Son muchos los pueblos en los que se han quedado solamente los más mayores, y en los que apenas quedan niños o no queda ninguno. Estas poblaciones terminarán desapareciendo dentro de no muchos años, convertidas en “Lo que el tiempo se llevó”.
¡Qué lástima, qué triste, y qué real al mismo tiempo…!

El nuestro, nuestro pueblo, La Zarza, para no ser menos, también ha sufrido el flagelante castigo de la emigración interna y exterior de una parte importante de su población más o menos joven para buscarse el sustento, allende su lugar de origen. 
Unos por unos motivos y otros por otros, el pueblo se va quedando sin gente, a excepción de las fiesta patronales de agosto, en las que, afortunadamente, acuden a la llamada del recuerdo una buena parte de sus oriundos, de los que, en su momento, salieron del pueblo buscando una mejoría para sus vidas; y la familia y la nostalgia los reencuentra en esas fechas. Sin embargo, a pesar de la diáspora que ha afectado a nuestros compueblanos, La Zarza sigue aglutinando armoniosamente a los suyos, independientemente del lugar donde habiten en la actualidad; y, todo ello, gracias al acierto de Manolo, que en su día fundó la Web del pueblo que permite unir virtualmente a los zarceños interesados en estar al día de los acontecimientos que en el mismo se desarrollan.

Pero, ¿quién es Manolo?
Manolo, es la persona que “siempre está ahí”, donde tiene que estar cuando tiene que estar. Es el zarceño más conocido, el que en los quince últimos años, ha sabido hacer llegar a todos los lugares más recónditos del planeta, las alegrías, pérdidas de paisanos que nos abandonan, conmemoraciones, festividades y demás aconteceres  sucedidos o venideros en nuestra Zarza.  “Ahí está Manolo”.

Manolo, es el que, a base de tesón, paciencia, habilidad y buen hacer, además de una voluntad de hierro, ha conseguido que La Zarza sea conocida en aquellos lugares en los que sin su intervención, hubiera sido imposible dar fe de los eventos zarceños. Él, se percató en el momento adecuado de que las posibilidades que nos brindaban las nuevas tecnologías de la comunicación, ofrecían una oportunidad única, y, con acierto y tino, puso en marcha la que hoy conocemos todos como “la Web de La Zarza”. Y, aprovechando la normativa vigente en la materia en aquel momento, legalizó la que hoy es un gran almacén de información que nos permite a los zarceños no residentes en el pueblo, estar al día de cuanto acontece en el entorno de nuestra tierra natal. ¿Por qué? Porque para eso, “ahí está Manolo”. Y, está ahí, haciendo una labor de Cicerone desinteresadamente, que, además, le cuesta dinero de ese que en estos tiempos escasea; pero lo hace con la mayor voluntad de ánimo posible y sin ánimo de lucro. ¡Qué tío más cojonudo…!

Manolo, ha conseguido que algunos colaboradores de la Web le ayuden en su tarea como son las aportaciones de los blogueros y otros, aportando su pequeño grano que hará grande el granero en el que se está convirtiendo la Web.

Necesitaría un libro entero para exponer mi opinión al respecto (y, no sería el momento procedente) pero, me conformaré por testimoniarle mi gratitud desde estas líneas. Y, aprovechando la oportunidad que nos brindan las próximas elecciones municipales, demandar al nuevo Consistorio salido de las mismas, que, un homenaje a la labor realizada por este ilustre zarceño, sería el justo reconocimiento por parte de las autoridades municipales a la encomiable labor realizada  durante más de quince años en favor del pueblo.

No es que pretenda con esta iniciativa solicitar una calle, estatua, plaza o monolito, para quien hace tan grata labor, pero sí al menos un reconocimiento oficial de la misma en forma de placa, medalla o, algo por el estilo que denote la valoración y estima que las autoridades municipales tienen hacia la persona en cuestión que tanto ha hecho y está haciendo por el pueblo. Y, un buen momento para ello sería el diez de agosto, cuando las personas más favorecidas por su labor estarían presentes en el acto.

Ya sé que también hay otras personas del pueblo que hacen cosas importantes por y para La Zarza, pero ahora me toca hablar de Manolo; ese personaje “que siempre está ahí” cuando la ocasión lo requiere. Ya llegará el momento de acordarse de las demás.

Esta invitación “disimulada”, que va dirigida a las próximas nuevas autoridades municipales para que paulatinamente, vayan allanando el camino, espero que también la puedan y sepan recoger y compartir otros zarceños que, como yo, se vean favorecidos por la labor de Manolo en la Web, y también se animen a demandárselo, aunque no sea más que por eso de que “la unión hace la fuerza”, esa fuerza que le ha llevado a Manolo a estar ahí. 

Gracias Manolo por tu labor.  



