06 mayo 2014

EL HUMOR


El humor es parte esencial del ser humano, y, como toda critica, surge del pueblo llano como denuncia a las injusticias que éste ha sufrido y sufre por parte de los mandamases que, con su comportamiento corrosivo siempre han tendido  a dominar a las masas constituidas por lo que ellos llaman la plebe, hacia la que no han sentido el mas mínimo respeto.
Si la vida es corta y nadie conocemos el final ni lo que hay en el  más allá, y, vivir es lo más difícil del mundo; ¿por qué no hacerlo con alegría y buen humor mientras tengamos vitalidad?
El humor, a veces, es una risa descarada y al mismo tiempo desenfadada que expresa con meridiana claridad nuestra forma de interpretar lo que estamos viviendo, viendo o sintiendo a través de nuestros sentidos.
El que siempre tiene buen humor enjuicia las situaciones con cierta comicidad no exenta de un distanciamiento ingenioso y burlón que a su vez le distingue de los demás que  ven la botella medio vacía o casi vacía.
Toda persona que tenga un concepto positivo del humorismo será una persona feliz; tendrá tantos problemas como el resto de los humanos, pero siempre sentirá en su fuero interno la sensación de placer que produce el optimismo y el buen humor.
El humor o humorismo que todos conocemos, es la forma de presentar la realidad haciendo resaltar el lado cómico, a veces serio, y en ocasiones ridículo de las cosas más cotidianas que nos rodean.
Desde la existencia del hombre, éste, debido al sufrimiento que le ocasiona la relación con sus semejantes y la lucha por la supervivencia, se ha visto obligado (o quizás necesitado) a inventar la risa, la carcajada y la ironía para ahuyentar su mal interno y que a su vez le sirva de catarsis y contra veneno espiritual para su desahogo.
El humorismo se encamina al entretenimiento mediante el uso de la comicidad y hace que la gente se sienta feliz y ría en algunas ocasiones hasta desternillarse y notar cierto cansancio debido al esfuerzo realizado al reír sin freno, dando así rienda suelta a sus sentimientos más profundos.
El sentido del humor es innato en cada persona; cada uno lo concibe a su imagen y semejanza y lo desarrolla a su manera. Cuando nos reímos con ganas, todos nuestros problemas y preocupaciones que nos agobian en ese momento quedan atrás, desaparecen de nuestro pensamiento, nos olvidamos de todo al menos por unos instantes de relax que nos permiten ser felices y nos aportan un estado placentero, que, ¡qué lástima que no dure toda la vida!. Incluso, cuando un ataque de risa provoca un ataque de tos agobiante, también es favorable a la salud, porque sirve para aclarar los pulmones con más eficacia que cualquier máquina de hacer ejercicio que haya en el mejor de los gimnasios; porque, una vez pasado éste, nos aboca nuevamente a reírnos hasta de nosotros mismos, aunque las lágrimas nos hayan llegado a los pies y tengamos los ojos llorosos.
Cuando me refiero al humor, quiero decir el buen humor, no el humor negro o humor de perros que todo lo ve muy oscuro como si fuera un túnel sin salida. Soy de los que considera la botella medio llena porque, precisamente la veo con buen humor, alegría y complacencia, como desde mi punto de vista se debe mirar y encauzar la vida.
El humor negro es como la flaca, esa dama escuálida vestida de negro mostrando su blanca dentadura con fría sonrisa, mientras blande su guadaña haciendo estremecerse de miedo al más valiente de los humanos.
Tengamos en cuenta que, quien siembra vientos recoge tempestades y, quien siembra optimismo con su buen humor, recoge felicidad; y, que yo sepa, no hay nada en la vida más importante para el ser humano que ser feliz y, eso lo tiene a su alcance.
Sin ninguna duda, el humor, el buen humor, es la mejor medicina curativa para alargar la vida y vivirla con alegría y optimismo; es el elixir más barato que proporciona los mejores, más eficaces y rápidos resultados positivos para quien los toma; es algo así como el término medio entre la felicidad y la sinceridad, si bien, el humor es algo muy serio que hay que tomárselo con filosofía y optimismo como el amor, que ambos hay que practicarlos constantemente para solucionar todos los problemas y superar cuantas crisis se nos presenten; además, en el amor como en el humor no hay que ser tacaño, se debe ser condescendiente y abundar en su práctica para lograr los mayores beneficios que ambos proporcionan.
¿Encontraremos algo que esté tan al alcance de nuestra mano y sea tan eficaz y económico al mismo tiempo, como lo es el humor y a su vez nos proporcione más ventajas que el buen humor? Si la respuesta es afirmativa, lo mejor será que practiquemos abundantemente el buen humor y el buen amor, que ninguno de los dos se desgatan por mucho que se usen, y sus beneficios son inmensos, sobre todo en época de crisis como la que estamos pasando. Pocas cosas tan agradables se encuentran a un precio tan asequible y que, además de divertido nos lleve al éxito en la vida.
Con el humor las cosas resultan siempre más fáciles porque nos ayuda a hacer más livianos y llevaderos los momentos más difíciles de la vida en las situaciones menos favorables.
El humor no es solamente divertido nada más que porque sí; al humor lo tenemos que hacer nosotros divertido con nuestros comportamientos si lo sabemos tomar con buen humor, porque nos puede subir la moral cuando más lo necesitemos a lo largo de nuestra existencia en éste maravilloso planeta azul que nos cobija.
Es vieja y acertada la creencia de que la risa es una potente herramienta curativa. Nada como una buena carcajada en el momento de moral más baja; para recuperarnos inmediatamente de nuestra penuria producida por las tensiones que nos genera el quehacer cotidiano. Reírse sin límites, es rejuvenecer sin límites nuestro espíritu y disfrutar más y mejor de la vida.
¿Hay algo más maravilloso que el tándem humor-amor, ambos en complicidad irónica y desenfadada, que nos lleve a un estado de ánimo más optimista y además, sea gratuito?
¿Alguien me puede responder a ésta pregunta?