23 agosto 2014

VOLVER A LAS RAÍCES


Reencuentro con mis paisanos zarceños.
Las fiestas de San Lorenzo 2.014, dejarán marcada en mi memoria una estela imborrable de gratitud en el recuerdo de las vivencias que a lo largo de una semana en el pueblo viví entusiasmado e ilusionado con la alegría que mis compueblanos desbordan a raudales en estos días festivos que tanto significan para todos los paisanos.

Son muchos los recuerdos que he guardado de mi infancia zarceña y a lo largo de los años me han permitido seguir sintiéndome arraigado a la tierra que me vio nacer y crecer; pero no son menos los momentos que he vivido “entre los míos” éste año con motivo de haber sido nombrado pregonero de nuestra fiesta.

Los muchos y gratos recuerdos de los momentos vividos entre vosotros, el reencuentro con familiares, amigos y en la infancia compañeros del colegio recordando algunas de las travesuras a las que éramos aficionados, además, de la entrañable acogida dispensada por todos, me ha llegado a lo más hondo de mi ser.

No sé si seré capaz de encontrar las palabras adecuadas para expresaros mi agradecimiento, lo que siento en mi fuero interno al haber formado parte de vosotros en estas fiestas tan significativas para todo zarceño de bien, que yo tanto he recordado desde mi partida del pueblo. Tampoco sé muy bien, cómo es posible que no haya sido capaz de percibir ésta sensibilidad antes, para haber podido disfrutar de vuestra compañía que ha sido grata y me ha marcado un hito en mi vida. Pero, de lo que sí estoy seguro, es de acertar con la más simple y sencilla de las palabras que más puede definir mi sentimiento interno hacia mis compueblanos: “Gracias, muchas gracias, paisanos”, por la acogida tan entrañable que me habéis dispensado, tanto a nivel personal, como colectivo en aquéllos actos en los que pude tomar contacto con vosotros. Ha sido, no solo un placer, sino, un honor participar en los actos relacionados con nuestra fiesta que recordaba de cuando era niño y ahora se me han convertido en realidad.

Mi gratitud a la Corporación Municipal (ya lo expresé en el pregón) por concederme el honor de ser pregonero, también a la organización de los festejos que valen un potosí, a todos y todas los que, de forma responsable han colaborado en conseguir el nombre de una calle del pueblo a Dª Anita, la maestra de nuestras madres; a los que me invitaron al mismo y a participar en la presentación del libro que describe parte del entorno zarceño, titulado “El perfil de la ilusión, cuyo autor es una estupenda persona de la que me honra ser amigo.

Y, gracias también, a los forasteros que con su presencia hicieron que nuestra fiesta  formase parte de sus vidas aunque solo fuera por unos días.

No citaré el nombre de ninguna persona en particular, porque sería tediosa la lista y no me parece oportuno en este momento (ya habrá tiempo para ello), pero he de reconocer que algunas, a título personal son el alma mater de los festejos sanlorenceños, tanto en cuanto a organización se refiere, como en su aportación individual a las actividades que en esos días se llevan a cabo en el pueblo. Sin ellas la fiesta no sería la misma, y por ese motivo, desde estas líneas quiero expresarles mi gratitud a título personal y animarlas a seguir adelante con la tarea y con el mismo ímpetu, entusiasmo y brío con el que lo vienen haciendo.

Me sorprendió gratamente, ver como el Alcalde,  una concejala muy activa y un concejal con el  que, juntos en la infancia hicimos más de una travesura, trabajaban denodadamente los tres sin descanso para aportar todo cuanto fuera preciso para el desarrollo de las distintas actividades; me parecía increíble ver que “currasen” de esa forma los regidores, tanto cargando con el carretillo de la obra para transportar los distintos enseres, como acarreando sillas y demás utensilios en sus propios vehículos. Así da gusto. Ojalá hicieran lo mismo el resto de los alcaldes de todo el país, en vez de mamonear tanto y afiliarse a la “Asociación de  corruptos sin fronteras” que se ha puesto tan de moda.
Aquí, en éste apartado, habría que apuntarles un tanto a favor de los fotógrafos y reporteros que con su pluma y sus cámaras hacen que el resto de ciudadanos menos activos, podamos disfrutar de sus fotos y vídeos sin salir de nuestra casa, cómodamente sentados en el sofá; gracias también, al esfuerzo realizado por el reportero zarceño peor remunerado económicamente a lo largo de la historia, que nos permite a través de su web disfrutar del acontecimiento festivo. Un Hurra para él.
¡Ánimo a todos, sois geniales… Únicos!

Si tuviese que citar una a una, todas y cada una de de las actividades que se celebraron en nuestra fiesta y que me han llegado al alma, me perdería en la cuenta,  empezando por la exposición fotográfica que nos ofrece una panorámica del pueblo hasta ahora no conocida y es extraordinaria, y sin lugar a dudas, sus autores merecen la consideración más distinguida, y terminando por la fiesta de la espuma para los pequeños, todas me han parecido geniales. ¡Bravo por la organización…!

Para mi, volver de nuevo a recorrer todas y cada una de las calles y rincones del pueblo recordando las andanzas por las mismas en mi infancia, me ha reportado ánimos para repetir la visita. La sensación que notaba en mi cuerpo al verme de nuevo en los lugares que de niño habían sido mis sitios de juego y encuentro con los demás chavales de entonces, me hacía estremecer por la emoción que me invadía. No es fácil describir esa sensación si no es viviéndola.

Volver a ver las gentes del pueblo a la puerta de sus casas hablando amigablemente, sentadas en una silla o en los pocos bancos de piedra que quedan (¿dónde están todos que había?) me recordó las noches de serano que por suerte todavía se hace por ahí, en las que, siendo niño, cuando los mayores querían hablar de algo que no les parecía oportuno para los pequeños, nos mandaban a la cama y, refunfuñando nos íbamos pero nos quedábamos escuchando donde no nos veían, hasta que nos localizaban y no nos quedaba más remedio que largarnos. ¡Qué tiempos más maravillosos!  ¡Qué recuerdos tan agradables de entonces…!

Me traigo un grato recuerdo de lo animosas y optimistas que estaban  las pocas exalumnas de Dª Anita que tienen la suerte de vivir y se hallaban presentes en el evento de descubrir la placa con su nombre y hasta se lanzaron a la pista a bailar para expresar su júbilo, su manifiesta y desbordante alegría, cuyo optimismo nos vendría bien a más de uno.
Desde mi punto de vista fue un acto emotivo y divertido al mismo tiempo que les quedará en el recuerdo para el resto de sus vidas, que, esperamos y confiamos en que se alarguen lo más posible, porque, según ellas, no tienen prisa de hacer viajes largos; están a gusto donde están, en su pueblo y, ¿Para que quieren cambiar de lugar de momento e irse a un paraje  desconocido? No vale la pena; ¿verdad que no?

Volver a respirar el aire limpio y puro en Los Nabazos acompañado por un buen amigo, ha sido una experiencia inolvidable; como también lo ha sido observar a media noche la claridad del cielo, ver tan cerca la Vía Láctea (que de pequeños llamábamos el camino de Santiago), y poder ver la sonrisa de la blanca luna llena de mi pueblo, que, casi se toca con la mano y tan animosamente nos acompañó, ha sido un  experiencia que merece ser vivida.
¡Qué maravilla de cielo tan limpio tenemos en el pueblo…!  Eso no tiene precio.

Seguiría escribiendo horas sin parar recordando la experiencia vivida en estas fiestas con vosotros, pero, como no quiero aburriros, lo dejaremos para otro día. Gracias, zarceños.

Hasta luego.