09 abril 2015

EL PILAR


Si en La zarza hay un monumento emblemático al que se le rinde culto sin estar dedicado al culto, ese es el pilar. El pilar, que en la actualidad tiene una escasa utilidad práctica, ha sido la herramienta más útil para todos los ciudadanos en los tiempos pasados, tanto como abrevadero para el ganado del que en su mayoría dependían los campesinos y ganaderos, como para abastecer de agua potable a la población durante muchos años.

Hoy, ya se ha quedado obsoleto. El fin para el que fue concebido no tendría cabida en estos momentos. Sin embargo, ahora se ha convertido en una obra de arte, en un original monumento de piedra como no hay otro igual en las poblaciones del entorno; algo que su autor, consciente de lo que proyectaba, ya presumía que sucedería con el paso del tiempo. No se equivocó.

El pilar (nuestro pilar para los zarceños), afortunadamente, tiene otras utilidades (además de aportar agua a la población), como por ejemplo, ser lugar de encuentro para la celebración de eventos en las fiestas patronales en verano, como lo muestra la algarabía de su entorno en la que se puede apreciar la alegría de los pequeños disfrutando con la espuma en verano celebrándolas con ilusión, además de otros acontecimientos que se celebran al redor del mismo y es bien conocido por todos. 

Se extrañan un poco los árboles plantados  junto al pilar anteriormente a su inauguración y que favorecen el panorama del entorno.

Los más mayores, recordarán que el agua sobrante del abrevadero abastecía a las pozas donde lavaban la mayoría de las mujeres del pueblo y han sido sepultadas por las modificaciones habidas en el pasado. Esas pozas, que junto al pilar eran el centro neurálgico de la población en cuanto a lugar de encuentro, al igual que el pilar, hoy podrían formar parte de un monumento que quedaría para el disfrute de todos los compueblanos y forasteros que quisieran contemplar la obra de arte que constituían el tándem pilar-pozas. Si embargo, se las llevó el plan urbanístico que no tuvo en cuenta la joya que se perdía para el  disfrute de los ciudadanos.



En las fotografías que se adjuntan (anteriormente publicadas por Manolo en la Web), se percibe la solemnidad de la celebración de su inauguración en el año 1.927, en la que fueron protagonistas de la misma, además de la población en pleno y las autoridades municipales, otras a nivel provincial y nacional que, por la relación de las mismas con el autor del proyecto, se dignaron comparecer y honrar con su presencia a los agradecidos y un tanto extrañados zarceños que participaban en el evento.

Acudieron a ese encuentro, además de las personalidades de rigor, otros invitados de postín, entre ellos algunas damas que en aquel entonces eran muy conocidas tanto en las proximidades, como a nivel nacional y que en esa época eran famosos por distintos motivos y dieron personalidad y colorido al acto, tal y como muestra la fotografía inferior, que, aunque en blanco y negro, da una idea de la situación.


Dieron fe del encuentro, las fotografías obtenidas por el fotógrafo salmantino, Venancio Gombau, amigo personal y vecino del promotor de la inauguración (ambos vivían en la Calle del Prior, uno en el número uno y el fotógrafo en el dieciocho,  en la acera de enfrente (lugar que,  bastantes años después, visité varias veces siendo niño, pero que no sé si todavía existe) y que, se desplazó al efecto a nuestro pueblo para dejar constancia de ello a las generaciones futuras.

Vemos en la fotografía de la inauguración, cómo las autoridades municipales aparecen en el lado izquierdo de la fotografía mirando atentamente a las autoridades foráneas que están al lado derecho y a cierta distancia (excepto el clérigo que se halla de pie subido en el abrevadero, que, además de ser   zarceño, fue el promotor de la idea de que hubiese en la Zarza un pilar de esas características), y guardando la distancia como se estilaba en aquellos tiempos. Los unos, encorbatados (excepto los clérigos), y los otros endomingados como mandaban los cánones de entonces. ¡Qué tiempos, y, qué costumbres…! Ahora, sería distinto.

Personalmente considero que la mayoría de los zarceños han sido favorecidos por el servicio prestado por el pilar en tiempos pasados, si bien, también ahora es de utilidad, pero relativa. Sin embargo, lo que sí es bien cierto, es que nos queda un grato recuerdo para la posterioridad de la estampa gratificante de nuestro pilar (como lo muestra la primera fotografía), que, si en vez de estar ubicada en la Zarza, estuviese en Madrid o Barcelona, sería un monumento visitado diariamente por miles de personas, así, como otras edificaciones de piedra sin argamasa que abundan en el pueblo y pasa desapercibida su presencia. ¡Qué le vamos a hacer…! Tendremos que aprender a promocionar el pueblo, a ver si tenemos surte y lo visitan con asiduidad los turistas adinerados.

Bueno, aunque no sea la Zarza tan conocida como Nueva York, sí tiene unos monumentos clásicos de piedra que no los tienen los yanquis; excepto algunas ermitas y otros monumentos que se han llevado de España para nuestra desilusión. ¡Lo que hace el dinero…!